En la actualidad sigue vinculado al fútbol desde el lado dirigencial.
RECONOCIDO ARQUITECTO Y DIRIGENTE DEPORTIVO

José Luis Cornago: “Mi familia y el trabajo son los pilares de mi vida”

Estudió en La Plata y volvió a nuestra ciudad para formar parte del desarrollo urbanístico local. Con una trayectoria de casi 30 años, formó parte de la remodelación de la plaza 9 de Julio, la remodelación de la pileta cubierta del Club Junín, el espigón de la Laguna de Gómez, la tribuna cabecera y los palcos del estadio Eva Perón, entre otras. Actualmente, acompaña la formación universitaria de sus hijos y se aboca a su actividad profesional como arquitecto.

Es parte de la historia local a través de sus intervenciones e ingenio aplicado en el mundo de la arquitectura. Por eso, José Luis Cornago se volvió una referencia y protagonista en el desarrollo urbanístico local.

En diálogo con Democracia, recordó su infancia, repasó su trayectoria profesional y brindó detalles de su pasado futbolístico.

De tal forma, introdujo: “Crecí en el barrio del Club Junín, en las calles 12 de Octubre y Julio Campos. Fui al jardín Santa Unión, después hice la primaria en la Escuela N° 24, realicé un año en el Nacional y, por último, recalé en la ENET N° 1. Del Industrial tengo los mejores recuerdos”. 

Sobre la figura de sus padres, contó que su padre Lázaro, inmigrante español, arribó a la Argentina “después de la guerra civil de España a los 20 años en busca de una mejor vida y tranquilidad, donde se desempeñó en distintos oficios. Tuvo una tornería y una casa de repuestos que aún sigue en pie después de 60 años. Mi madre Alda era ama de casa, profesora de música que nunca ejerció, y una gran cocinera. Ella nos guio y aconsejó siempre a mí y a mi hermana Marisol, que hoy atiende el negocio familiar”.

Pasado como futbolista

Es de común conocimiento la faceta profesional -como arquitecto- y dirigencial, siendo parte de la vida institucional de Sarmiento, pero, sin embargo, quizás a contracara de lo anterior, poco se recuerda de su paso como futbolista de Junín y la zona. Precisamente, tales pasos como jugador los dio de manera simultánea y paralela al paso de los años y su formación universitaria.

Como se expuso antes, fue determinante el vínculo de Cornago con la Plaza Marcilla para encontrar su pasión con el fútbol. Acerca de cómo fue que inició su relación con el Verde, señaló: “El `comisario´ Rodríguez era un entrenador de Sarmiento que captaba jóvenes en la calle y me vio jugando con amigos del barrio en la plaza. Empecé de volante central y terminé jugando de nueve. Hice casi todas las inferiores en el club, y como DT tuve a Coco Mallegni, Taqueta Barrionuevo, Dionisio García, Luciano Polo, entre otros. 

“Jugué en la liga local en Sarmiento y, en el año 1985, me sumó Cacho Malbernat al plantel de Primera que jugaba la B Metropolitana. Estaba él junto al preparador físico (Roberto) Larrubia y (Juan) Echecopar de ayudante de campo. Sin embargo, en el año 86 terminé la secundaria y me fui a La Plata a anotarme en la Facultad. Lo fui a ver a Malbernat que estaba en la Cuarta división de Estudiantes porque ya se había ido de Sarmiento. Me empezó a decir que vaya, me hizo ir a una prueba y me quedé entrenando siete meses”, recordó. 

“No podía jugar porque no tenía el pase en mi poder. Entonces decidí dejar el proyecto del fútbol y seguir con el estudio que era donde me iba a desarrollar. Jugué un nocturno en Defensa con grandes jugadores y muchos amigos cuando el DT era el Negro Ortega, como así también en la zona en clubes como River de Viamonte y en Sarmiento de Ameghino”, contextualizó en torno a su biografía futbolística. 

Más allá de eso, el hecho de haber migrado a la ciudad de las diagonales fue una manera de seguir vinculado al mundo de la pelota dado el gran desarrollo de deporte en dicha localidad. “Jugué en la Liga Amateur platense y en la Selección de la Facultad de Arquitectura, en Villa San Carlos. Tuve una propuesta para ir a probarme a Gimnasia, pero ya estaba lanzado en la carrera”, compartió.

Trayectoria en arquitectura

Si bien el fútbol ha sido y es un pilar en la vida de Cornago, quien sigue ligado de manera recreativa durante los fines de semana en la Peña La Última y de manera más profesional a través de su vínculo con Sarmiento, una faceta central en su vida es la arquitectura. Sobre la génesis de esta carrera, indicó: “Me gustaba mucho dibujar con las escuadras, las puntas con tinta y la regla T en el tablero de la escuela. Me llamaba la atención la arquitectura y decidí inscribirme en la Facultad, y seguí jugando al fútbol en Sarmiento por ese último verano”. 

Respecto a la vida universitaria, consideró que “el primer año me costó porque era una experiencia nueva en todo sentido: la ciudad, la carrera y las vivencias. Conocí chicos del interior de la provincia de Buenos Aires y teníamos una idiosincrasia similar. Eso me permitió adecuarme más rápido, sentirme acompañado; me ayudó mucho ese entorno”.

