TENIS
Mariano Seara:El kinesiólogo del equipo campeón de la Copa Davis
Casado con la juninense Silvina “Tati” Vargas, se considera un juninense más. De visita por nuestra ciudad, contó las vivencias de este título histórico para el país.
Nací en Buenos Aires pero me casé con una juninense. En realidad estoy de visita, pero me siento local porque hace como veinte años que vengo a Junín. Tengo muchos amigos, colegas con los que a veces hacemos trabajo juntos. Es como que tengo la ciudadanía juninense.
En Tenis empecé a trabajar en el año 2004 porque venía haciéndolo en otros deportes con un grupo de kinesiólogos de Bs. As. Teníamos Rugby, inferiores de Voley, etc. A través de Javier Valdecantos, a quien le atendimos un jugador de Voley, nos contactó con algunos tenistas que él entrenaba. Nos acercó a trabajar con David Nalbandian y Chucho Acasuso. Empezamos a tener buenos resultados, buen feedback con ellos y a fines de 2004, principios de 2005 empecé a viajar seguido como kinesiólogo personal de ellos, más con Chucho porque mi socio viajaba con David, pero a veces él estaba imposibilitado de ir e iba yo. Ya en el 2008 era más fluido el intercambio por cuestiones de trabajo, viajaba uno con los dos y viceversa. Había temporadas que viajábamos 18 semanas al año y era muchísimo para uno solo.
Eso nos fue arrastrando a atender otras categorías del tenis, más chicos, intermedios, moderados. Hice torneos grand slam, nuestros jugadores participaban de Copa Davis y nos empezamos a involucrar en cómo se jugaba, verla más de cerca.
David y Chucho se fueron retirando. Nosotros seguimos trabajando en el Tenis y varios capitanes ya se acercaban para ofrecernos trabajar con el seleccionado de Copa Davis. Hasta que hace dos años Daniel Orsanic me invitó puntualmente a trabajar como kinesiólogo del equipo oficial.
Estuve en todas las series este año. Lo que sí comenzamos a hacer con Orsanic este año es la kinesiología en todas las series, más acompañar a los jugadores a los torneos previos a la semana de las series. Viajamos antes de jugar y luego a las series.
Hoy la kinesiología cambió mucho en este aspecto. En lo que es específicamente los tres días de competencia, que es lo que la gente ve el fin de semana de la Davis, es clave el trabajo de recuperación. No se trabaja sobre una lesión, sino sobre la recuperación del tenista. Se usan un montón de herramientas, manuales físicas, frío, ejercicios, presión, alguna tecnología. Igual ellos tienen su alimentación especial, bebidas, siempre en pos de recuperarse lo más rápido posible.
A mí me tocó estar detrás del banco. Hay dos lugares asignados detrás del capitán y el jugador. Porque en Davis los únicos que pueden entrar a asistir al jugador son el médico y el kinesiólogo. Lógicamente que te pueden solicitar en otra parte del estadio. Cuando estaba jugando el primer punto Silic con Delbonis, en determinado momento se tiene que preparar Del Potro y a través de un auxiliar me mandó a llamar para que lo ayudara en un tipo específico de preparación pre partido. Me perdí un set, pero lo miraba por tele desde el vestuario por si necesitaba alguna asistencia, vendaje o lo que fuera Delbonis.
Esta Copa se vivió con mucha cautela. Se fue con mucho perfil bajo, como con Italia, con Inglaterra. Hubo una línea de trabajo que bajó Orsanic que fue mesura y muchísmo sentido común. Que nosotros hiciéramos nuestro trabajo y que los jugadores se sintieran cómodos en todo momento. Que no contagiemos ansiedad o alguna alegría premeditada. Por supuesto que la alegría que llevábamos era enorme, pero siempre guardada.
Esa alegría contenida se soltó el domingo después de ganar el último punto. Llorábamos como chicos porque fue algo muy fuerte.
Para el tenis Argentino significa muchísimo. Compartí estas semanas con dirigentes históricos y podía percibir algo que me excedía en la sensación. Ellos estaban conmovidos por este logro. En la Asociación Argentina de Tenis se respira un respeto por este deporte y unas ganas de que progrese, que evolucione, llegar más a los chicos, que el desarrollo sea mucho más docente. Esto que no es un logro final, debe impactar en lo que venga.
