Fridblatt cruzó la Cordillera de los Andes a pie.
Fridblatt cruzó la Cordillera de los Andes a pie.
TRAVESÍA EXIGENTE

Fabián Fridblatt, el juninense que cruzó la Cordillera de los Andes a pie

“El cruce de los Andes fue un antes y después en mi vida”, confesó a Democracia el atleta, que recorrió 75 kilómetros durante seis días. Además, reconoció que la experiencia “fue sanadora” y aseguró que la volvería a repetir.

“El cruce de los Andes fue un antes y después en mi vida”, fueron las palabras de Fabián Fridblatt, quien cruzó la Cordillera a pie. La travesía se extendió a lo largo de seis días, durante los cuales el juninense tuvo que recorrer más de 70 kilómetros enfrentando el crudo frío que emanan las montañas más emblemáticas de Argentina.

La experiencia de Fridblatt, junto a 28 compañeros más de diferentes puntos del país, comenzó el 8 de marzo, en Potrillo de Piuquenes, Mendoza, y culminó el 14, del otro lado de la Cordillera, en un río chileno donde fue el punto final de un recorrido “sanador” para el atleta local.

En diálogo con Democracia, el juninense expresó: “La emoción fue inmensa, me puse a llorar porque no podía creer donde estaba. Hasta el día de hoy no lo creo. Fue muy lindo todo lo que viví”.

“Superó mis expectativas, no solo por lo que significa hacer el cruce de los Andes, sino que también por la parte emocional. La Cordillera, al menos para mí, tiene muchos significados”, señaló.

En la misma línea, confesó: “Parecía mentira haber estado en el mismo lugar por donde pasó la Campaña Libertadora”.

Dificultades que presentó la travesía

“Cruzar la Cordillera de los Andes tiene su dificultad. Tenés que estar entrenado en la parte física. La altura también juega un rol importante”, comentó Fridblatt.

Además, el juninense resaltó que “hacer senderismo a 4.000 metros de altura requiere una preparación, al menos en la parte física, y luego una adaptación. Por suerte anduve bien en cuanto a la altura, no me afectó”.

La preparación es fundamental para realizar este exigente recorrido, que cuenta con diversas complicaciones que pueden afectar el objetivo principal. “Estuve preparándome durante cuatro meses en la parte física. Fui a un gimnasio para trabajar las piernas y espalda”, dijo el atleta a este diario.

“Nunca había hecho una travesía tan exigente y de seis días. Por eso me preparé durante mucho tiempo”, agregó.

Una experiencia con varios desafíos a superar

“A las 4 de la mañana empezábamos a caminar. A esa hora, el frío se sentía bastante. Cuando asomaba el sol empezabas a tener calor. Es una sensación rara”, contó. Y detalló:

“La caminata siempre fue a pie. En un tramo tuvimos que subirnos a caballo para cruzar el Río Tunuyán. Para las personas como yo, que nunca anduvimos a caballo, era todo un desafío”.

“En total fueron 75 kilómetros de caminata. Arrancamos en Portillo de Piuquenes hasta el hito argentino. Ahí bajamos a pie hasta Chile, hasta llegar a un río, donde finalizó la travesía”, explicó.

Luego, se refirió al regreso hacia tierras argentinas, con el objetivo principal consumado y la emoción a flor de piel. “Volvimos en micro desde Santiago de Chile. La empresa que contraté se encargó de todo. Llevaron comida para las 30 personas y también armaron las carpas de alta montaña para que podamos dormir”, indicó.

“Fue un antes y después en mi vida”

“Es lindo generarse un desafío a esta altura de la vida. Fue una experiencia sanadora. El cruce de los Andes fue un antes y después en mi vida”, expresó Fridblatt, que comenzó a practicar el deporte en la escuela de senderismo y trekking de Junín.

Luego de pasar por una travesía llena de obstáculos, el atleta local no dudo y confesó: “Volvería a repetir el cruce de los Andes. Es muy emocionante. La Cordillera es muy emblemática para nosotros. Si es por gusto, lo volvería a hacer”.

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