JUNÍN DEL BICENTENARIO

Una ciudad de su tiempo

El desafío de la ciudad de Junín de cara al bicentenario es el de mantenerse en el lugar de privilegio que construyeron quienes nos precedieron.
Desde el 27 de diciembre de 1827 hasta hoy, ocupó un lugar central en el desarrollo del noroeste de la provincia de Buenos Aires y fue adaptando su fisonomía y actividades a las demandas de cada época.
Por sólo señalar la Junín del centenario, era la pujante ciudad que había inaugurado sus edificios emblemáticos como el del Club Social, el Banco Nación y Provincia, el querible Cine Crystal Palace; sus grandes comercios como la sastrería Casa Conde, panadería la Nueva Época, el sector de producción agropecuaria, el ferrocarril, los Molinos Tassara, el sanatorio Junín, el Club Sarmiento, el Colegio Santa Unión, el ómnibus urbano Rossi; entre tantas otras grandes instituciones del centenario que señalaban a la ciudad de Junín como hija de la modernidad y preparada para convertirse en el eje económico, político y social de toda la región.
Debemos plantear cuáles son las coordenadas que permitan pensar a la ciudad del bicentenario, y ponerlas en la consideración regional, nacional e internacional.
En la sociedad actual, basada en el conocimiento y las comunicaciones a nivel planetario, es determinante ser relevante a nivel local y contar con los recursos humanos capaces de acompañar los procesos tecnológicos asociados a mejorar la producción, los servicios y la calidad institucional de la ciudad y la región.
Por su ubicación geográfica, Junín se constituirá en un espacio privilegiado de la logística de intercambios de bienes y servicios. Por un lado el corredor Mercosur, que vincula a Chile, Argentina y nuestro principal socio comercial: Brasil. Si observamos hacia el oeste, la salida al pacífico, que nos vincula con la mitad de las personas que habitan el planeta.

Desarrollo
La transformación de la matriz productiva, el agregado de valor en origen, la mejora en la calidad del empleo requieren pensar en condiciones de infraestructura general: la autopista, el aeropuerto local, el transporte, rutas que permitan el acceso a las zonas de producción, son elementos básicos para la estrategia del desarrollo.
En consonancia con esto, debemos asumir la responsabilidad de generar los recursos humanos capaces de llevar adelante la transformación que supone pasar del crecimiento al desarrollo. Las actividades universitarias de formación de profesionales, los desarrollos de base tecnológica para la transferencia al sector productivo, la investigación aplicada, la capacitación en oficios, los polos tecnológicos y las iniciativas Universidad-Gobierno-Empresa, son algunas de las actividades que aportan en este sentido.
Es determinante para el desarrollo de estas propuestas la voluntad de la sociedad de construir un entorno de desarrollo basado en el reconocimiento del esfuerzo y del trabajo. Sin el explícito acuerdo de los actores sociales, económicos y políticos de confluir en esa dirección, todo será más dificultoso.
Es mucho lo que se ha hecho desde las organizaciones de la sociedad civil, el municipio, las empresas, las organizaciones políticas y la sociedad en general y debemos renovar las expectativas que en definitiva mejoren la calidad de vida de los vecinos garantizando servicios de salud, brindando seguridad, una educación que forme para los desafíos del futuro, espacios para la cultura y el trabajo de calidad.
El Junín del bicentenario debe ser la ciudad soñada por quienes, desde su fundación hasta hoy, la construyeron cada día. Un lugar donde todos quieran vivir.


(*) Rector de la Unnoba