Acceso denegado
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Acceso denegado

¿Qué nos pasa que no podemos o nos cuesta tanto poner límites? No saber de límites y no conseguir hacerlo está hablando de nuestra falta de autoestima, de nuestra falta de respeto hacia nosotros mismos. Son varias razones por las cuales sucede esto, alguna de ellas puede ser que vamos cediendo ante las necesidades del otro, total, no nos cuesta nada, hasta que explotamos y no sabemos por qué. También nos ocurre por creer que podemos con todo, por miedo a la soledad, al rechazo, porque vivimos en automático programados inconscientemente, ¿o será que no nos ponemos límites nosotros mismos y no sabemos de qué se trata?
Poner límites significa que existo y que vos existís. Es decir, hasta donde vos y hasta a donde yo. Reconocernos mutuamente como seres con autonomía, necesidades y derechos para priorizar nuestro bienestar.
Los límites definen cómo soy, cuáles son mis valores, hasta dónde permito según ellos, hasta dónde acepto con lo que soy. Cuando desconocemos lo que somos, quiénes somos, andamos por la vida llenos de malestar, dejándonos llevar por los demás. Caminamos con cargas e inseguridades, dependencia emocional, falta de identidad, sin saber lo que realmente queremos, llenos de confusión y repletos de falta de coherencia con nosotros mismos.

“Los límites definen como soy, cuáles son mis valores, hasta dónde permito según ellos, hasta dónde acepto con lo que soy”.

Cuando nuestro pensar, sentir y hacer están alineados podemos establecer límites y expresar nuestras necesidades y nuestro ser, dejando de lado creencias que nos bloquean, como por ejemplo, no hablar para no crear conflicto, no responder porque es mi jefe o mi mamá, o porque es mi amigo no le puedo decir que no y mucho más. Dejemos de creer que poner límites es ser egoísta, irrespetuoso o se trata de falta de cariño y de importancia. 
Saber de límites, es saber de amor propio y la manera más efectiva es poner límite sin juzgar al otro. ¿Cómo? Hablando de lo que estoy sintiendo cuando la otra persona está invadiendo o faltando el respeto, dejando claro con asertividad cuál es la línea que no permitimos que nadie cruce, haciéndonos valer.
Aprender a decir “no” significa que te estás considerando y esuchando a vos mismo, dejando de considerar más importante a la otra persona a costa de tu represión, frustración y auto anulación. Sos responsable de tu bienestar, de tu autoconocimiento, de llevar las riendas de tu vida con libertad, y no de hacerte cargo de la reacción u opinión del otro.

(*) Coach educativo, neurosicoeducadora, coach emocional
Instagram: @danielatrech

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