La República de los Niños y sus valiosos mini palacios
Un lugar inspirado en los cuentos de Andersen, los hermanos Grimm y las leyendas narradas por Tennyson y Mallory, con influencias de estilos medievales, europeos e islámicos
En 1949, en el corazón de Gonnet se levantó la República de los Niños en un muy bello y arbolado espacio de 55 hectáreas que ocupaba hasta entonces el Swift Golf Club. Muchos de esos valiosos grupos forestales persisten, así como algunos de sus amplios corredores de césped hasta entonces sólo caminados por los jugadores de ese deporte.
Ese año se inició la construcción a impulsos del entonces gobernador, Domingo Mercante, que aparecía como heredero natural de Perón, cuyo mandato vencería en 1952. Se dijo entonces que Mercante quería regalarle a Evita el fastuoso proyecto, como forma de debilitar la resistencia que ella le oponía.
El equipo proyectista y ejecutor de las obras fue encabezado por los arquitectos Lima, Cuenca y Gallo que tomaron como fuente de inspiración los cuentos de Andersen, los hermanos Grimm y las leyendas narradas por Tennyson y Mallory para planificar y dirigir su construcción con influencias de estilos medievales, europeos e islámicos.
Lo cierto es que la obra financiada con recursos provinciales, a través del Instituto Inversor, fue planeada para ejecutarla en tiempo récord y para ello trabajaron más de 1.600 obreros, asistidos por ingenieros y arquitectos que se habrían inspirado en varios modelos de “países” o “ciudades” infantiles.
Lo cierto es que la República de los Niños, bautizada originalmente con ese nombre, fue inaugurada el 25 de noviembre de 1951, con la presencia de Perón.
EL TRENCITO
Uno de los datos anecdóticos de mayor interés lo sigue dando la locomotora del famoso trencito que recorre el predio cargado de niños felices y ruidosos. De origen belga, había sido utilizada para colaborar, a principios del siglo pasado con la construcción del camino “afirmado”, más conocido como General Belgrano.
A la pequeña locomotora le tendieron en las estaciones cercanas a La Plata, es decir en Villa Elisa, City Bell, Gonnet y Ringuelet, unas vías de trocha pequeña para que arrastrara vagonetas cargadas con adoquines, con los cuales se fue construyendo el camino Belgrano.
Esa misma locomotora y esas mismas vías sirvieron treinta años para instalar el trencito que aún recorre -con las intermitencias propias de las averías mecánicas que suele sufrir- el predio de los chicos.
Tal como dice un texto de la Municipalidad, a cargo hace más de tres décadas de la República, está considerada como el mayor emprendimiento infantil de Latinoamérica y primer parque temático de América, fundada con un doble propósito: el de esparcimiento creativo en un mundo de sueños y cuentos ligados a la infancia y el de aprender a ejercer los derechos y obligaciones que en todo país democrático poseen los ciudadanos.
PALACIOS GUBERNAMENTALES
La República nació también -y acaso esa fuera la intención principalcomo una manera de promover en ella el autogobierno infantil, tomando esa experiencia con un sentido educativo, según se dijo.
De modo que la República eligió de entrada a un gobernador, a sus ministros, a legisladores, intendente y otros funcionarios. Para ello se construyeron palacios gubernamentales hoy subsistentes, como la Casa de Gobierno, la Legislatura, los Tribunales, el Banco Provincia y otros, que se encuentran a poco de la entrada en la primer plaza, en la que también se construyó la Iglesia. Esa plaza, por una avenida central enlaza con la segunda, en donde se encuentra la estación de trenes.
Cada uno de los palacios gubernamentales posee salones “a la manera de los adultos”, para prestar juramento, hacer juicios o cualquier otra incidencia institucional, con un lujo constructivo que aun se hace ver. Recorrerlos constituye uno de los atractivos principales del predio.
El edificio del Banco Municipal Infantil situado frente a la plaza principal -San Martín-, es una réplica del Palacio Ducal de Venecia; cerca de allí se levanta otra construcción, el Palacio de Cultura, inspirado en el Taj Mahal de Agra, de la India, en donde tiene su sede el Museo Internacional del Muñeco.
En la Capilla, bajo la advocación de la Virgen de Lourdes, con grandes planos de techos normandos, galerías laterales y torres con campanarios; la Casa de Gobierno con ventanas de estilo gótico coronado por un techo de imaginativas formas elevadas a manera de torres y miradores, cierran la Plaza San Martín.
EL PAISAJE
El paisaje de la República de los Niños presenta zonas onduladas, espacios verdes parquizados, una añosa arboleda con variedad de especies y una depresión central que por drenaje natural de las aguas conforman un lago con islas.
El predio se halla sectorizado en tres áreas: urbana, rural y deportiva. El área urbana posee senderos, calles y singulares edificios que constituyen un eje central denominado Centro Cívico, donde se concentran las construcciones que albergan las instituciones del Gobierno de la República. Siendo los niños los destinatarios de este emprendimiento, el objetivo fundacional fue construir los edificios a su escala para que puedan vivenciar el funcionamiento de las instituciones republicanas, formándose en los principios democráticos.
Coloridos castillos, palacios orientales, juegos aquí y allá, restaurantes, edificios públicos y hasta la misma Capilla en donde se suele oficiar misa, respetan esa ley lo mismo que sus muebles. La reducción acorde a niños de 10 años no ha quitado encanto ni posibilidad de goce del paseo por parte de los adultos sino que, por el contrario, los obliga a retrotraerse a su infancia.