Sigo trabajando. A mitad de enero nos vamos con Orsanic a Melbourne, Australia, a hacer la previa porque en la primera semana de febrero arranca otra edición de la Copa Davis contra Italia en Buenos Aires.
En Tenis empecé a trabajar en el año 2004 porque venía haciéndolo en otros deportes con un grupo de kinesiólogos de Bs. As. Teníamos Rugby, inferiores de Voley, etc. A través de Javier Valdecantos, a quien le atendimos un jugador de Voley, nos contactó con algunos tenistas que él entrenaba. Nos acercó a trabajar con David Nalbandian y Chucho Acasuso. Empezamos a tener buenos resultados, buen feedback con ellos y a fines de 2004, principios de 2005 empecé a viajar seguido como kinesiólogo personal de ellos, más con Chucho porque mi socio viajaba con David, pero a veces él estaba imposibilitado de ir e iba yo. Ya en el 2008 era más fluido el intercambio por cuestiones de trabajo, viajaba uno con los dos y viceversa. Había temporadas que viajábamos 18 semanas al año y era muchísimo para uno solo.
Eso nos fue arrastrando a atender otras categorías del tenis, más chicos, intermedios, moderados. Hice torneos grand slam, nuestros jugadores participaban de Copa Davis y nos empezamos a involucrar en cómo se jugaba, verla más de cerca.
David y Chucho se fueron retirando. Nosotros seguimos trabajando en el Tenis y varios capitanes ya se acercaban para ofrecernos trabajar con el seleccionado de Copa Davis. Hasta que hace dos años Daniel Orsanic me invitó puntualmente a trabajar como kinesiólogo del equipo oficial.
Estuve en todas las series este año. Lo que sí comenzamos a hacer con Orsanic este año es la kinesiología en todas las series, más acompañar a los jugadores a los torneos previos a la semana de las series. Viajamos antes de jugar y luego a las series.
Hoy la kinesiología cambió mucho en este aspecto. En lo que es específicamente los tres días de competencia, que es lo que la gente ve el fin de semana de la Davis, es clave el trabajo de recuperación. No se trabaja sobre una lesión, sino sobre la recuperación del tenista. Se usan un montón de herramientas, manuales físicas, frío, ejercicios, presión, alguna tecnología. Igual ellos tienen su alimentación especial, bebidas, siempre en pos de recuperarse lo más rápido posible.
A mí me tocó estar detrás del banco. Hay dos lugares asignados detrás del capitán y el jugador. Porque en Davis los únicos que pueden entrar a asistir al jugador son el médico y el kinesiólogo. Lógicamente que te pueden solicitar en otra parte del estadio. Cuando estaba jugando el primer punto Silic con Delbonis, en determinado momento se tiene que preparar Del Potro y a través de un auxiliar me mandó a llamar para que lo ayudara en un tipo específico de preparación pre partido. Me perdí un set, pero lo miraba por tele desde el vestuario por si necesitaba alguna asistencia, vendaje o lo que fuera Delbonis.
Esta Copa se vivió con mucha cautela. Se fue con mucho perfil bajo, como con Italia, con Inglaterra. Hubo una línea de trabajo que bajó Orsanic que fue mesura y muchísmo sentido común. Que nosotros hiciéramos nuestro trabajo y que los jugadores se sintieran cómodos en todo momento. Que no contagiemos ansiedad o alguna alegría premeditada. Por supuesto que la alegría que llevábamos era enorme, pero siempre guardada.
Esa alegría contenida se soltó el domingo después de ganar el último punto. Llorábamos como chicos porque fue algo muy fuerte.
Para el tenis Argentino significa muchísimo. Compartí estas semanas con dirigentes históricos y podía percibir algo que me excedía en la sensación. Ellos estaban conmovidos por este logro. En la Asociación Argentina de Tenis se respira un respeto por este deporte y unas ganas de que progrese, que evolucione, llegar más a los chicos, que el desarrollo sea mucho más docente. Esto que no es un logro final, debe impactar en lo que venga.
Sigo trabajando. A mitad de enero nos vamos con Orsanic a Melbourne, Australia, a hacer la previa porque en la primera semana de febrero arranca otra edición de la Copa Davis contra Italia en Buenos Aires.