BRASIL. VÍNCULOS EN LA REGIÓN CON CLIMA DE TENSIÓN

Bolsonaro envía a su vice a la asunción de Fernández

Hamilton Mourao es el segundo del Ejecutivo brasileño, un general retirado de 66 años. Mientras, el mandatario electo refuerza el contacto con México.

La relación entre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el mandatario electo Alberto Fernández empezó con una serie de declaraciones cruzadas que perdieron fuerza el fin de semana, cuando el brasileño moderó su discurso al señalar que “la Argentina precisa de Brasil y Brasil precisa de la Argentina”.
En el marco de esas declaraciones, Bolsonaro abrió la posibilidad a que el Ejecutivo de Brasil enviara a algún representante a la asunción de Alberto Fernández, y ahora, fuentes del entorno del presidente electo confirmaron que será el vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, quien viajará a la ciudad de Buenos Aires para presenciar el traspaso de mando el 10 de diciembre.
Mourao, un general de 66 años que defendió en más de una oportunidad la actuación de las Fuerzas Armadas durante la dictadura brasileña que se extendió entre 1964 y 1985, fue al menos la cuarta opción de Bolsonaro para la vicepresidencia, luego de que distintos dirigentes rechazaran acompañar al ahora presidente brasileño en la fórmula.
Durante la presidencia de Dilma Rousseff fue separado del Comando Militar del Sur por criticar a la mandataria y eso catapultó su perfil político, que alimentó a fuerza de declaraciones de la talla de pedir una intervención militar en Brasil para frenar la corrupción de la clase política de ese país.
El contacto oficial para coordinar esta visita de Mourao a Buenos Aires comenzó cuando desde el Palacio de Planalto, la sede del Poder Ejecutivo de Brasil, se comunicaron con la Cancillería argentina, que facilitó los teléfonos de las oficinas de Fernández. Cuando desde Planalto se pusieron en contacto con esas oficinas, el presidente electo ya se encontraba en México, aunque se concretó finalmente el enlace telefónico.
Si bien el presidente del país vecino mantuvo en parte su tono duro al reiterar con que “no” piensa “llamarlo” a Fernández “para desearle suerte”, el sábado había admitido que “si alguien del gobierno quiere ir (la asunción de Fernández), basta que me hable. Si hubiera algún voluntario, está libre para ir”.
Entretanto, la mala situación del vínculo entre los dos miembros principales del Mercosur fue lo que realzó la importancia del encuentro entre Fernández y López Obrador, según consideran en la delegación que llegó hasta la capital mexicana.
 Un indicio de eso es que en las conversaciones con el gobierno mexicano, el equipo de Fernández comenzó a evaluar los acuerdos comerciales que están en vigencia entre los dos países y los rubros en los que el intercambio podría incrementarse. La carne y los autos estuvieron al tope de esa agenda, pero en los encuentros en el Palacio Nacional con el presidente y en las reuniones con algunos de los principales empresarios mexicanos que mantuvieron Fernández, Felipe Solá -quien funciona como una suerte de canciller no designado- y los economistas Matías Kulfas y Cecilia Todesca, se habló incluso de las exportaciones de porotos negros, que forman parte esencial de la dieta azteca.