Día nacional de la educación especial: el desafío de una inclusión efectiva en Junín
Como todos los años, esta fecha invita a analizar los avances en materia de derechos para personas con discapacidad, así como los obstáculos que aún quedan por derribar. Democracia dialogó con profesionales en el área quienes brindaron su perspectiva sobre el escenario a nivel local.
En nuestro país el sistema educativo, que comprende el nivel inicial, primario y secundario, coexiste con la educación especial.
En el marco de la “Declaración de los Derechos Humanos”, que reafirma el derecho de todas las personas a la educación, el 9 de agosto de 1949 se creó en Argentina la "Dirección de Educación Especial". Esta conmemoración busca concientizar sobre el acceso a las aulas de las personas con discapacidad y destaca la especial vocación de las y los profesionales que eligen esta modalidad para ejercer dentro del ámbito educativo.
Justamente, la modalidad de educación especial tiene hoy en día otro enfoque: deja de centrar la mirada en el déficit de los sujetos y pone el énfasis en sus capacidades y las respuestas educativas, lo que contribuye a una educación más inclusiva.
Para Marianela Otermin, quien es licenciada en Psicopedagogía, profesora e inspectora de Educación Especial, en los últimos años “ha habido un cambio muy importante que está relacionado con el modelo social de la discapacidad; que es el posicionamiento que actualmente defendemos”, aseguró.
“Cuando recién empezaba nos ubicábamos más en un modelo médico; el cual ponía el foco en la enfermedad y en la patología. En cambio, hoy por hoy nos posicionamos en ver primero a la persona y luego entender que como condición tiene una discapacidad”, explicó.
En ese sentido, sostuvo que esta mirada está directamente relacionada con cómo pensamos a la discapacidad. “Hay que considerarla de manera interseccional, o sea, que la persona con discapacidad está atravesada por un montón de cuestiones; relacionadas con el género, sociales y/o laborales”, detalló. Y agregó que “la discapacidad es una categoría social y política, la cual se va construyendo de acuerdo también al momento histórico; y eso impacta mucho, por ejemplo, en las políticas públicas que se generan”.
Respecto al acceso de los estudiantes con discapacidad al ambiente académico, confirmó que “hay avances respecto a años anteriores”; sin embargo, sostuvo que “siempre hay cuestiones con las que seguir trabajando y avanzando”.
“Hace 15 años atrás era muy difícil pensar a un estudiante con discapacidad cursando una carrera universitaria, o bien se trataba de casos excepcionales”, remarcó. En los logros alcanzados destacó el papel de la familia. “El trabajo de los familiares es en el día a día y en todos los ámbitos. Cuando tienen que buscar una escuela para sus hijos, cuando tienen que hacer un trámite, todo eso implica un recorrido que es muy desgastante”, indicó.
Para Rocío López, quien se desempeña como profesora de niños sordos e hipoacúsicos dentro de la Escuela Especial 502, en Junín – y en materia de inclusión educativa – “año a año se está trabajando de una manera mucho más dinámica, más activa y con mayor conocimiento en el área”.
Según detalló, “el compañerismo, la colaboración, la predisposición de los docentes de los niveles, hacen que se formen parejas pedagógicas idóneas para atender a las necesidades del estudiante”.
Sin dudas es a través del trabajo de cada profesor y profesional de Educación Especial que se impulsa la transformación hacia una cultura de igualdad inclusiva y nos convoca desde su accionar, a valorar la diversidad. “Nuestro trabajo es estar dentro del aula como pareja pedagógica con el docente, ya sea orientándolo en actividades, en recursos, en materiales; brindando sugerencias y orientaciones y así trabajar a la par donde está el niño incluido dentro de esa aula”, subrayó.
Los desafíos de la Educación Especial
Hablar de educación especial no es solamente que los estudiantes habiten las instituciones, sino que implica también un proceso de debate que incluye a muchos actores y aspectos.
En relación a los desafíos que plantea esta modalidad, Otermin aseguró que lo principal es poder garantizar una “construcción ciudadana que genere una participación real, justa e igualitaria de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad”.
“Todo lo relacionado con discapacidad tiene que contar con un abordaje intersectorial siempre. Deben intervenir distintas instituciones, y cada uno debe asumir el rol que le corresponde, porque después nos encontramos con situaciones donde no aseguramos o no podemos garantizar los derechos”, sostuvo.
Por su parte, López remarcó que “lo más importante en la inclusión educativa es el cambio de actitud y creación de conciencia”. “Es fundamental que tanto los educadores, los estudiantes, así como la sociedad en general comprendan la importancia de la inclusión y valoren la diversidad como algo sumamente enriquecedor. A esto se le debería sumar recursos, apoyos adecuados, formación docente y una cultura escolar inclusiva”, concluyó.
Si bien la Dirección de Educación Especial fue guiando el trabajo de los educadores, fue recién en 2006 cuando a través de la Ley de Educación Nacional 26.206 quedó establecida como “modalidad del sistema educativo destinada a asegurar el derecho a la educación de las personas con discapacidades, temporales o permanentes, en todos los niveles y modalidades del sistema educativo” (art 42).
La modalidad de Educación Especial
La Ley de Educación Nacional de Argentina, sancionada en 2006, establece la modalidad de Educación Especial en el sistema educativo nacional.
Dicha modalidad debe garantizar el ejercicio pleno del derecho social a la educación de personas con discapacidad temporal o permanente.
Se rige por el principio de inclusión educativa, y se caracteriza por un desarrollo diversificado en el proceso de enseñanza-aprendizaje; el cual se consigue mediante el diseño de configuraciones de apoyo y estrategias pedagógicas, asegurando las condiciones de equidad y favoreciendo el desarrollo de las posibilidades de cada persona.