Osvaldo Héctor “Tatín” Bogey
Logró el ascenso con Sarmiento en 1977. Jugó en Ambos Mundos, River Plate, Rivadavia de Junín y Defensa Argentina. En la zona estuvo en Once Tigres de 9 de Julio
Nací en el barrio de Villa Talleres. Fui a la escuela 30 con Cebile, Morán, Mosquera. Hice el secundario en el Industrial, con el Negro Soba, Quique Pérez que está en Italia, Pichicha Navarino y un montón más.
En el barrio se jugaba al fútbol, no había otra cosa. Tenía la canchita en frente de mi casa, pero en cada manzana había una. No estaba muy poblado el barrio todavía. El progreso venía pero era lento.
Se jugaba el barrio contra barrio, siempre. Pero eran los chicos de dos cuadras más allá. Eso sí, nosotros armábamos la cancha para los clásicos de barrio. La marcábamos con el zapín, hacíamos las líneas y en vez de cal las marcábamos con carburo que nos regalaba don Carlos Pleni en su herrería. Era todo un acontecimiento y había que tener la cancha presentable.
Tenía ocho años cuando empecé a ir a la escuelita de fútbol de Sarmiento. Estaba don Pepe Rusiñol. Éramos más de treinta, pero hasta que no cumplías once años no te fichaban y no podías jugar oficialmente. Por supuesto que no fichaban a los 30 porque no iban a jugar todos, algunos quedaban en el camino.
A los once debuté en la octava. Hice todas las inferiores en Sarmiento. A los 14 años, con la séptima, fuimos campeones invictos. El arquero era Toscano Ghío. Jugaba el Cabezón Tuso, Juanjo Spacapán, Américo Brachi y el Negro Calabró. Guillermo Miñones, Julio Scandolera y Juan Estévez. Adelante el Colorado Uhalt, yo y Mirambell que intercalaba con Gustavo Sola. El técnico ese año fue el recordado Lucio Omar Moyano. Ganamos todos los partidos, menos contra Independiente que empatamos. Y ellos igual. Entonces fuimos a una finalísima contra Independiente en la cancha de BAP para definir el torneo. Le ganamos dos a uno.
A la primera amateur llegué a los 16 años. Me promovió Edgardo D´Anunzio. Llegué con todo el entusiasmo, pero como tenía edad de sexta no podía jugar tres partidos seguidos o cinco alternados porque quedaba automáticamente ascendido a primera. No pude salir campeón.
A veces en el plantel profesional le faltaba alguno para completar los entrenamientos y nos invitaban. Ya te iban "fichando". Si varios días entrené junto con Daniel Passarella.
En 1976 Sarmiento puso 3era con los profesionales. Yo con 19 años recién cumplidos integré el equipo. Después de mitad de año algunos pibes habían intercalado con la primera profesional, el caso de Miguel Álvarez o Juanjo Spacapán.
Un día Sarmiento iba a Defensores de Belgrano. El Chacho Villafañe me dice que tenía que viajar antes, con la primera, porque iba a estar en el banco. Con toda la alegría del mundo me fui con la primera. Igual me pusieron un tiempo con la tercera porque faltaban jugadores y después me hicieron jugar todo el partido.
Salí de suplente en el banco de la primera contra Defensores de Belgrano. A los 20´ del segundo tiempo me llama el Chacho “vamos a la cancha”. Calenté un poquito y entré. Ibamos uno a uno y fue la alegría más grande porque en la segunda pelota que toqué hice el gol y pasamos a ganar dos a uno. Un centro pasado del Gallo Melillo, le gané la posición al 3 que me defendía y la puse junto al palo. Terminamos ganando tres a uno.
Estuve ese año, en 1976 que descendimos y en 1977 ascendimos nuevamente. Jugué además en 1978.
Luego me fui a Ambos Mundos. Pasé por River Plate, Rivadavia de Junín y Defensa Argentina.
En la zona jugué un año en Once Tigres de 9 de Julio y después dejé de jugar.
Acá el problema fundamental de la ausencia de jugadores tiene dos aristas. En primer lugar la urbanización que mató los campitos. Son escasos. Y luego el avance vertiginoso de la tecnología.
Antes tenías una pelota de fútbol y una canchita, no había otra cosa que jugar al fútbol. Estaba el bueno, el que jugaba mas o menos y el malo, pero todos detrás de una pelota de fútbol. Había algunos televisores, pero no existían los jueguitos, la play station, los celulares, ni nada que se le parezca. Salías a jugar con la pelota o te quedabas encerrado en tu casa.
Maradona o Messi? Las comparaciones a veces son odiosas. Es muy difícil porque son épocas distintas. Maradona se formó distinto a Messi. Tuvo otro temperamento para enfrentar las adversidades. No se entregaba nunca, siempre iba para adelante. En cambio Messi es un chico que está formado de otra manera, en el Barcelona siempre rodeado de buenos jugadores. Si tengo que elegir a uno, en su apogeo, me quedo con Maradona.