Intrigas, señales y controles de ojos amigos detrás de una fuerte decisión oficial
María Eugenia Vidal resolvió avanzar sobre el juego. Un negocio millonario que si sólo se toma el producido de las tragamonedas, representa casi 6.500 millones de pesos al año. El anuncio de hace unos días que involucra licitaciones y el cierre de tres casinos y un bingo, forma parte de un plan que reconoce diversas aristas en las que confluyen acuerdos políticos, decisiones de tendientes a reducir la oferta lúdica y compromisos con importantes sectores de poder.
El “no va más” para uno de los tres bingos que funcionan en Lomas de Zamora es por demás revelador. Esa sala de juego operaba en un shopping y sus operadores avanzaron con el guiño oficial durante la administración de Daniel Scioli, en la construcción de un mega emprendimiento en Puente La Noria donde existe un enorme conglomerado urbano en el que abundan sectores sociales de escasos recursos. Esa mudanza, se estimaba, iba a multiplicar sus ingresos.
Hace un par de años, la que puso el grito en el cielo fue la Iglesia, que considera al juego un “crimen” contra los más pobres. “El juego desune y destruye familias, quiebra la autoestima de las personas, enferma y esclaviza”, fue el duro pronunciamiento de entonces en contra del redituable traslado.
Cuentan que en plena campaña electoral que la terminó depositando en el sillón de Dardo Rocha, Vidal se comprometió con el obispo de la diócesis de Lomas de Zamora a que no permitiría aquella mudanza si llegaba a la Gobernación. Casualidad o no, por aquel entonces arreciaban las versiones sobre las cadenas de oración que se realizaban en los templos católicos en velado respaldo a la entonces candidata de Cambiemos en la pulseada que mantenía con el peronista Aníbal Fernández.
Vidal no solo bloqueó el traslado: ahora aprovechó el vencimiento de la concesión para directamente dar de baja a esa sala de juego.
Hay otro costado digno de mencionar en este episodio: el que perdió con la decisión oficial fue Daniel Angelici, hombre de confianza de Mauricio Macri. Cuentan que detrás de aquella movida para trasladar el bingo estuvo Daniel Mautone, un empresario del juego cercano al presidente de Boca. Angelici es, por lo demás, un hombre vinculado a la actividad: explota bingos en Ramallo y Pergamino.
Más medidas
La decisión oficial anunciada hace algunos días involucra otras cuestiones: la licitación de los 9 casinos que seguirán operando, la provisión de unos 3.800 máquinas tragamonedas que funcionan allí y el control on line de las mismas. Hoy, la empresa Boldt se encarga tanto de las máquinas como de su monitoreo. Vidal no quiere que la misma empresa tenga las dos atribuciones en simultáneo.
El control de lo que recaudan esas máquinas es un tema por demás sensible. El Gobierno de Cambiemos hace rato que le puso el ojo a esa operatoria en la que, sospecha, podría existir cierta laxitud. En esa línea habría que anotar la decisión oficial adoptada hace poco más de un año de dar de baja el convenio que Scioli había firmado con la Universidad de La Plata para realizar ese control.
“Oneroso, sospechoso e inoperante”, fueron las llamativas y duras calificaciones que surgieron entonces para dar por terminado ese acuerdo que en 2015 había costado a todos los bonaerenses unos 36 millones de pesos.
En esta bolsa millonaria que se licitará por el término de 20 años quedan afuera 45 bingos, cuyas licencias fueron prorrogadas en algunos casos hasta 2024 por Scioli a cambio de un adelanto del cánon que debe percibir la Provincia. Tampoco están incluidas las 12 mil tragamonedas que funcionan allí.
Lo que no se conoce aún es si el gobierno de Cambiemos seguirá avanzando con la idea de ir reduciendo el juego o se quedará en el proyecto de blanquear su operatoria. En 2019 puede que se devele esa incógnita: ese año vencen las concesiones del bingo de San Martín y de otra sala que opera en Lomas de Zamora.
En el oficialismo hay sectores que miran con lupa estos movimientos de Vidal. El sector que lidera Elisa Carrió ya anunció que quiere ir por más. Si bien ponderó las decisiones de la mandataria, anticipó que se debe ir por un proyecto para limitar el horario de funcionamiento de los bingos, que hoy pueden operar las 24 horas.
No sólo esa cuestión inquieta a los lilitos. Ya se sabe que mirarán con lupa la licitación y, en especial, si el nombre de Angelici, enfrentado con Carrió, cuela en el proceso.
“El Gobierno sospecha de cierta laxitud en el control de las tragamonedas”.
La discusión salarial
La Gobernadora estuvo en las últimas horas con Mauricio Macri en la coqueta Villa la Angostura. Estuvo acompañada de varios de sus ministros y en ese encuentro se repasaron diversos aspectos de la gestión bonaerense.
Hay varios frentes abiertos en la administración provincial. Deberá encarar en primera instancia, una compleja negociación salarial con los gremios docentes y estatales.
Existen cambios en las reglas de juego plateadas por el Gobierno que ya incomodan a los sindicatos. La nueva meta inflacionaria del 15%, es una de ellas. Ministros de Vidal venían hablando con los gremios de una propuesta anual cercana al 12%, pero ahora el recálculo oficial dejó aquellas conversaciones en fojas cero.
Otra cuestión que se torna aún más compleja. Si se confirman las versiones que circulan, tanto en la Nación como en la Provincia no quieren volver a repetir la experiencia de la cláusula de actualización salarial automática por inflación.
Para los gremios, se trata de un mecanismo que terminaron aceptando no tan convencidos hacia fines de 2016 pero al menos les garantizó “empatar” con el alza del costo de vida. Ahora se abrazan a ese esquema, más aún cuando se dice que la oferta oficial no pasaría del 16 ciento y las proyecciones de consultoras privadas ya hablan de que la inflación este año rondaría el 19 por ciento, cuatro punto por encima del recálculo oficial.
Hay otro asunto en danza que acaso sea un tanto más espinoso. Algunas versiones comienzan a dar cuenta de la intención oficial de avanzar con una suerte de reconversión de los miles de planes sociales que otorgan tanto la Nación como la Provincia y que, en términos políticos, podría quitarles incidencia y manejo a diversas organizaciones enroladas en distintas vertientes del peronismo.
En el oficialismo se dice que quedan poco más de seis meses para avanzar con una serie de cuestiones clave. Hay una agenda legislativa cargada que incluye, entre otras cuestiones, la probable discusión de la reforma previsional -la Provincia podría llamar a una mesa de diálogo con los gremios- y una serie de cambios en el Estatuto Docente que es probable dispare uno de los recurrentes cruces con los maestros.
La meta, en cuestiones de tiempo, es llegar al final del Mundial de Fútbol, a fines de julio, con estas cuestiones resueltas. Estiman que, luego, empezará a primar el calendario electoral de 2019. Y para entonces, Cambiemos se puso como objetivo no dar malas noticias.