Los hábitos de los consumidores ya están cambiando por la cuarentena
Comerciantes creen que la venta online, que tuvo un gran crecimiento, seguirá siendo muy usada cuando termine el aislamiento. El teletrabajo, la asistencia virtual y las nuevas rutinas de higiene y prevención son otras prácticas que llegaron para quedarse. Estas transformaciones se esperaban para dentro de unos años, pero se dieron ahora y de manera abrupta.
Una de las claves para el éxito de la cuarentena es la asimilación de los cambios en los hábitos de los ciudadanos. No salir si no es necesario, lavarse las manos frecuentemente, usar tapabocas o protectores faciales, mantener distancia con otras personas son comportamientos que, desde el 20 de marzo, se fueron naturalizando entre los ciudadanos.
Y así como nacieron y se incorporaron nuevas costumbres en la vida social, también se fueron adquiriendo procedimientos novedosos –o no tan frecuentes– para la comercialización de productos.
En ese marco, tuvo un gran avance la venta online de todo tipo de artículos, a través de páginas web, redes sociales o plataformas digitales. Un cambio que se venía dando, que se suponía se iba a ir profundizando con el tiempo, pero que las circunstancias obligaron a quienes no podían abrir sus locales a dar el salto inmediatamente.
El teletrabajo, para quienes se desempeñan en numerosas oficinas o espacios administrativos, también pasó a ocupar un lugar relevante. De esta manera, en la actualidad hay una gran cantidad de gente que cumple sus funciones laborales desde la casa.
Algo similar ocurre con el pago de impuestos y servicios, que se hacen cada vez con más frecuencia a través de medios electrónicos. En tal sentido, hay estudios que indican que, en el ámbito de las soluciones digitales, en dos meses se produjo un salto que, de otra manera, hubiese demorado dos años o más.
Este escenario también se ve en nuestra ciudad. De hecho, comerciantes de los más variados rubros consultados por Democracia ratifican esta tendencia y consideran que muchas de estas variaciones llegaron para quedarse. Aun después de que pase el período de aislamiento.
Lo que se advierte, en definitiva, es un cambio de paradigma que resulta difícil de mensurar hasta dónde va a llegar, aunque sí hay bastante consenso en que muchos de los pasos avanzados no volverán hacia atrás. El desafío estará, entonces, en tratar de adaptarse a este escenario de la mejor manera posible. Inclusive con las dificultades que representa el hecho de verse prácticamente obligado a cambiar por circunstancias absolutamente excepcionales, como una pandemia mundial y una cuarentena que establece no pocas restricciones.
Seguir aggiornando
Si hay un sector afectado por la cuarentena, es el del turismo. Matías De Luca, de la agencia Finisterre Viajes, comenta que, en estos dos meses sin actividad, tanto él como sus colegas pusieron el foco en capacitarse y analizar los nuevos paradigmas del negocio. Y también aquí hay cambios a los que se deberán adaptar.
“Se prevé que en el mediano plazo haya una demanda de turismo porque la cuarentena genera esa necesidad de salir”, dice respecto a lo que evalúan las empresas del rubro.
Y añade que las propuestas, más allá de ser económicamente atractivas, deberán ser sanitariamente aceptables: “Si antes las preferencias estaban dadas por el precio o la financiación, ahora van a tener que ver, principalmente, con las normas de higiene o sanidad. Eso ya se está viendo en los mercados europeo y asiático. Argentina se va a tener que amoldar a eso”.
También se estima que se va a comenzar con destinos de cercanía y, en ese terreno, “Junín tiene una gran oportunidad a partir de la posición estratégica que ocupa”. Por eso enfatiza que “debería tenerse en cuenta ese potencial”.
Finalmente, observa que, con esta crisis, se revalorizó a las agencias chicas y de las ciudades. “En los vuelos de repatriación –explica– el agente de viaje de confianza se ocupó fuertemente de ese trabajo, mientras que el mega operador online no lo pudo hacer. Ahora, el pequeño empresario se tiene que seguir aggiornando, continuar con la capacitación y poniendo su agencia al día hacia los nuevos formatos”.
