El “Sapito” ya está en la calle, gracias a la decisión de la Justicia
La persona de 29 años, integrante de la Comunidad Gitana, ya fue liberado hoy por Orden de la Jueza de Garantías Doctora María Laura Durante, titular del Juzgado de Garantías N° 3 del Departamento Judicial Junín.-
Parece no haber suficientes pruebas para mantener detenido a este delincuente, responsable de liderar una Asociación Ilícita dedicada a engañar vilmente a muchos abuelos de nuestra ciudad.
Varias de las víctimas, quienes a pesar de sus dificultades, producto de avanzada edad y el stress sufrido, aún así reconocieron a Castillo como autor del hecho.
Menos importante resultaron las cientos de horas de escuchas telefónicas analizadas que permitieron conformar la Banda Delictiva, determinar su accionar y la participación en este tipo de ilícitos.-
Hoy, el mencionado, está nuevamente a disposición del “delito”, en la calle apresto a seguir engañando a los abuelos, que por lo general viven solos y cuando reciben esporádicamente una llamada en su domicilio, lo menos que se les cruza por la cabeza es creer que no se trata específicamente de un familiar. El ardid que utilizan estos malvivientes, solo dejan ver el estado de vulnerabilidad en que se encuentran nuestros viejos.
Ante estas injusticias aparece la justicia, que termina siendo injusta para con las víctimas y sus familiares, y deja el camino abierto para que personas como Castillo y sus cómplices continúen con sus despreciables actos.
Como fuera informado el nombrado Juan Ignacio Castillo, Sapito, fue imputado por “asociación ilícita", prevista y penada por el artículo 210 del CP en Concurso Real con el delito de Estafa (6 hechos vinculados) previstos por el art. 172 del CP (IPP 6233/16 y sus atrailladas) y Estafa en tentativa y penado por el art. 172 y 42 del CP (IPP 3433/17) todo en concurso Real (art. 55 del CP).
A partir de hoy, es un ciudadano más caminando por las calles, no solo le fue otorgada la Libertad, además se le dio el beneficio de fijar un domicilio en Junín, cuando en realidad no tiene domicilio estable, con el único compromiso de presentarse tres veces por semana antes las autoridades judiciales.
Nadie que habite en nuestra sociedad puede desconocer las habilidades de estos personajes, de engañar a los ancianos y hacerse sus ahorros, que en la sumatoria forman cifras sustanciales.
Evidentemente, lo antes citado es bajo ningún punto de vista es lo que espera la comunidad como respuesta de la justicia, dejando a un lado el daño económico causado (a pesar de que resulta ser muy importante), por el contrario es una Invitación a continuar cometiendo ilícitos de esta especie.