Polémica por los hornos de ladrillo del Campo La Cruz

Oscar Farías, director de Derechos Humanos, al ser consultado por DEMOCRACIA, explicó los motivos por los cuales se prohibió por ordenanza, hacer pozos para sacar la tierra, que luego era utilizada en hornos de ladrillo, en el paraje de Campo La Cruz.
“Cada quince días hacemos reuniones con la Secretaria de Derechos Humanos de la provincia, no solamente por este tema, sino por las causas que se labran en el Juzgado Federal, referidas a la última dictadura militar. Sabíamos que iba a venir uno de los abogados de la secretaría a abrir una instancia de diálogo respecto a esta problemática que ahora plantea un grupo de familias que están trabajando en hornos de ladrillos, en el Campo La Cruz”.
“Uno de los integrantes del grupo reconoció que estaba mal la venta de la tierra y los pozos que se estaban haciendo, y eso es un avance, hay una apertura de diálogo. Lo que solicitan es la posibilidad de sacar tierra. La ordenanza, a partir de la denuncia que habían presentado los descendientes del cacique Nahuel Payún ante el fiscal Terrón, lo prohíbe. Fue aprobada por mayoría en el Concejo Deliberante”, advirtió.
“La norma declara como zona protegida, área e-cológica y patrimonio cultural a las tierras del Campo La Cruz, y prohibe toda extracción y explotación de la tierra. Se trata de detener la venta clandestina de tierra y que no se caven más pozos. Lo que dispone la ordenanza es algo muy justo, porque a nuestros antepasados les costó mucha sangre tener esta tierra”, afirmó.
Farías aclaró que en ningún momento desde el gobierno local ni desde el Concejo Deliberante se les pidió que desalojaran a estas familias. “No los van a sacar ni les van a quitar la propiedad, pero no pueden hacer más pozos, porque esa zona, además, es inun-dable”, apuntó.

¿Que actividad pueden hacer?, se le preguntó, ya que muchos de estos vecinos desde hace muchos años están explotando hornos de ladrillos. Farías respondió: “Desde la Municipalidad les ofrecieron todas las posibilidades de organización en forma de cooperativa, de acogerse a los programas de microempren-dimientos productivos, de cría de animales o el mismo emprendimiento que están haciendo pero en asociación de cooperativas, es decir a través de diferentes programas que tiene la Nación o la Provincia o el municipio”.
¿Qué motivó la ordenanza?, a esta cuestión el director de Derechos Humanos dijo: “Nos ocupamos de reglamentar el tema de las tierras, y esto tiene que ver con la religiosidad del mapuche, para quienes la tierra es algo sagrado”.
En cuanto a si el gobierno no podía prestar terrenos fiscales para sacar tierra y mantener los hornos, Farías dijo que desde el municipio les dieron algunas camio-nadas de tierra para hornos de ladrillos, pero señaló que no se trataba de dar solamente, sino tener en cuenta la organización, porque como toda pequeña empresa, una parte de la ganancia debe ser para el sustento de la familia pero la otra había que invertirla en materia prima. “El municipio no puede asistirlos permanentemente”, dijo.

Familiares

“Algunos vecinos del Campo La Cruz, incluso familiares míos, han personalizado la cuestión en mi persona, pero aclaro que yo estoy ejerciendo un cargo público. Hace varios meses se acercaron los descendientes ancianos del cacique Nahuel Payún, para reclamar la preservación de la tierra como algo sagrado y ahí nació la inquietud que luego se tradujo en una ordenanza”, apuntó Farías.
“Nosotros también estamos abiertos a instancias de diálogo con ellos, pero lo han tomado un poco a título personal, porque no fui yo el que ha reglamentado esto, simplemente se trata de dar curso en función de la verdad y la justicia. Yo soy descendiente de mapuche y somos parte de esa tierra, y por ser descendiente es que me preocupo por la preservación de la tierra que es lo más sagrado para nuestro pueblo. Campo La Cruz se ganó por una batalla que se dio en La Picasa, por lo que el Estado en reconocimiento dio esas tierras al pueblo del cacique Payún”, dijo.