BOXEO

Un despojo más grande que la Cordillera

por Jorge Luis CamareroJuan Manuel Bonanni perdió por puntos ante Gumersindo Carrasco, en un fallo lamentable. El juninense dejó, injustamente, el invicto en Mendoza, tras haber derribado dos veces al local y dándole, por momentos, una verdadera paliza.

Mendoza, tierra del buen sol y el buen vino, y de la Cordillera de los Andes.
Tan grande como el macizo andino fue el despojo que en la madrugada de ayer sufrió el pugilista juninense Juan Manuel Bonanni, quien le había ganado ampliamente, por momentos dándole una soberana paliza, al todavía “invicto” local Gumersindo Carrasco, quien -favorecido por un fallo lamentable-, mantuvo su palmar de nunca derrotado y dejó sin esa condición, de imbatido, al guapo de nuestra ciudad.
Fue un papelón lo resuelto por tres ineptos jurados mendocinos, quienes hicieron que Carrasco ganara por puntos, (en fallo dividido), pero que el boxeo argentino, perdiera por knockout.
La de fondo de la velada realizada en el Auditorio “Angel Bustelo” de Mendoza fue, sin dudas, la mejor pelea del año, al menos de las que se ven semanalmente por la pantalla chica.
Y en ese marco, Bonanni superó en todos los terrenos al cuyano.
Lo vapuleó en potencia y en pegada (el “Gumer” fue dos veces al piso y estuvo sentido en varios pasajes de los épicos 10 asaltos); lo dominó a la hora del coraje y el corazón, ya que soportó una hemorragia nasal desde que la pelea promediaba y se paró a pie firme ante el noqueador dueño de casa  (había ganado sus doce peleas, todas por fuera de combate) y le ganó en hidalguía y caballerosidad, porque en el sexto round, un hermano de Carrasco invadió el ring, en plena pelea, protagonizando un escándalo y allí, Bonanni pudo y debió ganar por descalificación, como indica el reglamento, pero nuestro representante optó por seguir peleando, y superando en todos los terrenos a un exponente local que no salía de su sorpresa y recibió, al fin y al cabo, una gran paliza.
No se merecía la “pelea del año” el fallo que tuvo, porque entre dos púgiles que se entregaron a pleno desde el primer segundo hasta el último instante,  no se puede entender qué vieron, y fallaron, los paupérrimos jueces, quienes dieron estos guarismos increíbles: 95,5 a 94,5 (Leiva), 94 a 93 (Núñez), ambos en favor del mendocino, y 94,5 a 94,5 (Aguilera). Nuestra tarjeta tenía 96 a 92 para Bonanni.

La pelea

En los dos primeros asaltos de la inolvidable contienda, ambos besaron la lona. En el primero cayó Carrasco y en el segundo, Bonanni, en el marco de una batalla con fuertes intercambios de golpes y mucha acción, casi a cara descubierta entre los dos invictos.
Tercero, cuarto y quinto capítulos siguieron mostrando a un Bonanni más potente y agresivo.
El primer hecho repudiable (el otro fue el fallo) se registró en la sexta vuelta, cuando un hermano de Carrasco entró al ring en medio del combate, sin que hubiera personal de seguridad que abortara esa acción antirreglamentaria.
Hubo agresiones al rincón de Juan Manuel (su padre y técnico, Omar Bonanni, y un asistente sufrieron el bochornoso ataque) y el árbitro, que dirigió bastante bien la pelea en sí, no tuvo allí las agallas suficientes como para suspender la pelea y darle la victoria al juninense.
Lo del hermano de Gumersindo fue claro: motivó lo detallado para “salvar” al de su misma sangre, sumamente sentido en ese sexto capítulo y a punto de caer por toda la cuenta.
Carrasco tomó aire, mejoró y fue levemente superior en el séptimo, pero otra vez cayó sobre el tapiz en el octavo, siendo perseguido por todo el ring por Bonanni y sólo un milagro hizo que el “Gumer” no perdiera por la vía rápida.
De allí hasta el final, con los dos cansados por la batalla que llevaban “sobre el lomo”, las acciones se tornaron casi dramáticas, pero Bonanni salió bien parado y aunque en los últimos tres minutos de la batalla Carrasco se jugó entero, con las pocas fuerzas que le quedaban, nadie dudaba que el triunfo debía viajar a Junín.
Pero llegó la lectura de las tarjetas y el despojo quedó consumado. Un triunfo que no le aporta nada a Carrasco y a su gente porque, salvo que sean ciegos, habrán visto y palpado hasta el sufrimiento (del “Gumer” arriba del ring) que Juan Manuel fue mucho más.
Una “derrota” que le deja mucho a favor a Bonanni, porque demostró que está entre los mejores de su categoría, una divisional que tiene, entre otros, a varios de los mejores del país, como el campeón mundial Marcos “Chino” Maidana, César Cuenca, Diego Chávez y, nada menos, que Lucas Martín Matthysse.n