¿Damos vueltas y más vueltas ante alguna situación? Lo que hicimos o no hicimos o hubiéramos hecho ya está, es cuestión del pasado y no podemos volver atrás. Dejemos de castigarnos, victimizarnos o sentirnos culpables por eso. Pensar demasiado en lo que pasaría, es futuro, y te desconecta del hoy provocándote ansiedad, preocupación, miedos que seguramente te bloquean de tan solo visualizar imaginariamente lo peor.
La actitud de una persona normalmente se caracteriza o califica por medio de adjetivos, por ejemplo: actitud positiva, negativa, crítica, filosófica. Asimismo, se diferencia de la aptitud, que es la capacidad o facilidad que ya se ha desarrollado, mientras que la actitud de una persona es la voluntad para desarrollarse o realizar ciertas acciones.
Ahora bien, acumular problemas o situaciones sin resolver nos genera estrés, ansiedad, frustración, siendo nuestros pensamientos de preocupación, no solo aumentando nuestro nivel de negatividad, sino también dejando de lado nuestro poder de eficacia resolutiva, bloqueando nuestra cognición ejecutiva. Nuestra actitud es fundamental para resolver cualquier problema.
Predisponernos a aceptar lo que nos está sucediendo es el primer paso para poder modificar alguna situación, y por lo general estamos acostumbrados a querer respuestas en vez de enfocarnos en las preguntas adecuadas.
Las preguntas adecuadas o inteligentes son la clave del desarrollo personal para descubrir todo tu potencial a través de tus propias respuestas que te ofrecerán el cambio significativo que estás buscando. Preguntar es un arte que todas las personas deben mejorar para empoderar su vida.
Las preguntas inteligentes son para valorar creencias, juicios, autoconocimiento, que harán que dirijamos nuestra atención a las soluciones. Este tipo de preguntas se orienta hacia el futuro, hacia el cambio y vienen acompañadas de acción. Son aquellas capaces de activar algo en nuestra mente o en la vida de alguien.
Para lograr este objetivo, será necesario que nos planteemos teniendo en cuenta dos factores fundamentales: el objetivo a conseguir en el futuro y la situación presente que se vive. Perder el tiempo analizando el problema y las causas que en el pasado lo originaron, nunca servirá de nada. Recordá que todos los días es hoy y todos los días tenés una nueva oportunidad para avanzar con actitud. Y yo te pregunto; si te observaras desde afuera como si fueras tu mejor amig@ ¿cómo resolverías este problema?
(*) Coach educativo, neurosicoeducadora, coach emocional
Instagram: @danielatrech
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