Emilse Marini, concejal de Juntos.
EN LA PROVINCIA

Un informe enciende las alarmas sobre el ausentismo en el nivel secundario

El 57% de los estudiantes del último año reconoce tener 15 faltas o más en un ciclo, siendo este el principal problema para el proceso de enseñanza, tal como admiten los propios directores. A pesar de los pocos datos oficiales, las cifras del relevamiento son elocuentes.

Un reciente informe de investigación encendió fuertes alarmas sobre el ausentismo en el secundario, especialmente en el último año del nivel.

Según la estadística, el 57% de los estudiantes del último año de la secundaria en la provincia de Buenos Aires reconoce tener más de 15 faltas por año, es decir que ocurre con casi 6 de cada 10 alumnos bonaerenses. 

La cifra -que supera al promedio nacional del 44% que declara 15 faltas o más en un ciclo lectivo- surge del informe “Ausentismo estudiantil en secundaria: percepción y dimensiones” elaborado por Bruno Videla, docente de nivel secundario, y por Martín Nistal y Eugenia Orlicki, del Observatorio Argentinos por la Educación. 

Dado que en el país no existen estadísticas públicas sobre ausentismo estudiantil, el documento utiliza datos del cuestionario complementario que las pruebas Aprender 2022 le hacen a directores y alumnos, quienes reportan sus faltas. 

La fuente del relevamiento depende, entonces, de la memoria de los estudiantes (requiriendo que éstos recuerden retrospectivamente la cantidad de días de clase que perdieron por ausencias en el año).

Para la mitad de los directores encuestados durante las evaluaciones Aprender, la gran cantidad de inasistencias es hoy el principal problema para el proceso de enseñanza y aprendizaje, junto con otras problemáticas como el ausentismo docente.

Una preocupación latente

De información recabada con fuentes educativas, se estima que las cifras del Distrito 14, que incluye, además de Junín, a Leandro N. Alem, General Pinto, Ameghino, Lincoln, Chacabuco, General Arenales y Viamonte rondarían el 25% de ausentismo, en el plano estatal.

Consultada la concejal de Unión por la Patria, Francina Sierra, quien fuera secretaria de Suteba, -cargo que hoy ocupa Silvia Velasco- destacó que el ausentismo es una de preocupación y alentó el cambio que se busca con el nuevo régimen del secundario en la provincia de Buenos Aires.

“En principio hay que destacar que los datos están sacados de estudios realizados de una forma casera, más informal, no de un organismo nacional o internacional que avale estos números”, destacó y agregó que “sin embargo, por supuesto que el ausentismo en el nivel secundario es un tema de preocupación y creo que justamente por eso y teniendo en cuenta esta situación, como también los índices de repitencia y demás, es que el nuevo régimen académico de secundaria viene a intentar dar solución paulatinamente a esta situación”.

Sierra ahondó en el cambio que propone el nuevo RA: “Una escuela secundaria que necesita ser actualizada, adaptarse a los nuevos contextos, nuevas formas de aprender. Va a ser muy importante, lo vamos a ver en esta segunda mitad del año, cómo de a poco se van a ir haciendo reuniones con profesores, familias, estudiantes, para ir apropiándose de la nueva escuela secundaria que busca dar respuesta la terminalidad del secundario y al ausentismo”.

Por su parte, desde la Jefatura Distrital, Paola Berro se refirió a las variables que implican los datos del ausentismo y su complejidad para relevarlos.

“El porcentaje de ausentismo se trabaja con índices intermitentes de inasistencia de alumnos en nivel secundario, por lo cual es difícil determinar un porcentaje definitivo”, advirtió. 

Igualmente, consideró que “constituye un indicador educativo de relevancia sobre el que se generan y delinean las principales estrategias y acciones territoriales en el presente ciclo lectivo a los fines de abordar las trayectorias de las alumnas y los alumnos”.

El ausentismo es “una luz roja”

Según la concejal de Juntos, Emilse Marini, el ausentismo escolar en el nivel secundario es un problema que se instaló durante la post pandemia y es una luz roja que se debe abordar de manera integral.

“Los chicos dejan de ir a la escuela, interrumpen sus trayectorias escolares que ya no son lineales sino que podríamos decir en muchos casos se ven alteradas por las continuas interrupciones de ausentismo, instalando condiciones de pocos aprendizajes y con consecuencias negativas en el rendimiento académico y el futuro de los estudiantes”, señaló. 

