El “círculo rojo”
Por qué Twitter causa tanto furor entre los políticos y las celebridades del mundo del espectáculo. ¿Es Twitter el nuevo medio o plataforma de la gente influyente? En rigor, los especialistas coinciden en que allí están los formadores de opinión, quienes replican luego esa información en los medios tradicionales, audiovisuales, radiofónicos e impresos.
Y si bien Twitter (y las redes sociales en general) aún no tienen en la Argentina el peso para “definir una elección”, como ocurrió con Barack Obama en los Estados Unidos, donde miles de usuarios de sitios como Facebook, YouTube y Myspace se encargaron de replicar el mensaje de su líder político y convertirlo en “viral”, es un medio muy potente para enviar mensajes con un alto grado de inmediatez y personalización.
En Twitter habita –casi desde sus orígenes- el llamado “círculo rojo” de la sociedad, o sea, aquellas personas influyentes (periodistas, políticos, productores de radio y televisión, personajes de la farándula) y en esa condición radica el quid de su alcance mediático y masivo.
Las redes sociales permiten a los políticos, con todo, retomar el contacto personal con los ciudadanos, que a su vez pueden reformular los contenidos y, en última instancia, apropiárselo, en el sentido de hacer suya una propuesta y, por qué no, militar en función de esa idea.
El 57.4% de los argentinos entra a la web para usar Facebook y el 13.8% para usar Twitter, según una investigación realizada por Mídios y Data Load Consultores en enero de 2011.
Twitter funciona como una “agencia de noticias” que “triangula” con los medios tradicionales.
Y si bien su penetración a nivel país es relativa –la política todavía necesita de militantes que peguen carteles en el conurbano bonaerense o recorran los barrios (el “cara a cara” es irremplazable)- los diarios y los medios tradicionales levantan información de las redes sociales, que luego se hace masiva.
Y si bien Twitter (y las redes sociales en general) aún no tienen en la Argentina el peso para “definir una elección”, como ocurrió con Barack Obama en los Estados Unidos, donde miles de usuarios de sitios como Facebook, YouTube y Myspace se encargaron de replicar el mensaje de su líder político y convertirlo en “viral”, es un medio muy potente para enviar mensajes con un alto grado de inmediatez y personalización.
En Twitter habita –casi desde sus orígenes- el llamado “círculo rojo” de la sociedad, o sea, aquellas personas influyentes (periodistas, políticos, productores de radio y televisión, personajes de la farándula) y en esa condición radica el quid de su alcance mediático y masivo.
Las redes sociales permiten a los políticos, con todo, retomar el contacto personal con los ciudadanos, que a su vez pueden reformular los contenidos y, en última instancia, apropiárselo, en el sentido de hacer suya una propuesta y, por qué no, militar en función de esa idea.
El 57.4% de los argentinos entra a la web para usar Facebook y el 13.8% para usar Twitter, según una investigación realizada por Mídios y Data Load Consultores en enero de 2011.
Twitter funciona como una “agencia de noticias” que “triangula” con los medios tradicionales.
Y si bien su penetración a nivel país es relativa –la política todavía necesita de militantes que peguen carteles en el conurbano bonaerense o recorran los barrios (el “cara a cara” es irremplazable)- los diarios y los medios tradicionales levantan información de las redes sociales, que luego se hace masiva.