BOXEO

Matías Vidondo, el peso pesado que se frustró y cayó por KO en el tercer round

El neuquino buscaba el título mundial pesado interino de la AMB; empezó a boxear de grande por problemas de salud y está por terminar la carrera de Medicina en Rosario.

No hubo milagro: el neuquino Matías Vidondo, actual campeón nacional pesado, cayó por nocaut técnico en el tercer round ante el cubano Luis Ortiz, que se adjudicó así el cinturón interino AMB de la categoría pesado. El combate se desarrolló en el Madison Square Garden.
El final del pleito comenzó a escribirse cuando Ortiz, al promediar la segunda vuelta, le conectó a Vidondo una derecha cruzada y lo mandó a la lona. Sobre la base de un estilo de boxeo rápido y efectivo, el cubano no se dejó sorprender por la pesada mano de Vidondo y, cuando encontró un resquicio para meter la mano zurda, el combate se terminó.
En el primer round se lo tomó para estudiar la vulnerabilidad del argentino y en la segunda vuelta comenzó descargar los directos de izquierda. La primera vez que Vidondo intento atacar recibió las contras tremendas del cubano que lo mandaron a la lona el final del segundo asalto y al comienzo de tercero.
Vidondo (20-2-1/ 18 ko), de 38 años, radicado en Rosario, fue ampliamente superado por Ortiz, que durante todos los tres rounds que duró la pelea ejerció una amplia superioridad técnica.
Esta derrota significó la cuarta caída de un argentino por el titulo mundial pesado. Los otros argentinos que también tuvieron su chance y no la pudieron con cretar son Luis Ángel Firpo ante Jack Dempsey (en 1923), Oscar Bonavena ante Joe Frazier (1968) y Daniel Netto ante Francesco Damiani (1989).
Con apenas tres materias pendientes para recibirse de médico en la Universidad Nacional de Rosario, Matías Vidondo estaba ante la chance más importante de su peregrinaje deportivo. "Esta oportunidad justifica que haya dejado en stand by la carrera de medicina. Muchos no lo entienden, pero lo que más deseo hoy es la gloria deportiva; después retomaré mis estudios. Me tengo una confianza ciega para derrotar a Ortiz y hacer historia", había comentado Vidondo, en una entrevista con La Nación.

Golovkin, imbatible
El kazajo Gennady Golovkin es un auténtico asesino cerebral. Plantea sus peleas de tal manera que el castigo para sus rivales es constante y siempre espera el momento preciso para clavar el aguijón. David Lemieux le respondió un poco en el sexto y séptimo round, pero el golpe preciso de GGG llegó cuando restaba 1:32 del octavo episodio y eso marcó su vigésimoprimer nocaut consecutivo.
Con este triunfo, logrado en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, Golovkin se convirtió ya en el monarca universal de los pesos medios y dejó la vía libre para que el ganador de la pelea entre Miguel Ángel Cotto y Saúl 'Canelo' Álvarez pueda enfrentarlo.Aunque eso lo decidirán los promotores.
34 triunfos y 31 de ellos por la vía rápida se dice muy rápido, pero basta ver pelear al kazajo para darse cuenta de la potencia que tiene en los puños. Golovkin disfruta boxear, golpear a sus rivales y mermarlos poco a poco, hasta que estos no pueden más.
Una cosa es que Lemieux haya sido constante, que haya sido valiente y que haya conectado uno que otro golpe preciso en la humanidad de Golovkin y otra muy distinta que hubiera estado por lo menos cerca de ganarle. Eso no ocurrió.
La velocidad que el originario de Kazajistán le imprime a sus puños es impresionante, entra, recibe, sale de la zona de contienda y de inmediato coloca el jab preciso o el gancho al hígado destinado a propinarle sufrimiento al contrincante. Siempre con el triunfo en la mente.
Por más que Lemieux corriera, siempre llegaban los golpes, la sangre aparecía en su rostro y caía a la lona para recibir la cuenta de protección, pero el canadiense ponía el orgullo por delante y se ponía de pie. Respeta a Golovkin pero no quería ser humillado.
Esto fue hasta que no pudo más y precisamente en el octavo la historia se escribió,vino esa combinación fulminante para que el referee no tuviera más que detener el combate. Golovkin atendía la orden de detenerse y comenzaba el festejo.
Dominante y hasta el momento: invencible, así es Gennady Golovkin.