Franco, hermano de Víctor Schillaci, declaró que fue detenido y torturado tras la fuga.
TRIPLE FUGA DE LA CÁRCEL DE GENERAL ALVEAR

Agentes penitenciarios admiten “cosas raras” en los días previos

Señalaron deficiencias en el sistema de monitoreo y sostuvieron que recibían confusas "órdenes de arriba".

Deficiencias en los sistemas de monitoreo, irregularidades en la relación entre funcionarios penitenciarios con los presos y confusas "órdenes de arriba" para desactivar controles de seguridad formaban parte de la rutina de la cárcel de General Alvear en la previa a la Triple Fuga. Los testimonios de tres agentes que declararon en la cuarta jornada del juicio oral contra Martín Lanatta, Christian Lanatta y Víctor Schilacci por esa evasión que conmovió al país en diciembre de 2015 apuntaron en ese sentido.
El aporte de Franco Schilacci, hermano de uno de los imputados, contó supuestas amenazas, aprietes, golpizas y procedimientos ilegales de agentes de la Bonaerense y del SPB, registrados mientras intentaban encontrar a los evadidos.
El juicio oral que conduce el juez Juan José Ruiz busca determinar la responsabilidad del trío en la fuga, privación ilegal de la libertad de varios penitenciarios y presunto encubrimiento de la suegra de Christian Lanatta en ese episodio. Los primeros delitos estarían casi admitidos por sus autores. Sin embargo, el debate se dispara hacia otros caminos.
En su testimonial, Martín Lanatta, admitió los hechos y hasta se mostró "apenado" por haber maltratado a por lo menos cinco agentes a quienes golpearon, amordazaron y ataron en la madrugada del 27 de diciembre cuando huyeron de la Unidad 30.
Pero el hombre que está condenado a perpetua -junto con los otros dos acusados- por la masacre de General Rodríguez pretende demostrar que hubo una decisión de autoridades penitenciarias y del ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández para promover la fuga.
"Nos querían muertos", dijo varias veces en las dos jornadas que habló ante el Tribunal. Y aseguró que esa determinación llegó después del 2 de agosto de 2015, cuando se emitió un reportaje en el programa PPT de Canal 13, donde afirmó que "el responsable intelectual del triple crimen fue Aníbal Fernández", acusación que reiteró en este juicio. 

Sin cámaras de seguridad
En la audiencia del viernes, Alan Córdoba, quien estuvo de guardia en el sector de Sanidad del penal hasta un día antes de la evasión, reconoció que la cámara de seguridad había sido retirada del sector. Esos equipos se colocaron cuando a los tres los llevaron allí para "tener mejor custodia", después de las revelaciones en el programa periodístico.
Córdoba aseguró que vio varias veces al ex jefe del penal, Manuel Guevara; el director Regional de Unidades, Mario Bolo; el subjefe Jorge Elicheheribetti, y el responsable de seguridad, César Luis Tolosa (todos imputados en otras causas por la triple evasión), que "se reunían en la celda y se saludaban con un beso" con los imputados. "No era normal ese trato", aclaró.
El alcalde Sebastián Desideri era el responsable del soporte técnico de la prisión de General Alvear. Fue quien retiró el sistema de grabación de las cámaras que estaban en Sanidad. Reconoció que "en 2015 las videocámaras no grababan y algunas ni siquiera andaban". Que eso se lo informó a las autoridades. Y que una semana antes retiró el equipo de DVR (grabación) de la filmadora donde estaban los Lanatta y Schilacci.
Además, declaró que el entonces subsecretario de Justicia, César Albarracín, se llevó ese dispositivo. El ex funcionario ya declaró en el proceso por la fuga en la fiscalía de Cristian Citterio, de General Alvear. Admitió que lo retiró del penal en octubre después que se filtró una filmación que Lanatta le hizo a un abogado que le ofreció dos millones de dólares para "retractarse de la acusación contra Fernández". Que era para saber si se había grabado con esa cámara y que devolvió la caja de DVR a fines de noviembre, un mes antes del espectacular escape.
Las audiencias del juicio por la Triple Fuga se retomarán el martes, cuando está prevista la presencia de casi un centenar de testigos.