Los animales que son utilizados para detectar enfermedades en los seres humanos
Muchas mascotas alertaron a sus dueños sobre alguna patología que padecían. El olfato es principalmente el sentido que les permite descubrir antes que cualquier estudio clínico la presencia de alguna anomalía.
Tomógrafos, ecógrafos, resonadores, son algunos de los recursos que la tecnología médica puso al servicio de los médicos para dar con precisión diagnósticos, sin menospreciar al más antiguo –el igualmente efectivo- análisis de sangre. Pero ahora la ciencia encontró que los humanos pueden recurrir a los animales para saber si tienen algunos problemas de salud.
Este hallazgo se dio al comprobar los casos de numerosos dueños de mascotas desprevenidos que se enteran de que tenían un problema de salud gracias a ellas. Los ejemplos incluyen perros que lamen, olfatean e incluso intentan masticar manchas en la piel de sus dueños, que luego fueron diagnosticadas como melanomas malignos.
De hecho, muchas especies de animales (desde el gusano microscópico C elegans -muy utilizado en investigación científica- hasta hormigas, ratones y perros) han demostrado con éxito la capacidad de detectar enfermedades en personas a partir de muestras biológicas en experimentos.
Las enfermedades descubiertas son diversas: desde cáncer e infecciones del tracto urinario hasta covid-19 o la infección gastrointestinal Clostridium difficile (infección sumamente resistente a los antibióticos). Muchas de estas enfermedades son potencialmente graves, especialmente en pacientes vulnerables e inmunocomprometidos, por lo que una detección temprana y precisa es esencial.
Estos son sólo algunos de los increíbles animales que pueden revelar dolencias en seres humanos, según reveló Jacqueline Boyd, profesora titular de Ciencia Animal en la Universidad de Nottingham Trent, en un estudio.
Allí se determinó que los perros son posiblemente el ejemplo más conocido de un animal que puede detectar una variedad de enfermedades, incluidas el Parkinson, el cáncer de vejiga y la malaria.
Los ataques epilépticos y los niveles bajos de azúcar en sangre en pacientes diabéticos también pueden revelarse mediante perros de alerta médica especialmente entrenados.
Olores vinculados a enfermedades
Al parecer, el impresionante sentido olfativo de un perro es clave para su capacidad de detectar olores específicos, incluso en concentraciones increíblemente bajas. Por eso se los entrena como “perros de biodetección y alerta médica”. Son entrenados inicialmente para asociar olores específicos con una recompensa positiva, como una golosina o un juguete. Luego se preparan para reconocer cambios de olor o cambios físicos y de comportamiento en su cuidador que predicen una convulsión (u otro evento de salud).
Los perros biodetectores normalmente se quedan paralizados cuando reconocen un olor, esperando su recompensa. Los canes de alerta médica a menudo interactúan con su guía, a veces tocándolos con la pata o empujándolos para indicarles que deben tomar medidas por su seguridad.
Las ratas también son excelentes para detectar olores específicos.La especie gigante africana ha sido entrenada para descubrir el olor de los explosivos de las minas terrestres en Mozambique. También están demostrando ser valiosas compañeras en la detección médica, desempeñando un papel importante a la hora de encontrar tuberculosis en muestras de esputo recuperadas de casos sospechosos.
Las ratas son rápidas y solo tardan 20 minutos en revisar 100 muestras de pacientes. También utilizan su olfato para detectar la firma química distintiva de la tuberculosis en muestras. Su pago por un trabajo bien hecho es un bocado de palta y banana. Su tasa de acierto es significativamente alta: detectan con precisión casos positivos de tuberculosis el 81% de las veces.
También, insectos
Las abejas también pueden detectar animales. Estos insectos pueden detectar signos de determinadas enfermedades en muestras, incluyendo el cáncer de pulmón, la tuberculosis y la covid-19.
Son extremadamente sensibles a los olores de baja concentración, lo que las hace capaces de captar cambios químicos de forma similar a los perros y las ratas.
Los investigadores han podido entrenar a las abejas para que respondan a la presencia de olores específicos haciéndoles que extiendan su lengua para obtener un incentivo de azúcar. Con entrenamiento, esta respuesta se vuelve consistente y altamente sensible a los olores relacionados con estados patológicos.
Esta capacidad hace que las abejas sean útiles para detectar enfermedades de la misma manera que otros animales. Su tamaño podría convertirlas en una opción aún más eficiente y de bajo costo para el "análisis" rápido de muestras.