EL ACTOR Y DIRECTOR SE JUEGA TODO EN ESTA NUEVA APUESTA ARTISTICA
Marcelo Katz volvió a las tablas con un espectáculo "Top top top"
La obra combina diversos formatos y trucos de distintas alternativas teatrales a lo largo de su hora de duración. El humor y el dinamismo son claves.
El actor y director Marcelo Katz, devenido en ícono del clown en nuestro país, advirtió que Top top top, el espectáculo con el que volvió a las tablas después de siete años dedicado sólo a la docencia y la dirección, representa "un salto mortal de humor y ternura hacia mi autobiografía".
Con gags irresistibles, que condensan en 60 minutos un vertiginoso paseo por las facetas más sensibles y dolientes de su novela familiar, Katz va desvistiendo su historia haciendo uso de su impecable capacidad para generar carcajadas.
"La idea era que cada uno pudiera verse reflejado en este viaje personal y evaluar qué cartas le dio la vida y qué pudo hacer con ellas", explica Katz a Télam sobre el objetivo de esta puesta que realizó junto a Hernán Carbón, quien también cumple el rol de director.
Así, por identificación, esa arma tan letal como efectiva que propone el clown en cada uno de sus juegos, Top top top se convierte en un desglose digno de diván de los afectos más cercanos que marcaron –para bien o para mal– a Katz desde sus primeros años de vida hasta la actualidad.
Y para eso, su personaje acude al juego como artilugio para vehiculizar un sinfín de anécdotas: en medio del escenario, un gran tablero con un tren eléctrico, una montaña, un balde con agua y catapultas de caramelos van abriendo paso a las anécdotas del protagonista.
"Es como si fuera un gran juego de la Oca personal, porque la escenografía es este tablero que va prestando posibilidades lúdicas y permite que la obra no sea un monólogo, sino que además le da acción a la historia”, detalla el actor que no pisaba un escenario como intérprete desde el espectáculo Allegro ma non troppo.
El clown invita al propio artista a repatriar sus defectos, dolores y enojos; ayudado por una pantalla, Katz irá mostrando fotos.
Con gags irresistibles, que condensan en 60 minutos un vertiginoso paseo por las facetas más sensibles y dolientes de su novela familiar, Katz va desvistiendo su historia haciendo uso de su impecable capacidad para generar carcajadas.
"La idea era que cada uno pudiera verse reflejado en este viaje personal y evaluar qué cartas le dio la vida y qué pudo hacer con ellas", explica Katz a Télam sobre el objetivo de esta puesta que realizó junto a Hernán Carbón, quien también cumple el rol de director.
Así, por identificación, esa arma tan letal como efectiva que propone el clown en cada uno de sus juegos, Top top top se convierte en un desglose digno de diván de los afectos más cercanos que marcaron –para bien o para mal– a Katz desde sus primeros años de vida hasta la actualidad.
Y para eso, su personaje acude al juego como artilugio para vehiculizar un sinfín de anécdotas: en medio del escenario, un gran tablero con un tren eléctrico, una montaña, un balde con agua y catapultas de caramelos van abriendo paso a las anécdotas del protagonista.
"Es como si fuera un gran juego de la Oca personal, porque la escenografía es este tablero que va prestando posibilidades lúdicas y permite que la obra no sea un monólogo, sino que además le da acción a la historia”, detalla el actor que no pisaba un escenario como intérprete desde el espectáculo Allegro ma non troppo.
El clown invita al propio artista a repatriar sus defectos, dolores y enojos; ayudado por una pantalla, Katz irá mostrando fotos.