Incorporar cosas
Atilio Bottazzi mantuvo totalmente cerrada su casa de neumáticos desde el 20 de marzo hasta el 13 de abril. Luego, una vez habilitados, se comenzaron a hacer algunos trabajos de urgencia, pero los ingresos no alcanzaron para sostener la estructura. No obstante, el sistema de Repro implementado por la Afip les fue útil para completar el pago de sueldos.
En cuanto a los cambios, se implementó un sistema de turnos para que haya menos gente en el lugar de trabajo. Y se puso en marcha un protocolo enviado por Good Year a sus casas oficiales de todo el mundo.
“Los que tenemos la venta asociada a un servicio vamos a tener que optar por normas de seguridad e higiene muy puntuales. Durante mucho tiempo seguirán estas cuestiones”, sostiene Bottazzi.
Asimismo, considera que van a afianzarse la venta online y los pagos electrónicos: “Hay que incorporar nuevas cosas, como aplicaciones para hacer pagos directamente con el celular. Hoy en día ya hay mucha gente que pregunta si puede pagar con Mercado Pago o te pide el CBU para hacer transferencias bancarias, sistemas que hasta hace algunos meses no existían. Uno esperaba estas cosas para dentro de diez años, pero las tenemos ahora”.
Tiempos complicados
La gastronomía es otro de los rubros más afectados por la cuarentena. Daniel Rivolta, propietario de El Boliche de los Pobres y VoVó está pudiendo sostener sus estructuras con lo que obtiene de otra de sus actividades: la panadería.
“Yo pensaba que todas las cuestiones tecnológicas se venían, pero no pensé que iba a suceder tan rápido”, asevera Rivolta. El problema es que El Boliche es un restaurante clásico, con una clientela de gente más bien grande, “y les cuesta el movimiento en las redes sociales y en Internet”.
Pero los cambios en el movimiento del centro también lo afectan. Hoy no hay viajantes que traigan productos a la ciudad, que era un sector que movilizaba buena parte de la gastronomía y la hotelería.
Y si hablamos de hábitos, esto es una de las cosas que más preocupa a Rivolta: “Se está generando una rutina de no comer afuera y sacar un hábito que se impone es lo más complicado. Entonces no va a ser fácil que la gente, acostumbrada a comer en casa, vuelva a salir. Si a eso se le suma que habrá poco dinero, se vienen tiempos complicados”.
Ser creativos
Recién mañana las concesionarias de autos van a reabrir sus puertas. Para Federico Rodríguez, de Sarmiento Automotores, fue difícil sostener una estructura que le demanda un costo de 120 mil pesos por mes sin poder trabajar.
“Creo que va a pasar un tiempo largo, aun levantándose la cuarentena, como para que nosotros podamos estar compitiendo otra vez. Para mí, salir hecho este año sería un excelente negocio”, resume sobre su situación económica.
Rodríguez dice estar “totalmente convencido de que los hábitos de compra van a cambiar”. Con lo cual, ahora habrá que ver cómo se ajusta su rubro a la venta online o por redes sociales: “Si uno compra una prenda de vestir en una web, se lo mandan y si no le anda, la devuelve. No sé cómo se va a adaptar eso a nuestra actividad. Nosotros estamos trabajando en alguna plataforma web, accesible, pero parte de nuestros clientes no están tan adaptados a este sistema. Vamos a tener que ser lo más creativos posible para encontrarle la vuelta a esta situación, y que sea efectiva. Si yo ofrezco un auto usado, el cliente va a querer verlo porque por ahí va a gastar 400 mil pesos, no es algo chico. Habrá que adecuarse a esos cambios”.
Por WhatsApp
En este escenario, la juguetería y bicicletería Maulini encontró una manera de ir adaptando la comercialización. "Apelamos a un tipo de comercialización que se hizo en la mayoría de los negocios convencionales, que es la venta por WhatsApp. Fue una forma práctica, porque con la foto, los mensajes de ida y vuelta y, quizás, una videollamada, se podían hacer las operaciones. No es lo ideal, pero fue una manera de salir de la situación”, explica Néstor Maulini.
