Luis Eduardo “Junior” Cequeira
Es la primera contratación de Argentino para la Liga Nacional. Una ficha con mucha calidad basquetbolística y un subrepticio tinte político para la institución.
Nací en la capital de la provincia de Chaco, Resistencia. Tuve una infancia normal para la época, con mucho más tiempo disponible para hacer cosas. En cuanto a la vida en sí, muy tranquila. Vivía todo el tiempo en el club. Vengo de una familia de deportistas, mi papá jugó al básquetbol profesional y de chico me llevó a mi también a la cancha de básquet para que me divierta, que haga amistades.
La escuela no estaba en el barrio, sino más al centro de la ciudad. Hice toda la primaria y lo que fue el primer año de secundario lo hice ahí también.
En realidad jugué un año al fútbol en Sarmiento de Resistencia, tenía once años. Pero no me daba para las dos cosas. Los partidos eran los sábados a la mañana en cancha de once y a la hora de la siesta tenía que hacer básquetbol. Tenía el físico de ahora con once años y no me dio para hacer todo, no aguanté más y me duró casi un año el fútbol.
A los cuatro años ya estaba jugando al básquetbol en Villa San Martín y a los 13 en Hindú Club. Fui campeón en inferiores con las dos instituciones en preinfantiles e infantiles. Había una camada muy buena de jugadores.
A los quince años me fui a Quilmes de Mar del Plata, estuve hasta los 19.
Yo estaba en la búsqueda de más y mejor competencia, en Resistencia y en la provincia de Chaco no era tan fuerte. Quería entrenar más, de que sea todo un poco más exigente. Tenía como objetivo hacer todo lo posible para poder llegar a ser un jugador profesional. Lo hablamos en casa con mis padres, me apoyaron al cien por cien y fue un esfuerzo compartido, tanto para la familia como para mí el irme lejos y tratar de alcanzar el objetivo.
Llegué a Quilmes para jugar en las inferiores, el segundo ya firmé contrato con el plantel profesional, pero seguía en las categorías formativas compitiendo. El técnico era Javier Bianchelli, actual entrenador, Luis Fernández era el coordinador deportivo de la Liga de Juveniles, y Leandro Ramella que lo tuve en el plantel profesional.
Cumplí los años de contrato que tenía hasta los diecinueve que fue donde pasé a Boca Juniors. Directamente al plantel profesional. Estaban Quinteros, Leiva, Sandes, Malara, era un buen equipo. El primer año quedamos afuera en cuartos y el segundo año salimos campeones de la LNB. El tercer año, nuevamente quedamos afuera en cuartos.
Luego me fui a Regatas Corrientes, un poco más cerca de casa. Estuve un año donde ganamos el Súper 8 y quedamos afuera en cuartos, con el Atenas campeón. Jugaban el Yacaré Kammerich, el Puma Montechia, el Negro Acosta, el juninense Damián Tintorelli, Roberto López.
De ahí me fui a Sionista de Paraná. Hicimos un buen año y quedamos afuera en semifinales. Luego pasé a Obras Sanitarias donde fuimos primeros todo el año y quedamos afuera en cuartos de final. Ganamos lo que en ese momento era la Interligas, en Brasil.
Volví a Sionista dos años, pasé nuevamente a Boca Juniors, a Quilmes dos años y Argentino de Junín.
Yo me sumé cuando ya estaba avanzado el campeonato. Me llamó Chiche Japez que habíamos estado en Boca Juniors y nos juntamos con los dirigentes. No hubo mucho que pensar. Ya el equipo estaba haciendo una buena campaña y en realidad salió mejor de lo que pensábamos.
Ahora acordamos mi continuidad. Mi familia está bien, eso me pone muy contento. Tengo mi hijo en el jardín, puse todo en la balanza y se inclinó para seguir viviendo en Junín. Si bien yo decido, siempre lo charlo en familia porque son ellos los que se mueven conmigo a todos lados. Tomo mucho en cuenta los lugares donde voy a jugar para tomar una decisión y un montón de cosas extradeportivas para tomar la decisión final. Y lo importante es que ellos estén bien. Nos gustó la ciudad, es muy cómoda, es parecida a Resistencia en cuanto a la tranquilidad. Nos adaptamos muy rápido.
¿San Lorenzo o Regatas campeón? San Lorenzo. Es el equipo que dominó toda la Liga, era el último campeón y candidato.