El sector público es el principal generador de empleo en Junín y en toda la Cuarta Sección
El esquema estructural de la Región se repite en muchos rincones del país y surge el debate si es causa o consecuencia de las crisis económicas. Por un lado, se incrementa el gasto público, pero por el otro, se le da respuesta a la falta de empleo en el sector privado.
En el norte de la provincia de Buenos Aires hay tres ciudades separadas por 170 kilómetros y conectada por la Ruta Nacional 188, que cuentan con un número cercano a los 100 mil habitantes. Ellas son San Nicolás (165 mil); Pergamino (115 mil) y Junín (104 mil). A sus alrededores asoman otros distritos, más pequeños, pero que en su conjunto marcan la fuerza de la llanura pampeana bonaerense en el agro, el comercio, la industria y otros sectores.
Semanas atrás Democracia realizó un informe especial con los datos del Producto Bruto Geográfico de Junín, Chacabuco y Lincoln.
Ahora, el objetivo es trazar diferencias y similitudes con Pergamino (dejando de lado en esta oportunidad a San Nicolás por ser una ciudad portuaria y con mayor cantidad de ciudadanos) y también relacionar comercial y laboralmente a Junín con el resto de los partidos de la Cuarta.
A su vez, se sumarán otros distritos de la Segunda Sección Electoral, como Rojas, Salto y Colón, con el objetivo de hacer un análisis FODA, detallando fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de cada uno de ellos.
Las comparaciones son incómodas, por eso la meta es estudiar diferentes aristas, en esta primera parte desde lo laboral, luego entre Junín y Pergamino y, por último, desde el punto de vista de cada Producto bruto Geográfico Municipal.
El empleo público
El principal dato que surge es que, en todos los municipios de la Cuarta Sección Electoral, el principal generador de empleo registrado es el Sector Público. Inclusive, en municipios el porcentaje está por encima del 50%.
En Junín, el empleo público (son los cargos registrados a nivel municipal, provincial y nacional), encabeza el ranking local con el 32,5%. En Chacabuco sucede lo mismo, con el 34,8%; en Lincoln, con el 41%; en Arenales, con el 43,1%; en Viamonte, con el 52,5%; en Ameghino, con el 43,5%; en Bragado, con el 36%; en Pinto, con el 54,4%; en Alem, con el 28,4%; en Alberti, con el 46,1%; en Casares, con el 42,2%; en Tejedor, con el 57,1%; en Yrigoyen, con el 50,2%; en Nueve de Julio, con el 34,4%; en Pehuajó, con el 49,5%; en Rivadavia, con el 37,8%; Chivilcoy, con el 33,6%; Villegas, con el 41,4% y en Trenque Lauquen, con el 39,7%.
De la Segunda, Rojas se suma a esa lista con el 32%, al igual que Pergamino con el 24,6%. En cambio, en Salto y Colón, el sector más fuerte es el industrial, relegando al segundo lugar al público que, de todos modos, lo sigue muy de cerca, casi en un empate técnico.
Claro está que el problema estructural que tiene la Cuarta Sección se repite en muchos rincones del país, inclusive a nivel provincial. Y la pregunta que surge es si el empleo público es causa o consecuencia de las reiteradas crisis económicas. Tal vez, se podría decir que los dos. Tener un Estado grande y sin financiar lleva a un estancamiento de la economía y a la inflación actual. Pero también es respuesta, porque a la falta de oportunidades y de desarrollo productivo real, en muchas localidades la salida a la crisis se convirtió en la creación de empleo público. Entonces es un círculo vicioso que se retroalimenta.
Es importante aclarar que los datos son sobre el empleo en blanco y del año pasado (los más actualizados) y surgen de la Dirección Provincial de Estadística. Por lo que, en parte, las diferencias abismales podrían deberse a que esas ciudades registran altas tasas de informalidad.
De acuerdo con un estudio realizado sobre la base de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el 45,5% de la economía argentina se encuentra no registrada. De todas maneras, al analizar qué ocurrió durante los últimos diez años, en casi todas las provincias del país aumentó más la cantidad de empleo público que el número de puestos en el sector privado.
Sectores pujantes
Retomando la senda del análisis comparativo entre Junín y Pergamino, puede anexarse que, en el primero de los municipios mencionados el sector más pujante es el Comercio, seguido por la industria y, más abajo el Agro. Sumando los tres se quedan con el 48,5% del PBG local.
En cambio, en Pergamino la principal actividad es la Industria, acompañada por el Comercio y el Agro. En este caso, realizando la suma de los tres, se adueñan del 56,9% del PBG pergaminense.
En cuanto a los puestos formales de trabajo, en ambos municipios el principal generador de empleo es el Sector Público, como ya se explicó. En Junín, de los 24.516 trabajos “en blanco” existentes, 7.978 son del espacio público (32,5%). Del mismo modo, en Pergamino hay 24.110 cargos formales, de los cuales 5.926 son de áreas públicas (24,6%). Además, en Junín el 60% de los empleos son generados por el Sector Público, el Comercio, la Salud Privada y la Industria. Y en Pergamino, ese mismo porcentaje lo crea, además de lo Público, la Industria y el Comercio.
En conclusión, el Comercio es el principal motor de la economía juninense y de Pergamino lo es la Industria. Pero en ambos distritos, el Sector Público, termina siendo el principal generador de trabajo. Y el agro, tan importante para la generación de divisas, sólo brinda entre el 2% y el 7% de los puestos de trabajo formales.
La contracara de lo que sucede en la Cuarta con el empleo Público, es la principal actividad productiva. Sólo en dos municipios (Junín y Bragado), el agro no aparece como principal actividad económica. Lo llamativo es que únicamente en cinco distritos (Lincoln, Viamonte, Ameghino, Pinto y Alem), dicho sector se convirtió en la segunda fuente de empleo, por debajo del público, lo cual permite entrever que el nivel de trabajo no registrado en la labor rural, sería alto.
Datos del PBG local
En orden de importancia respecto del resto de los municipios bonaerenses Junín ocupó el puesto 40 retrocediendo 1 lugar respecto a 2022.
El sector Comercio fue el más importante alcanzando 102.032 millones de pesos, con una disminución de 1,6% interanual. El sector Industrial le siguió en importancia aportando 48.954 millones de pesos, con una caída del 3,7% respecto a 2022, originada en el descenso de 4,1% en la elaboración de alimentos y bebidas, que abarcó la mitad de su industria.
En tercer lugar, se ubicó el sector Agropecuario aportando el 10,4% y alcanzando 44.919 millones de pesos, con una caída de 44,7% respecto a 2022. De ese total, el 65,9% se originó en los cultivos, el 24,8% proviene de actividades ganaderas y un 8,4% en servicios agrícolas y pecuarios.
En la campaña 2022/23 se cosecharon 191.250 toneladas de maíz, 143.200 toneladas de soja, y 86.571 toneladas de otros cultivos. El stock ganadero estimado del distrito a fin de 2023 sumaba 88.168 bovinos, 24.737 porcinos y 3.818 ovinos, entre otras cabezas de ganado.
La fuerte presencia de la economía informal diluye notoriamente la importancia y el aporte que podría tener dentro del Producto Bruto Geográfico (PBG). Este dato deja al descubierto que, de formalizarse más la producción, quizá estarían al menos un escalón arriba en el ranking.
El Producto Bruto Geográfico Municipal es una asignación descendente. Es decir, se asigna el PBG de la Provincia a partir de variables de distribución geográfica y las estimaciones para cada municipio se presentan tanto a valores corrientes, así como constantes de 2004, con la apertura a nivel de sectores económicos.