No obstante, aclara que “no es la forma en que la gente está acostumbrada ni nosotros estamos totalmente preparados para eso”, ya que “es muy difícil la venta telefónica” en su actividad.
Por lo pronto, el viernes fue el primer día de apertura al público y eso cambió el ánimo en la juguetería. Pero el contexto seguirá por bastante tiempo, según su opinión: “La gente se tiene que acostumbrar como tenemos que hacerlo nosotros. Tenemos toda una vida de andar libremente por todos lados y ahora hay muchas restricciones de golpe, no es fácil habituarse a eso. Entonces, de a poco, nos tenemos que ir educando en eso. Y la economía se va a caer. Hay muchos rubros que están pasando momentos muy difíciles y lo van a seguir pasando, como el turismo, la hotelería, gastronomía y demás. Eso generará una retracción importante”.
Situación crítica
Luis Hissuribehere, propietario del corralón Don Emilio, comenta que la autorización para abrir su negocio “fue importante” porque con ese movimiento se les pudo pagar a los empleados.
Hoy las ventas alcanzan a un 40 por ciento de las épocas previas a la pandemia. Además, la situación es compleja porque solamente están fabricando las cementeras, con lo cual, están agostando su stock del resto de los productos.
Los cambios en la atención tienen que ver con el cumplimiento de lo que definen los protocolos: horario restringido, mantenimiento de la distancia entre los que asisten y las medidas de higiene correspondientes.
“Es difícil saber cómo va a seguir –puntualiza Hissuribehere–, estamos respetando lo que dicen las autoridades sanitarias pero, por otro lado, creo que habría que mirar un poco más lo económico, hay gente que la está pasando muy mal, vemos una situación bastante crítica”.
Momento delicado
La crisis también se observa en el rubro inmobiliario. Recién esta semana pudieron abrir sus puertas y empezar con algunos movimientos. “Por ahora estamos cobrando alquileres y haciendo trabajos de administración, nada más”, resume el martillero Cristian Márquez.
Según su análisis, los alquileres de locales comerciales es un reflejo de la situación actual: “Absolutamente todos están con serios problemas para pagar. Hay que decir que los propietarios tienen una muy buena actitud y predisposición, y entienden la situación de los inquilinos”.
Y en relación a sus expectativas, concluye: “Es un momento muy delicado. El dólar subió a $120, pero si lo necesitás ya se consigue a $130, así que es muy difícil hablar de ventas en este contexto. Ahora por lo menos hay más movimiento, pero no veo rápida la recuperación, la salida va a ser larga”.
Cambios abruptos
Gustavo Nani, de la consultora Gestión de Recursos, señala que el teletrabajo en el sector administrativo es una tendencia que va a imponerse, tal vez no para toda la semana, pero sí como una alternativa para que una parte del plantel de una empresa haga sus labores desde su casa, por turnos rotativos.
Entre otros hábitos que llegaron para quedarse, Nani cree que “el uso de las medidas de seguridad e higiene, como tapaboca, guantes, testeadores de temperatura van a ser moneda corriente”.
Tanto los comercios como las entidades públicas y oficinas necesitarán adecuar sus instalaciones para la vuelta del personal, lo que exigirá la colocación de tarimas o separadores de Durlok, así como toldos para proteger a los que deben hacer filas. “Eso va a generar una gran cantidad de pequeñas obras, un movimiento interesante. Y aparecerán productos que hace cinco meses no existían, como picaportes para abrir con el pie, mecanismos electrónicos y hasta barbijos de diseño que hoy en Estados Unidos los venden a 200 dólares”, agrega el consultor.
Finalmente, observa que en la venta online “se empezó a ver un incremento, que va a seguir siendo exponencial”, lo que también traerá aparejado una demanda superior de los servicios de paquetería. “Los cambios que se esperaban para dentro de cinco años o más aparecieron de manera abrupta en dos meses, y llegaron para quedarse”, concluye.