Una de las panaderías más antiguas que conserva la calidad de sus productos
La elaboración de especialidades como pasteles, facturas, alfajores, su exquisito pan cocinado en horno a leña y mucho más, hacen atractivo a este local comercial ubicado frente a plaza Alem, a poquitas cuadras del microcentro.
En este día tan especial, en el que se reconoce al Trabajador Panadero, es importante destacar a panaderías como La Victoria, que a pesar de los vaivenes de la economía del país ha logrado mantener sus puertas abiertas.
Ubicada en Rivadavia 365, frente a plaza Alem, es una de las panaderías más antiguas de nuestra ciudad, que data del 1900 aproximadamente.
Los dueños originarios, que construyeron esta panadería son de apellido Martínez. Es un lugar donde siempre se elaboraron productos panificados de calidad. Desde la década del 80, la familia Arigüel se hizo cargo del comercio y en la actualidad, Cristian Arigüel junto a su esposa Ana Domínguez llevan adelante esta panadería tradicional.
Al estar a poquitas cuadras del centro, La Victoria es uno de los locales comerciales más frecuentados durante todo el año. Ofrece riquísimas especialidades como facturas, masitas de maicena, pasteles, biscochos, alfajores, sándwiches, empanadas y, por supuesto, pan. Y es este producto, el pan, al hacerse en horno a leña, como en los tiempos remotos, con un sabor especial, tan atractivo a los clientes.
Como todo local comercial, en tiempos de cuarentena por la pandemia de Covid-19, esta panadería debió readaptar sus horarios, que antes eran cortados, y ahora son de corrido, de 7.30 hasta las 18.
“Esperamos que pronto podamos estar abiertos hasta un poco más tarde, principalmente cuando comiencen los días de calor. Ya se nota que la gente anda más en la calle y es por eso que nos gustaría poder cerrar más tarde, para aprovechar más el día”, dijo Ana, al ser entrevistada por Democracia.