Un refrán popular sostiene que “camino se hace al andar” y ese fue el desarrollo que tuvo en su vida. En tal sentido, afirmó: “Nunca tuve intención de dejar la carrera. En la vida siempre pienso en positivo y que todo va a salir bien. Eso me dio la posibilidad de seguir y recibirme el 27 de abril de 1995”. 

Una curiosidad que merece ser destacada es el lugar que ocupa dicha fecha en la vida personal de Cornago. Acerca de ello, manifestó: “El 27 de abril es muy particular, ya que ese día cumplía los años mi abuelo, cumple mi madre, me recibí, me nombraron en el cargo del Poder Judicial y nació mi hijo Juan Segundo. Es un día mágico e increíble”. 

Tras recibirse, decidió volver a nuestra ciudad e intentar insertarse laboralmente. “Me costó mucho trabajar al principio como puede ser en todas las profesiones. Estuve como un año dando vueltas con la pesca porque no tenía obras para hacer, hasta que me llaman para comer un asado en la Asociación de Arquitectos. Ahí surgió la posibilidad de trabajar y dibujar algunos proyectos”, narró.

Y siguió: “Pasado un tiempo me fui a trabajar solo con una empresa que hacía la red de gas y en ese momento me llama Rubén Cacheiro, el director del Industrial por ese entonces, para hacer la remodelación de los baños”. 

Aquel momento significó el puntapié inicial para una nutrida carrera que formó parte de momentos extraordinarios en Junín. En torno a esto, opinó: “Me marcan cosas históricas y tuve mucha suerte como arquitecto. Me han tocado proyectos importantes. De hecho, veo mi trayectoria, después de casi 30 años, y digo ´cómo fue que llegué ahí´”. 

Entre los proyectos que ha encabezado Cornago están la remodelación de la plaza 9 de Julio, la remodelación de la pileta cubierta del Club Junín, la remodelación del Hospital San José -que iba a ser demolido-, el espigón de la Laguna de Gómez, la tribuna cabecera y los palcos del estadio Eva Perón, la construcción de la morgue judicial, entre otras obras.

“Seguro me olvidé de muchas cosas, pero algo que se mantiene es la pregunta de ´¿por qué me tocan a mí?´. Se ve que estaba en el momento justo e indicado. No sé si es bueno o malo, yo soy con todo el mundo igual. También hice casas y otro tipo de obras, pero, por ejemplo, para mí representa un gran orgullo haber hecho mi casa familiar”, reflexionó.

Sarmiento

De jugador a dirigente y los pasos por la Primera C, Primera B Metropolitana, Primera B Nacional (actual Primera Nacional) y Liga Profesional (antes conocida como Primera “A”).

Tal parece ser la síntesis perfecta del proceso verdolaga vivenciado por Cornago en el club que representa a nuestra ciudad en la máxima división del fútbol nacional.

Pese a que se abordó su lado futbolístico como jugador, sin lugar a dudas su paso y presente en la actual dirigencia del Verde conducen a un apartado distintivo en su trayectoria profesional. “Llevo muchos años como directivo. He pasado por distintos roles y he estado en varios cargos”. 

Poniendo el foco en la actual dirigencia, analizó: “Formé parte de la comisión que, con sus errores y virtudes, va a quedar en la historia grande cuando nos alejemos. Me tocó estar en la transformación de Sarmiento durante estos 20 años. Se pasó de un club devastado que ni siquiera tenía agua caliente a un club ejemplar a nivel nacional”. 

“Sarmiento está dentro de los diez o quince equipos en el país en cuanto a infraestructura y, además, cumple con todo para ser parte de Primera”, resaltó, y contextualizó: “Pasé muchos años ahí adentro yendo a ver a mi padre jugar a la paleta, hice todas las inferiores y solo no estuve cuando me fui a estudiar”. 

Cierre 

Como último aspecto, abordó de manera integral su trayectoria y repasó: “Siempre digo que hay que ser perseverante. Generalmente las cosas no son como uno quiere. Es como ir a rendir una materia y salís mal. La vida tiene muchas cosas que hay que sortear para lograr un objetivo”.

“Es difícil poner en palabras”, sentenció al intentar definir su carrera, y expuso: “Disfruto mucho, a veces se reniega, pero me deja vivir tranquilamente de mi profesión”.

En el presente, Cornago junto a su señora Guli acompañan a sus hijos en los estudios universitarios. Al respecto, manifestó: “Justina está próxima a recibirse de nutricionista y el más chico, Juan Segundo, que recién arranca a estudiar Comunicación, también es cantautor de rap. Siempre les recuerdo que el objetivo es uno: recibirse y hacer lo que a uno realmente le gusta”. 

Finalmente, concluyó: “Pasan cosas buenas y malas, y por algo pasan. Cuando les va bien los felicito y cuando les va mal los trato de levantar. Fui estudiante y me ha ido bien y mal. Después de 30 años puedo decir que, cuando uno apunta y cree en el objetivo, las cosas se logran”.