SELECCION
Una práctica formal
A menos de dos semanas de la Copa América, la Argentina goleó 4-0 a Albania, que ofreció muy poca resistencia. Los goles fueron de Lavezzi, Messi, Agüero y Tevez, que fue ovacionado por todo el estadio. La Pulga, con poco, fue el mejor.
Faltaba que Sergio Batista hiciera sonar un silbato, entrara a la cancha, diera algunas indicaciones y ordenara repetir la jugada. Esa fue la única diferencia entre el partido de ayer de Argentina ante Albania y una práctica informal. El resultado, anecdótico, fue 4-0 para el equipo del Checho. Lo positivo pasó por una intención de juego siempre basada en el toque corto, los buenos rendimientos de Messi, Lavezzi y Tevez (recibió el apoyo de toda la gente) y que no hubo lesionados. No mucho más.
Argentina con la premisa del toque corto y al ras del piso edificó una victoria que no resiste análisis, porque enfrente tuvo a un rival muy limitado, que sólo jugó para no ser goleado, aunque nunca apeló a la brusquedad.
Dentro de ese contexto, el conjunto albiceleste no pasó sobresaltos en defensa, lució prolijo en el manejo de la pelota, preciso e incisivo en los pases y certero en los metros finales.
Así, a los 5 minutos, una genial jugada de Messi dejó mano a mano a Lavezzi y el ex delantero de San Lorenzo definió alto y cruzado para establecer el 1-0. Después, el equipo de Batista privilegió el buen trato a la pelota, la precisión en los pases, pero no fue tan profundo en ataque. Pese a eso, dispuso de un par de chances en los pies de Marcos Rojo y Messi, que encontraron bien parado al arquero Arjan Beqaj, el punto más alto del seleccionado albanés.
Sin embargo, sobre los 43 minutos, otra brillante jugada colectiva derivó en el 2 a 0 con un estupendo remate de Messi, quien en el partido de ayer jugó más como organizador del juego que como definidor, la función que cumple en el Barcelona.
El segundo tiempo fue muy similar al primero: una clara superioridad de Argentina sobre Albania. Pero a la vez hubo una diferencia sustancial: el equipo fue mucho más vertical. Batista mandó a la cancha a Carlos Tevez, el jugador más ovacionado de la tarde-noche, en lugar de Di María y a Agüero en reemplazo de Lavezzi. Así, el seleccionado ganó en un juego más asociado.
Los goles del Kun Agüero y de Carlitos sirvieron para maquillar el resultado con una goleada y para arrancar el aplauso de la gente en el Monumental.
Argentina con la premisa del toque corto y al ras del piso edificó una victoria que no resiste análisis, porque enfrente tuvo a un rival muy limitado, que sólo jugó para no ser goleado, aunque nunca apeló a la brusquedad.
Dentro de ese contexto, el conjunto albiceleste no pasó sobresaltos en defensa, lució prolijo en el manejo de la pelota, preciso e incisivo en los pases y certero en los metros finales.
Así, a los 5 minutos, una genial jugada de Messi dejó mano a mano a Lavezzi y el ex delantero de San Lorenzo definió alto y cruzado para establecer el 1-0. Después, el equipo de Batista privilegió el buen trato a la pelota, la precisión en los pases, pero no fue tan profundo en ataque. Pese a eso, dispuso de un par de chances en los pies de Marcos Rojo y Messi, que encontraron bien parado al arquero Arjan Beqaj, el punto más alto del seleccionado albanés.
Sin embargo, sobre los 43 minutos, otra brillante jugada colectiva derivó en el 2 a 0 con un estupendo remate de Messi, quien en el partido de ayer jugó más como organizador del juego que como definidor, la función que cumple en el Barcelona.
El segundo tiempo fue muy similar al primero: una clara superioridad de Argentina sobre Albania. Pero a la vez hubo una diferencia sustancial: el equipo fue mucho más vertical. Batista mandó a la cancha a Carlos Tevez, el jugador más ovacionado de la tarde-noche, en lugar de Di María y a Agüero en reemplazo de Lavezzi. Así, el seleccionado ganó en un juego más asociado.
Los goles del Kun Agüero y de Carlitos sirvieron para maquillar el resultado con una goleada y para arrancar el aplauso de la gente en el Monumental.