En lo que va del año, aumentó un 21% el consumo de agua envasada en Junín
Sin embargo, el nivel de arsénico permitido por el Código Alimentario Nacional para las bebidas minerales es 20 veces mayor al del agua potable de red. Los controles.
La preocupación por la calidad del agua de red y los altos niveles de arsénico hace que cada vez más juninenses se vuelquen a la compra de agua embotellada o en bidones.
En efecto, según datos de la Dirección de Bromatología municipal, que coordina el doctor Guillermo Marsetti, en lo que va del año pasaron por la cabina sanitaria 10.956.015 litros de agua, superando el total del año pasado, que fue de 9.836.388.
Si se sigue la proyección, en base al promedio mensual de litros que ingresaron este año a Junín, al finalizar este año habrán pasado por control 11.952.016 litros de agua, un 21 por ciento más que en 2010.
Situada en Narbondo y avenida de Circunvalación, la cabina funciona de lunes a viernes de 5 a 19, y los sábados de 5 a 12.
“Allí se controlan todos los productos ingresados al partido de Junín, los de origen animal que se producen en el distrito, más los jugos vegetales y aguas envasadas (entre las que figuran las aguas minerales puras, las mineralizadas artificialmente, agua de mesa envasada, agua de mesa artificialmente mineralizada)”, señaló Marsetti. Y amplió: “Se controla la procedencia, si el transporte está bien mantenido y fecha de elaboración y vencimiento. Periódicamente y alternativamente se hace un muestreo de las aguas y se analizan en el laboratorio de Bromatología o en el del Ministerio de Salud”.
El profesional aclaró que los camiones que comercializan agua en Junín tienen que pasar obligatoriamente por Cabina Sanitaria. “Si hay una marca de agua especial, que entra por primera vez a Junín, antes de dejarla comercializar se saca una muestra y hasta que no constatamos que lo que dice la etiqueta o rotulado coincide con lo que tiene adentro del envase y se adecue al Código Alimentario Argentino, no se le permite su comercialización”, aseguró.
Denuncias
“A su vez –agregó- recibimos en la Dirección de Bromatología las denuncias, que las ha habido por mal estado del envase o por partículas extrañas encontradas dentro de las bebidas. Se determina el origen del problema y procedemos. A través de los años hemos encontrado en muchos lugares aguas vencidas en establecimientos, con distintos envases y las decomisamos”.
Según Marsetti, las aguas envasadas son controladas periódicamente. “Hay un recontrol de las aguas que ya fueron controladas cuando ingresaron en los distintos depósitos de los distribuidores o en los lugares de expendio del producto, sean medianos, grandes o chicos”, afirmó.
“Periódicamente y en forma salteada, se saca una muestra preventiva para saber si sigue teniendo la misma calidad y si cumple los parámetros que tiene en el etiquetado. Los repartidores diariamente pasan por la cabina. Los distribuidores pasan una vez al mes o cada quince días, pero los repartidores lo hacen diariamente”, afirmó.
Y añadió: “Queda a criterio del comerciante recibir la boleta sin el sello de la Cabina Sanitaria constatando la reinspección. En caso de que nosotros detectemos que ese comerciante recibe mercadería sin estar el sello de la Cabina, somos policía sanitaria y podemos decomisar la mercadería”.
Cifras
De acuerdo a los datos proporcionados por Marsetti, el agua envasada proviene de distintos puntos del país. En 2010 se controló en la cabina unos 9.836.388 litros de agua, mientras que en lo que va de 2011, 10.956.015 litros (de enero a noviembre). A eso hay que agregar los jugos vegetales, unos 1.160.000 litros aproximadamente en el 2010 y cifra similar o superior en el 2011.
Cabe mencionar que es el Laboratorio de Bromatología el que controla los componentes químicos del agua y es el que emite el informe “apto” o “no apto”.