IMPUESTO A LAS GANANCIAS

Para la Sociedad Rural hay una “presión tributaria explosiva”

La Sociedad Rural Argentina advirtió que los cambios aplicados en el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias están en el camino correcto de proteger a trabajadores de los efectos de la inflación, pero alertó que en el país hay una “presión tributaria explosiva”.
La entidad sostuvo que los cambios en ganancias son beneficios que se establecerán solo hasta diciembre de 2013, es decir hasta dos meses después de las elecciones legislativas.
En cuanto a la suba del mínimo no imponible de Ganancias, la Rural destacó que es una forma de comenzar a sincerar los verdaderos índices del aumento de precios en la Argentina.
Por eso, estos cambios -que durarían para el actual ejercicio fiscal- no deberían ser la excusa para establecer más gravámenes a las empresas, cuando la economía ya soporta una carga tributaria que supera el 45% del PBI, la más alta de la historia, dijo la entidad que preside Luis Etchevehere.
“En ese sentido, el nuevo impuesto a la distribución de utilidades empeora aun más la minada competitividad de la actividad agropecuaria”, explicó la SRA.
Por otro lado, ¿si el beneficio para los trabajadores es temporario, el nuevo tributo será también temporario?, se preguntó.
“El campo tiene una carga fiscal que es un 58% más alta que la del resto de los sectores de la economía, ya que se mantienen las abusivas retenciones que deprimen los precios que recibe el productor, a lo que se suman las distorsiones que genera la permanente intervención del gobierno en los mercados”, indicó.
Además, destacó que “los costos de los insumos agropecuarios se incrementaron en forma desmedida, reduciendo aún más la rentabilidad de los productores, las valuaciones fiscales y la base imponible del impuesto inmobiliario tuvieron un incremento exponencial; las tasas municipales, entre otros impuestos provinciales y nacionales también crecieron; y no se permite el ajuste por inflación de los balances”.
Los ruralistas opinan que una nueva tasa del 10% para el retiro de utilidades podría hacer inviables muchas empresas agropecuarias, que pasarán a engrosar las más de 60.000 firmas que ya han desaparecido.