COINCIDIERON REYES ESCOBAR Y "RULO" CHAPARRO
"Todos los partidos se jugaban a cancha llena"
Dos integrantes de aquel Rivadavia de Junín campeón del ‘68 hablaron sobre el equipo, la final y recordaron una anécdota.
Rodolfo "Rulo" Chaparro y Alberto Reyes Escobar estuvieron en la redacción de DEMOCRACIA. Fueron dos integrantes de aquel equipo campeón de Rivadavia de Junín en 1968. Entonces, en la entrevista recordaron distintas vivencias de esa campaña, la final con Ambos Mundos y anécdotas que dejó el camino hacia el título.
- Alberto, ¿cómo fue tu llegada a Rivadavia?
- Llegué a través de Osvaldo Nievas, quien me llevó a jugar un torneo de campeones en Pergamino con Rivadavia. De ahí viene el contacto y a principios del ‘68 me llevaron por un año a préstamo porque yo siempre pertenecí a Independiente. Y en Rivadavia se formó un gran equipo. Desde la cabeza, con Aroldo Granados y Roberto Bassa-gasteguy, hasta todos los muchachos que tuvieron poca participación, pero fueron quienes ayudaron a este logro.
- Rodolfo, en tu caso ¿ya venías jugando en el club?
- Empecé a los 8 años en Rivadavia. Tuve dos años en Sarmiento de pibe, pero debuté a los 15 años en la primera. Ya era "viejito" como quien dice en el equipo.
- ¿Cuáles son los recuerdos de aquel campeonato ganado?
Escobar: - Se formó un gran plantel, con mucho compañerismo. Me acuerdo de un jugador admirable, que es Félix Tobalina. Después Rodríguez, muy buen manejo con la zurda. Oscarcito Diluvio, que creo que fue el mejor año que tuvo él como futbolista. Así se fue armando el equipo desde atrás hacia adelante y se tuvo la suerte que, en el último partido del campeonato, se logró llegar a la final.
- ¿Qué comparación se puede realizar entre el torneo del ‘68 y otros logrados en esos años por Rivadavia de Junín?
Chaparro: -Sí, tuve la suerte de salir campeón en el ‘64, ‘65, ‘68 y ‘71. Equipos que fueron distintos. En el ‘64 era un conjunto más de hombres.
Sólo éramos tres pibes, "Pucho" Banegas, Omar Fernández y yo. Los otros eran todos hombres como Nievas, Gómez, Ricardo Varela, Martínez, Tobalina, Viaño... En el ‘65 casi los mismos sumado Guillotti y Porato. Ya en el ‘68 había más juventud. El caso de Reyes, Bertolotti, Waltón...
En el ‘71 también había mucha más juventud. Sucede que Rivadavia tenía la ventaja de contar con dos o tres jugadores que sobresalían del resto como Iturbide, Félix Tobalina, el "Gallego" Varela, el wing derecho, Martínez. Eran buenos elementos. Jugadores que podían jugar en cualquier parte del país.
La final
- ¿Qué podemos rememorar de la final del torneo con Ambos Mundos?
Escobar: - Siempre menciono una cosa, cómo estaba la cancha. No sé si existió otra oportunidad donde hubiera habido tanta gente como ese día en la final. El partido en sí fue bastante parejo, pero me parece que pudimos haber marcado la diferencia de un gol más. Yo me perdí a cinco o seis minutos de haber comenzado el encuentro un gol increíble. Estoy esperando que se adelante el arquero Delgado para tirársela por arriba y Commisso me pegó una patada en el glúteo que me hizo tirar la pelota al corner (risas)...Yo jugaba como "11", pero me tiraba un poco atrás y arrancaba de allí. Intercambiábamos posición con Oyarzábal.
Chaparro: - Lo de la gente se justifica porque no había muchas cosas en esa época. Era fútbol y por ahí ciclismo...y no había más. A parte no había la movilidad como hay ahora para ir a la "Laguna de Gómez". Tenían que ir en colectivo. No había tantas casaquintas. Entonces la gente se volcaba mucho a la cancha. Todos los partidos se jugaban a cancha llena. Hace poco fui haber un partido acá y éramos cuarenta personas.
Escobar: - En aquellos años cada equipo podía aportar de tres o más jugadores para conformar una selección. En el ‘68 no había un equipo al que vos decías "le hacemos cinco o seis". No. Se ganaba, pero uno o dos a cero, dos a uno o tres a uno. No hubo goleadas.
Anécdotas
- ¿Alguna anécdota puntual de la campaña o de la final?
Escobar: - Sí, sí, sí... Justamente lo tengo a mi lado al protagonista. Estábamos entrenando para jugar el último partido del campeonato contra Moreno, en cancha de Rivadavia. Veníamos dos puntos atrás de Ambos Mundos y "Rulo" dijo "si llegamos a la final, salto el alambrado, es la promesa que hago". El alambrado de la cancha de Rivadavia medía 1,50 cm. y la cumplió.
