Vivir la vida de otros
“Las series son muy atractivas. Netflix es interesante pero todo tiene que ver con el uso que hace cada uno”, asegura la psicóloga Raquel Petraglia.
“Existe una adicción a las series y responde al tiempo de la inmediatez. Responde a personalidades más ansiosas donde necesitan consumir sin parar y por otro lado, no pueden poner un freno cuando empiezan a ver algo y necesitan terminarlo aunque eso les consuma muchísimo tiempo”.
Tiene un nombre especial en inglés, se conoce como “binge”, que se refiere a ver una maratón de capítulos de una serie.
Petraglia habla de adicción “en cuanto al exceso de consumo y cuáles serían las consecuencias: sustituir la palabra, la lectura, la elaboración, inclusive suspender actividad física y a veces hasta influye en la sexualidad de una pareja, en la falta de ésta”.
Para la profesional, “no deja de ser una evasión de la realidad de las relaciones directas y responde a esta época de ansiedad e inmediatez, donde todo se quiere ya. Como toda adicción no se tolera la abstinencia”, si bien para ello, “tiene que haber una personalidad previa fundamentalmente ansiosa y personalidades con dificultades para enfrentar la realidad, los problemas y sus soluciones”.
Se trata en cierta forma, de vivir una vida prestada: “me refiero a vivir la vida de otros a través de una serie y se suma la cuestión de lo adictivo, el hecho de no poder parar que cubre otro tipo de necesidades más allá de las secuelas que puede dejar”.
Sin dudas, esta forma de adicción afecta las relaciones interpersonales de la vida moderna.
“Afecta la capacidad vincular, social y a veces afecta incluso el sueño porque las personas se quedan viendo hasta cualquier hora de la madrugada e incluso sustituye la actividad física, entre otras cosas”.
En muchos casos, la serie que se elige “tiene que ver con una proyección de las propias carencias internas y de no ponerse en contacto con el vacío. La sensación de vacío lo que genera es ansiedad y por eso tiene las características de una adicción que no se puede dejar de consumir. Además las plataformas están preparadas para eso, para hacer adictiva a la gente, igual que el celular, los juegos. Tiene que ver entonces no con que las series sean malas sino con el abuso que se hace y la adicción de no poder parar”.