Boca empató en Colombia y ya no depende de sí mismo para clasificar
El equipo de Barros Schelotto quedó tercero en su zona y ahora le queda ganar el miércoles 16 de mayo ante Alianza Lima en la última fecha de la fase. Junior de Barranquilla lo incomodó y podría hacerle aún más daño.
A Boca le queda una vida más. El dramático empate 1-1 frente a Junior le permite mantener una luz de esperanza de clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores, aunque ya no depende de sí mismo.
El Xeneize quedó tercero pero logró conservar sus chances de clasificarse a los octavos, al empatar en su partido de la quinta fecha del grupo H.
Luis Ruiz, a los 32 minutos del primer tiempo para el local y en contra de su arco a los 5 del complemento, anotó los dos goles del encuentro.
Dos situaciones paralizaron los corazones de los hinchas de Boca. El primero fue cuando Luis Ruiz marcó el 1 a 0. Entonces, un sudor frío recorrió toda la espalda de cada hincha de Boca, sea futbolista, entrenador, dirigente o fanático. La posibilidad de quedarse afuera en la fase de grupos por primera vez en 24 años fue tangible.
La otra tuvo como protagonista, otra vez, a Agustín Rossi. El arquero había hecho un partido aceptable, e incluso había desviado el penal de Ruiz, que anotó en el rebote.
Pero a minutos del epílogo quiso despejar un pase atrás y le pifió a la pelota a metros de la línea. Enmendó su error rechazando con su pie derecho. Unos instantes después, una desatención con sus defensores lo tuvieron otra vez fuera del área. Por suerte, Junior malogró la chance.
Por momentos, Boca jugó con el corazón de los hinchas. Porque hubo lapsos de entrega, empuje y desorden, protagonizados en su mayoría por Cristian Pavón, que ilusionaron con la victoria. Y ratos inexplicables. De fallos indefendibles para futbolistas profesionales. De falta de diálogo entre compañeros. De desconcierto absoluto.
Pero finalmente Boca respira aliviado. Salió con vida de uno de los partidos más difíciles de su historia reciente. No por Junior, que le planteó un juego de igual a igual y jugó con la presión del rival, sino por el contexto. Porque no había margen de error. Porque estaba en juego nada menos que la posibilidad de quedarse afuera de los octavos de final por primera vez en casi medio siglo. Porque al menos esta vez evitó un fracaso mayúsculo. Nada menos.
Hacía mucho tiempo que Boca no se sentía tan visitante. Acostumbrado a recibir el aliento y el apoyo de sus hinchas en todas las provincias de la Argentina y en distintos rincones del planeta, en Barranquilla jugó en terreno hostil. Y, por momentos, también jugó contra el árbitro, que a instancias del asistente 1, Christian Lescano, sancionó un penal difícil de explicar por una supuesta infracción de Barrios sobre Piedrahita.