ALTERNATIVA SUSTENTABLE

Las legumbres, buenas para todo

Los beneficios no sólo radican en su aporte a las rotaciones de los suelos para mejorar la fertilidad de la tierra, sino también en las ventajas nutricionales que tienen al consumirlas como alimento en la mesa diaria.

Capaces de fijar el nitrógeno del aire, las legumbres son cultivos que se destacan por mantener la fertilidad química y ayudar a mitigar el cambio climático. Estudios del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria analizan los beneficios de las legumbres como complemento a los cereales de invierno y prevén un aumento de más del 30 % del área de siembra.
Para 2016, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) propuso que el Año Internacional de las Legumbres sea la oportunidad para potenciar estos cultivos por su rol en materia de seguridad alimentaria y nutricional. Pero, además, reconoce el papel fundamental que juegan en la adaptación al cambio climático, la salud humana y la de los suelos.
De acuerdo con estudios del INTA, "tanto en garbanzos, arvejas y porotos se observa que la Fijación Biológica del Nitrógeno (FBN) es verificable en condiciones de cultivo, disminuyendo la toma de nitrógeno desde el suelo".
En este sentido, Alejandro Perticari, coordinador de la Red de Recursos Genéticos Microbianos del INTA Castelar, aseguró que "la mayor contribución de nitrógeno fijado a los ecosistemas terrestres proviene de la asociación de la bacteria del género Rhizobium relacionados con las leguminosas".
Pero, para que esto suceda, es fundamental una estrategia de manejo del suelo y de los cultivos que contribuyan a proteger el ecosistema que forman los microorganismos cercanos a la raíz.
Es que, reunidos en la rizosfera -parte del suelo inmediata a las raíces vivas con una intensa y compleja actividad microbiana-, los microorganismos interactúan con la planta y unos con otros, a través de diferentes mecanismos bioquímicos.
Así promueven el crecimiento vegetal, contribuyen a la fertilidad e impulsan un mejor aprovechamiento del suelo, se explicó en un reporte. "Este proceso es factible que se mantenga vigente en aquellos ambientes productivos de legumbres nativas realizados a pequeña escala donde la intervención del hombre es menos agresiva sobre los microorganismos presentes en el suelo, como es el caso de la producción familiar de legumbres", indicó Perticari.
De acuerdo con la FAO, gran parte de la producción de legumbres en América Latina y el Caribe está en mano de agricultores familiares, por lo que juegan un rol central en el desarrollo rural y su cultivo ayuda a la mitigación del cambio climático al fijar nitrógeno en el suelo.
Mientras que para Carlos Piccinetti -especialista en FBN en leguminosas del INTA Castelar-, emplear sistemas de rotación con manejo integrado de nutrientes que apoyan los procesos naturales, es una alternativa viable a fin de aumentar la fertilidad del suelo.
También ayuda a la producción de la cosecha, al tiempo que se reduce el impacto negativo de los fertilizantes químicos para el ambiente.
En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario fue sede de la Jornada Nacional de Legumbres y, como siempre, expertos en la materia se encargaron de analizar la importancia de incluir estos cultivos en las rotaciones y en la dieta.
El ingeniero Martín Rosenkjaer, representante de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera), y la ingeniera agrónoma Belén Agosti, de Chacra Pergamino de Aapresid, defendieron la producción y consumo de legumbres "a capa y espada".
"En el 2013 la FAO y la ONU declararon este año como el Año Internacional de Legumbres, por la importancia que creen que tienen estos cultivos a nivel global para la salud y para el hambre en el mundo", manifestó Rosenkjaer, y agregó: "De más está decir que también hay un interés comercial porque lo que se busca es mejorar las relaciones entre los países para comercializar muchas más legumbres".
Para ello, el especialista no sólo hizo hincapié en la necesidad de que se eliminen las barreras arancelarias que traban la comercialización, sino que también haya un cambio a nivel cultural que permita detectar los beneficios de producir y consumir legumbres.

¿Cuánto producimos?


Al ser consultado por el área sembrada con legumbres, el representante de Clera explicó: "En nuestro país producimos todo lo que podemos producir. Debemos tener en cuenta que las legumbres tienen zonas de producción complicadas".
Y agregó: "El garbanzo y la arveja, pueden hacerse en mayores zonas del país, pero si no se hacen es netamente por motivos culturales y por las facilidades de producción que presenta el cultivo de soja. El norte del país era una región casi exclusiva de producción de legumbres pero la llegada de la oleaginosa y, sobre todo, de la soja transgénica, ocasionó que estos productos se vieran relegados".

Ventajas

Quien se encargó de detallar los beneficios de incluir las legumbres en las rotaciones fue la ingeniera Agosti, quien los dividió en tres:
Aporte de carbono: "Si bien comparativamente con otros cultivos, la arveja aporta menos carbono, la ventaja que tenemos es que eso se suma al cultivo de verano que hagamos después. Si vamos a hacer un maíz, hacer una arveja de invierno sumará unos 200 kilos de carbono extra".
Aporte de nitrógeno: "Las legumbres aportan nitrógeno a través de la fijación biológica; por lo tanto, hacer una gramínea posterior a esa leguminosa nos da el beneficio de contar con un plus de nitrógeno en el suelo y ahorrar en la aplicación de fertilizante para la gramínea siguiente".
Consumo de agua: "La arveja, por ejemplo, nos deja el lote en una situación hídrica mucho mejor para la siembra del maíz".

¿Y cuánto consumimos?


Si bien la producción de legumbres no es tan baja como puede creerse, el consumo de las mismas realmente deja bastante que desear. Y así pareció expresarlo Rosenkjaer: "Tenemos un problema cultural, pero también hemos dejado de lado la tradición de consumir otras cosas o de probar otras cosas".
Por otro lado, y de acuerdo a los dichos del especialista de Clera, las legumbres tiene ciertos aspectos que las vuelven más complicadas aún a la hora de consumirlas: "Hay que remojarlas, por lo general, toda la noche, requieren más de 40 minutos de cocción y además hay muchas personas que no cuentan con gas natural para darse el lujo de realizar cocciones tan extensas".
En pocas palabras, teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto y la intensidad de vida del siglo XXI, no es casual que el consumo de legumbres sea tan escaso: “No tenemos tiempo de cocinarlas. Las legumbres se volvieron una comida de fines de semana o feriados”.

Beneficios nutricionales

Así y todo, nos parece relevante enumerar los beneficios que trae aparejada la incorporación de las legumbres en las dietas:
Aportan proteínas
Son baratas
Beneficios para el corazón
Beneficios para la obesidad
Posibilidad de ser consumidas por los celíacos
Beneficios para los diabéticos
Ayudan a bajar el colesterol
De esta manera, y en resumidas cuentas, no queda más que decir que las legumbres, tanto para producirlas como para ingerirlas, son buenas por donde se las mire.