Algunas causas del ausentismo, según indicó, incluyen “falta de motivación o interés en la educación; problemas familiares o personales; salud física o mental; conflicto con compañeros o profesores; falta de apoyo en el hogar; trabajo o responsabilidades familiares y problemas de transporte o acceso a la escuela”.

Para Marini, “resulta urgente identificar las causas y abordarlas seriamente desde la política educativa generando propuestas que motiven a los estudiantes a ir a la escuela. Que la escuela tengo sentido, que aprender sirva para conseguir un mejor trabajo o para seguir estudiando. Fines propios de la educación secundaria, hoy muy alejados de la realidad escolar”.

La edil refirió que “ir a la escuela tiene múltiples significados además de aprendizajes de contenidos ya que es también socializar, realizar trabajo en equipo, desarrollo de habilidades y competencias”.

El ausentismo, según señaló, “es muchas veces el preámbulo del abandono y la deserción. Por eso es tan importante establecer un diálogo abierto con los estudiantes y padres, ofrecer apoyo académico y emocional, fomentar la participación e implementar políticas de asistencia y formatos de enseñanza. Flexibles”.
Resaltó que el ausentismo “es una luz roja, que debemos interpretar desde lo pedagógico pero también desde lo social, económico y político”.

Sin datos oficiales

Los especialistas consideran que el ausentismo estudiantil, a corto plazo, tiene efectos negativos inmediatos sobre el desempeño académico, el riesgo de repetición y abandono, el desarrollo social y emocional de los niños y las probabilidades de finalización de educación media. 

A largo plazo, se ha correlacionado la reiterada falta a clases con mayores niveles de desempleo y menores ingresos económicos en edad adulta.

Pese a la evidencia, como se dijo, en Argentina no es posible consultar las ausencias registradas por las escuelas, porque si bien todos los colegios del país recolectan estos datos en papel, son pocos los que los digitalizan y cargan a un sistema. 

En Buenos Aires, el 36% tiene más de 20 faltas

El cuestionario que el Observatorio Argentinos por la Educación tomó como base para la realización del informe se concretó el 19 de octubre de 2022. Para esa fecha, el calendario escolar indicaba que los alumnos deberían haber tenido 142 días de clase aproximadamente, dependiendo de cada provincia. Esto quiere decir que a nivel nacional el 26% de los estudiantes que reconoció tener 20 inasistencias o más faltó al menos un 14% de los días de clase previstos. Además, un 18% de los alumnos afirmó tener entre 15 y 19 faltas; el 21%, entre 10 y 14; el 20%, entre 5 y 9; el 12%, menos de 5; y el 3%, ninguna.

Ahora bien, la situación cambia al analizar por provincias, donde se observa una amplia dispersión. 

Como se indicó, con el 36% Buenos Aires era la jurisdicción con mayor proporción de alumnos declarando más de 20 inasistencias, seguida de Tierra del Fuego (31%), CABA (28%) y La Pampa (27%). 

A la par, si se consideran los que declaran tener más de 15 inasistencias al día del operativo, también Buenos Aires pica en punta con una tasa del 57%, por encima de CABA (50%), Tierra del Fuego (47%), Mendoza (47%) y La Pampa (42%).

En el otro extremo, San Juan (9%), Santiago del Estero (12%) y Jujuy (13%) muestran menores proporciones de ausentismo con más 20 días.

Nivel socioeconómico

Las grandes disparidades por provincias no se reflejan, en cambio, al distinguir por el nivel socioeconómico de los alumnos. Es decir, el ausentismo afecta a los estudiantes de todos los sectores sociales. No obstante, se observan diferencias en los motivos. Para los adolescentes del quintil más bajo (los de menores recursos), los principales motivos para ausentarse son problemas de salud propios (54%), problemas de acceso a la escuela por el clima o el transporte (30%) y la falta de ganas de ir a la escuela (24%). En el quintil más alto, las razones que predominan son problemas de salud propios (67%), falta de ganas de ir a la escuela (48%) y llegada tarde a clases (24%). En todos los sectores hay una proporción elevada de estudiantes que aluden a “otros motivos”, una cuestión en la que el informe sugiere profundizar.