Chaparro: - El trajo ese recuerdo y yo lo tengo presente.
Yo iba bien de arriba y me era fácil saltar. Vale destacar que no había alambre de púa y era alambre de red, común, y la gente apoyaba los brazos.
- Alberto, ¿cómo fue tu llegada a Rivadavia?
- Llegué a través de Osvaldo Nievas, quien me llevó a jugar un torneo de campeones en Pergamino con Rivadavia. De ahí viene el contacto y a principios del ‘68 me llevaron por un año a préstamo porque yo siempre pertenecí a Independiente. Y en Rivadavia se formó un gran equipo. Desde la cabeza, con Aroldo Granados y Roberto Bassa-gasteguy, hasta todos los muchachos que tuvieron poca participación, pero fueron quienes ayudaron a este logro.
- Rodolfo, en tu caso ¿ya venías jugando en el club?
- Empecé a los 8 años en Rivadavia. Tuve dos años en Sarmiento de pibe, pero debuté a los 15 años en la primera. Ya era "viejito" como quien dice en el equipo.
- ¿Cuáles son los recuerdos de aquel campeonato ganado?
Escobar: - Se formó un gran plantel, con mucho compañerismo. Me acuerdo de un jugador admirable, que es Félix Tobalina. Después Rodríguez, muy buen manejo con la zurda. Oscarcito Diluvio, que creo que fue el mejor año que tuvo él como futbolista. Así se fue armando el equipo desde atrás hacia adelante y se tuvo la suerte que, en el último partido del campeonato, se logró llegar a la final.
- ¿Qué comparación se puede realizar entre el torneo del ‘68 y otros logrados en esos años por Rivadavia de Junín?
Chaparro: -Sí, tuve la suerte de salir campeón en el ‘64, ‘65, ‘68 y ‘71. Equipos que fueron distintos. En el ‘64 era un conjunto más de hombres.
Sólo éramos tres pibes, "Pucho" Banegas, Omar Fernández y yo. Los otros eran todos hombres como Nievas, Gómez, Ricardo Varela, Martínez, Tobalina, Viaño... En el ‘65 casi los mismos sumado Guillotti y Porato. Ya en el ‘68 había más juventud. El caso de Reyes, Bertolotti, Waltón...
En el ‘71 también había mucha más juventud. Sucede que Rivadavia tenía la ventaja de contar con dos o tres jugadores que sobresalían del resto como Iturbide, Félix Tobalina, el "Gallego" Varela, el wing derecho, Martínez. Eran buenos elementos. Jugadores que podían jugar en cualquier parte del país.
La final
- ¿Qué podemos rememorar de la final del torneo con Ambos Mundos?
Escobar: - Siempre menciono una cosa, cómo estaba la cancha. No sé si existió otra oportunidad donde hubiera habido tanta gente como ese día en la final. El partido en sí fue bastante parejo, pero me parece que pudimos haber marcado la diferencia de un gol más. Yo me perdí a cinco o seis minutos de haber comenzado el encuentro un gol increíble. Estoy esperando que se adelante el arquero Delgado para tirársela por arriba y Commisso me pegó una patada en el glúteo que me hizo tirar la pelota al corner (risas)...Yo jugaba como "11", pero me tiraba un poco atrás y arrancaba de allí. Intercambiábamos posición con Oyarzábal.
Chaparro: - Lo de la gente se justifica porque no había muchas cosas en esa época. Era fútbol y por ahí ciclismo...y no había más. A parte no había la movilidad como hay ahora para ir a la "Laguna de Gómez". Tenían que ir en colectivo. No había tantas casaquintas. Entonces la gente se volcaba mucho a la cancha. Todos los partidos se jugaban a cancha llena. Hace poco fui haber un partido acá y éramos cuarenta personas.
Escobar: - En aquellos años cada equipo podía aportar de tres o más jugadores para conformar una selección. En el ‘68 no había un equipo al que vos decías "le hacemos cinco o seis". No. Se ganaba, pero uno o dos a cero, dos a uno o tres a uno. No hubo goleadas.
Anécdotas
- ¿Alguna anécdota puntual de la campaña o de la final?
Escobar: - Sí, sí, sí... Justamente lo tengo a mi lado al protagonista. Estábamos entrenando para jugar el último partido del campeonato contra Moreno, en cancha de Rivadavia. Veníamos dos puntos atrás de Ambos Mundos y "Rulo" dijo "si llegamos a la final, salto el alambrado, es la promesa que hago". El alambrado de la cancha de Rivadavia medía 1,50 cm. y la cumplió.
Chaparro: - El trajo ese recuerdo y yo lo tengo presente.
Yo iba bien de arriba y me era fácil saltar. Vale destacar que no había alambre de púa y era alambre de red, común, y la gente apoyaba los brazos.