UCA: pobreza en el país subió a 32,9% y alcanza a 13 millones de personas
Entre 2015 y el tercer trimestre de 2016 aumentó de 29% a 32,9%; en tanto, hay casi 600.000 nuevos indigentes, según anunció Agustín Salvia.
En un año de ajuste y recesión como fue 2016, la pobreza también creció. De acuerdo a la Universidad Católica Argentina (UCA), en casi un año se registraron 1,5 millones más de pobres y unos 600.000 indigentes más en la Argentina.
Según la Universidad, la pobreza pasó de 29% a fines de 2015 a 32,9% en el tercer trimestre de 2016. En tanto, la indigencia subió a 6,9 por ciento. En la Argentina hay 2,7 millones de personas que sufren hambre y 13 millones de pobres con datos actualizados a septiembre del año pasado.
Tanto para la pobreza como para la indigencia son los mayores niveles registrados desde 2010. “Las medidas de ajuste económico, el contexto internacional adverso, la política antiinflacionaria y la rezagada inversión privada y pública habrían agravado el escenario de crisis, más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”, se sostuvo en el informe para explicar el peor escenario.
Al comparar indicadores desde el 2010 hasta el tercer trimestre de 2016, el informe señala que las tasas de pobreza e indigencia “retomaron los niveles de 2009” pero “muy lejos de crisis sociales atravesadas históricamente por el país” como la del 1988-1990 o 2001-2002. “Si bien este shock habría sido mucho más fuerte durante el primer semestre del año, la situación no se habría revertido durante la segunda parte del año. El proceso habría generado un mayor deterioro laboral y en los ingresos de los sectores medios bajos informales, así como una profundización de la indigencia en los sectores más vulnerables”, informó la UCA.
En tanto, destacó que “si bien en el segundo semestre se registró una baja notoria en el ritmo inflacionario y, al final del mismo, habría tenido lugar una efectiva recuperación del empleo, hacia el tercer trimestre del año no se evidenciaban cambios significativos en el nivel de actividad ni en la demanda laboral”. A modo de conclusión, la UCA indica que durante el período del Bicentenario “los indicadores laborales muestran la persistencia de la pobreza y desigualdades estructurales” y que “todavía estamos lejos de garantizar los derechos mínimos de inclusión social para una parte importante de la sociedad”.
“La evolución de distintos indicadores de las condiciones materiales no ha sido equitativa al interior de la estructura social. Los más perjudicados en lo que respecta a las capacidades de subsistencia fueron los hogares de estratos muy bajos y de espacios segregados”, concluye.