Tras más de dos semanas de viaje, las hermanas llegaron a General Madariaga.
UN SUEÑO CUMPLIDO

Resignificar las raíces y la tradición: el viaje en sulky de dos hermanas juninenses

María y Argentina Gatti fueron las protagonistas de una travesía hasta General Madariaga; un recorrido de más de 600 kilómetros para participar de la Fiesta del Talar, el pasado 28 de octubre.

María Gatti y su hermana Argentina, fueron noticia en las últimas semanas luego de haber viajado hasta General Madariaga en sulky; para participar en la Fiesta del Talar, uno de los eventos gauchescos más importantes de la Argentina.

La pasión que comparten por las raíces, por la vida rural y por la tradición se materializó a fines de octubre cuando deciden emprender esta travesía por la provincia de Buenos Aires; más puntualmente desde Junín hasta General Madariaga. 

La aventura duró 16 días y en esas casi dos semanas recorrieron más de 600 kilómetros. A pesar de las horas de lluvia y las noches durmiendo en algún que otro descampado o lugar sin luz, María – en diálogo con Democracia – destacó “el calor humano” que sintieron por parte de cada una de las personas que se cruzaron en este largo camino. 

“Un día estábamos reunidos en familia y mi hermano nos consulta quién de nosotros íbamos a ir a la Fiesta Patria Saladillo que se realiza cada 9 de julio y fue ahí que le comenté mi idea de ir a la Fiesta del Talar en caballo”, explicó. Y agregó que “si bien me recordó – un tanto asombrado – que se trataba de una distancia de 600 kilómetros, automáticamente me dijo que contara con ellos”. 

María y sus hermanos son aficionados a los juegos de rienda, y según relató ella, en Madariaga “se realiza la madre de toda la fiestas de juegos de rienda porque es grandísima”. “Participan entre 1.500 y 1.800 potros; caballos de 60 días”, indicó. 

Este año, la Fiesta del Talar se desarrolló del 28 de octubre al 3 de noviembre; fueron cinco días de jineteadas, prueba de riendas con más de 1800 potros, desfile de tropillas entabladas, peña, baile y gastronomía criolla.

El tradicional evento nació en el año 1994, organizada por Carlos Isla; un reconocido tropillero y colaborador de diversas fiestas de destreza criolla.

Se trata de un espectáculo que expresa la identidad gauchesca en un ámbito familiar, siendo cinco días de fiesta en las que se revive el espíritu tradicional “del hombre madariaguense”.

 

Se suma Argentina a la aventura

En una primera instancia, María Gatti iba a embarcarse sola en esta aventura. “Con el paso de los días se fue agregando gente pero después se terminaron bajando todos y un día antes de salir viene mi hermana a despedirme. Fue ahí que al enterarse que iba a hacer el viaje sola, decidió sumarse. Conseguimos el sulky, fui a buscar un caballo que nos prestaron y finalmente salimos el 10 de octubre. Fue una experiencia muy linda”, sostuvo. 

Hasta Las Flores María y Argentina viajaron por la ruta pero al llegar allí fue un punto de inflexión. “El organizador de la Fiesta Grande Las Flores, Nahuel Pellejero, me ofreció un camino alternativo para que pudiese llegar al evento sin inconvenientes. De esta forma, tomamos un camino de tierra que nos hizo ahorrar unos 60 kilómetros”, relató. 

Al ser consultada por “lo más engorroso del trayecto”, María señala – sin duda – a la lluvia. “El día y medio que llovió se hizo muy difícil el camino porque allá hay mucha tierra blanca que se hace como marcilla y provocaba que se armara un pastón en las ruedas del sulky”, indicó. 

En tanto, aquello que más destaca fue y será “el calor humano de aquellas personas que nos íbamos encontrando en la calle”. “No tiene explicación”, sostuvo María. 

“La gente nos frenaba, nos pedía para sacarse fotos con nosotros, nos felicitaba. Nos ha brindado comida y agua. Fue muy lindo; ese calor humano es algo que no me voy a olvidar mientras esté viva”, resaltó. 

A lo largo de estos 16 días, las hermanas Gatti pasaron la noche “en descampados, en alguna escuelita o en alguna casa”. “Viajamos casi tres días enteros sin mantener comunicación con nuestras familias porque no teníamos nada de señal. Dormíamos donde nos daba la noche e íbamos parando en el camino para darle agua a los caballos. En una oportunidad tuvimos que parar medio día a lavar ropa; entonces nos quedábamos en una escuelita donde había agua y donde estaba todo limpio. La misma Policía nos ha dado permiso y nos dijeron que no tenían problema”, sostuvo. 

 

Viajar en sulky 

Sin dudas, el ingrediente o participante especial – en esta travesía – ha sido el sulky. Este tipo de transporte se destaca por su sencilla construcción y escaso peso.

Para las hermanas Gatti, simboliza “la tradición y las raíces gauchescas”. “Antes la gente se trasladaba de punta a punta del país en sulky, en carreta, a caballo. Nosotras consideramos que las personas no deberían perder esa costumbre”, sostuvo. 

Los recuerdos de ambas en el campo se remontan a su infancia. “Mi papá era domador, entonces nosotros amamos mucho lo del caballo, de ir en sulky al pueblo a hacer los mandados, a la escuela”, explicó María. Y añadió que “esta travesía fue un sueño que yo quería cumplir y además, buscaba que no se pierdan las raíces, que los más chicos lo vieran y se den cuenta que en sulky, a caballo, se pueden hacer muchos kilómetros y se llega igual”. 

 

Llegar a destino 

La experiencia del viaje no finalizó tras llegar a Madariaga; todavía había más momentos imborrables para las hermanas Gatti. “Cuando arribamos, lloré muchísimo porque fue un sueño que había cumplido. Toda la gente que nos encontraba en el camino, nos decía que estábamos haciendo una patriada, que no lo podían creer. A la mayoría le llamó la atención y fuimos muy bien recibidas. Nos llevamos muchos aplausos y halagos”, detalló.

En ese sentido, contó que la gente “ya sabía que íbamos al Talar porque detrás del sulky yo había colocado un cartel que decía ‘desde Junín al Talar’”.

“Cuando llegamos, el organizador de la Fiesta, Carlos Isla, nos había conseguido una quinta para quedarnos un par de días y nosotras aceptamos. Llegamos el 26 y el 28 ya iniciaba el evento. El lunes se realizó una cabalgata de General Madariaga al predio del Talar, que son unos 23 kilómetros”, relató. 

De esa actividad, participaron cerca de 400 personas a caballo. “Fue maravilloso”, expresó María. 

“Cuando llegamos, todo el mundo quería que pasemos adelante para que nos conocieran. La gente ya sabía de nosotras porque durante el camino, yo me iba comunicando con distintos medios radiales. Entonces los vecinos de aquella zona ya sabían de nuestro proyecto”, explicó.