DESDE LAS VEGAS LOS CREATIVOS DE ATM COMBINAN DISEÑO, HUMOR Y LOCURA
Una empresa, una familia, un programa de TV y muchos peces
"Si usted lo puede soñar, nosotros lo podemos construir" es el eslogan de estos constructores de acuarios de lujo. El misterio y la gracia están en el cómo lo logran.
"Con el agua al cuello" llega a Animal Planet para animar las noches de los jueves, el 7 de junio a las 22.
Este programa, que en esta primera temporada tiene seis episodios, resulta interesante y divertido a la vez. Cuenta las intimidades de una empresa familiar que se dedica a fabricar acuarios a pedido.
A este poco común trabajo (de la empresa Acrylic Tank Manufacturing tiene 15 años) se suma el histrionismo de sus personajes, que llegan a ser tan exóticos como los peces que habitan sus acuarios.
Paso a paso
Armar acuarios puede ser una tarea creativa, por ejemplo en el capítulo estreno deberán enfrentar dos desafíos: crear un acuario con temática mafiosa y otro con Nueva York como inspiración.
La cámara sigue el paso a paso de estos proyectos, desde el primer contacto con los clientes, la generación de ideas, la posibilidad de llevarlas a cabo, cómo se realizan, los problemas y discusiones que se suscitan, la elección de peces, y la finalización del proyecto.
Wayde King aparece como el líder del grupo, su cuñado, Raymer Brett, es quien propone las más locas ideas, aun cuando no sabe si son factibles. Heather, hermana de Brett y esposa de Wayde, lleva las cuentas de la empresa, lidia con los hombres de la casa y termina estando siempre lista, aún para mojarse los pies... En tanto El General, padre de Heather y Brett, parece tener la última palabra. Otros empleados de la ATM conforman el grupo que le dan vida tanto a la serie como a la constructora de acuarios.
Luego de trabajos muy complejos –han llegado a instalar una "pecera" para tiburones en el sótano de una casa– la empresa decidió llevar a la pantalla chica su intimidad.
Wayde y Brett son una dupla interesante que en muchos casos recuerda a los inefables Cazadores de mitos, que mezclan el trabajo con las bromas, sin restarle calidad a lo que hacen.
En definitiva, Con el agua al cuello consigue un buen equilibrio entre lo que es asomarse al "desde adentro" de un trabajo muy poco convencional, la revalorización de la creatividad y las relaciones familiares.
Este programa, que en esta primera temporada tiene seis episodios, resulta interesante y divertido a la vez. Cuenta las intimidades de una empresa familiar que se dedica a fabricar acuarios a pedido.
A este poco común trabajo (de la empresa Acrylic Tank Manufacturing tiene 15 años) se suma el histrionismo de sus personajes, que llegan a ser tan exóticos como los peces que habitan sus acuarios.
Paso a paso
Armar acuarios puede ser una tarea creativa, por ejemplo en el capítulo estreno deberán enfrentar dos desafíos: crear un acuario con temática mafiosa y otro con Nueva York como inspiración.
La cámara sigue el paso a paso de estos proyectos, desde el primer contacto con los clientes, la generación de ideas, la posibilidad de llevarlas a cabo, cómo se realizan, los problemas y discusiones que se suscitan, la elección de peces, y la finalización del proyecto.
Wayde King aparece como el líder del grupo, su cuñado, Raymer Brett, es quien propone las más locas ideas, aun cuando no sabe si son factibles. Heather, hermana de Brett y esposa de Wayde, lleva las cuentas de la empresa, lidia con los hombres de la casa y termina estando siempre lista, aún para mojarse los pies... En tanto El General, padre de Heather y Brett, parece tener la última palabra. Otros empleados de la ATM conforman el grupo que le dan vida tanto a la serie como a la constructora de acuarios.
Luego de trabajos muy complejos –han llegado a instalar una "pecera" para tiburones en el sótano de una casa– la empresa decidió llevar a la pantalla chica su intimidad.
Wayde y Brett son una dupla interesante que en muchos casos recuerda a los inefables Cazadores de mitos, que mezclan el trabajo con las bromas, sin restarle calidad a lo que hacen.
En definitiva, Con el agua al cuello consigue un buen equilibrio entre lo que es asomarse al "desde adentro" de un trabajo muy poco convencional, la revalorización de la creatividad y las relaciones familiares.