VIDA SANA
La principal fuente de transmisión de VIH en mujeres es su pareja estable
El 90 por ciento de las mujeres argentinas contrae el VIH por vía heterosexual y el principal origen o fuente de la transmisión es su pareja estable.
Según dijo a NA la médica infectóloga Isabel Cassetti, la adherencia al tratamiento en mujeres es baja porque ellas priorizan la familia y el trabajo, dejando a su salud en segundo lugar.
Con motivo del mes de la mujer, la Fundación Helios y el programa "Women for Positive Action" (Mujeres en Acción Positiva) continúan con su campaña "Ponete primera en tu agenda", creada el año pasado con el objetivo de concientizar a las mujeres con VIH sobre la importancia de entender como prioridad el correcto tratamiento de su enfermedad.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, un 31% de los hombres y un 23% de las mujeres que acceden al diagnóstico, lo hacen en estados avanzados de la infección.
"En comparación con los hombres, las mujeres consultan antes y llegan antes al diagnóstico. Sin embargo, les cuesta más cumplir con el tratamiento, con los cuidados, o asistir a las consultas.
La adherencia al tratamiento de las mujeres no va más allá de un 60-65%, un número bajo si se tiene en cuenta que la adherencia ideal debería ser mayor al 95%", asegura Cassetti quien es directora médica de Helios Salud y miembro del Comité Asesor del Programa Nacional de Sida del Ministerio de Salud.
La baja adherencia al tratamiento en las mujeres se relaciona con muchos factores: "intolerancia a la medicación, más eventos adversos, alteración de la grasa del cuerpo, depresión, el ‘disclosure’ (revelar que tiene VIH), decidir en qué momento y cómo se lo dice al hombre y el miedo a ser abandonada o rechazada por su pareja".
"Por otro lado, para la mujer su casa está primero: sus hijos, su marido, su trabajo. Su salud, en general, suele dejarla para un segundo lugar. Otro de los miedos está relacionado con la posibilidad de ser madre: si va a poder quedar embarazada y qué pasará con la salud del recién nacido", añadió la infectóloga.
Por su parte, Romina Mauas, coordinadora del área médica en Helios Salud, indicó que "ponerse primeras en su agenda, priorizar el cuidado de su salud y tener una correcta adherencia al tratamiento no sólo ayuda a mejorar la calidad de vida de la paciente sino que es también un método muy efectivo de prevención de contagio".
"Cuando una persona VIH-positiva sigue un régimen terapéutico eficaz, el riesgo de que transmita el virus a una pareja sexual no infectada se puede reducir en un 96%", señaló Mauas.
La mujer se encuentra en una situación de especial vulnerabilidad a la infección por VIH por diferentes motivos:
- Desconocimiento de la serología de sus parejas estables, principal vía de transmisión en la Argentina: el 90% de las mujeres argentinas contrae el VIH por vía heterosexual y el principal origen o fuente de la transmisión es su pareja estable (alrededor del 80% de los casos). En el hombre, en cambio, es por relaciones sexuales ocasionales.
- El sexo vaginal no protegido implica un riesgo de transmisión mucho mayor en la mujer. El sexo anal se asocia con un riesgo aún mayor: a la mujer le cuesta mucho negociar con el hombre el uso del preservativo y tiene que depender de la voluntad de éste para su uso.
- Muchas enfermedades de transmisión sexual aumentan el riesgo de adquirir VIH y suelen ser asintomáticas: la pared de la vagina es delgada y el pH del canal vaginal hace que la mujer sea más susceptible. Además, si presenta alguna enfermedad de transmisión sexual, es más fácil que contraiga el VIH.
- Abuso sexual y violencia doméstica: la violencia de género, el estigma y la discriminación son problemas que debe enfrentar la mujer y que aumentan su vulnerabilidad. A su vez, en algunos casos, hay limitaciones culturales y existe una dependencia tanto emocional como económica que impide cambiar esa situación de violencia.
Según datos de ONUSIDA, 16 millones de mujeres viven con VIH actualmente, lo que representa el 50% de todos los adultos conviviendo con ese virus en el mundo.
En la Argentina, en los últimos 5 años, se produjeron en promedio 6.200 diagnósticos de VIH por año: 4.000 de varones y 2.200 de mujeres.
Esto representa una tasa de alrededor de 15 casos por 100 mil habitantes, 21 por 100 mil para los varones y 10 por 100 mil para las mujeres.
Datos a nivel mundial
Datos mundiales indican que en 2013 alrededor de 1.000 mujeres jóvenes por día resultaron infectadas por el virus en todo el mundo y que existen diferencias regionales significativas en la proporción de mujeres que viven con el VIH en comparación con los hombres.
En América Latina, el 30% de las personas adultas que viven con el VIH son mujeres. En la Argentina las cifras son similares: los datos epidemiológicos indican que viven alrededor de 110 mil personas con VIH, un tercio de las cuales son mujeres.
La tasa más elevada de casos entre las mujeres se da en el grupo de 25 a 34 años, seguidas por las de 35 a 44. Esto se debe a que el test de VIH es obligatorio para las embarazadas, por lo que más mujeres acceden a su diagnóstico en la edad fértil.
"Debemos lograr hacer el test de VIH a más personas en general y, en particular, a más mujeres. De esta forma, más mujeres estarán con tratamiento y más mujeres estarán con cargas virales no detectables, es decir, con mínima cantidad de virus en su sangre. Es necesario que las mujeres se pongan primeras en su agenda, para contribuir a que tengan una mejor calidad de vida", concluyó Cassetti.
Según dijo a NA la médica infectóloga Isabel Cassetti, la adherencia al tratamiento en mujeres es baja porque ellas priorizan la familia y el trabajo, dejando a su salud en segundo lugar.
Con motivo del mes de la mujer, la Fundación Helios y el programa "Women for Positive Action" (Mujeres en Acción Positiva) continúan con su campaña "Ponete primera en tu agenda", creada el año pasado con el objetivo de concientizar a las mujeres con VIH sobre la importancia de entender como prioridad el correcto tratamiento de su enfermedad.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, un 31% de los hombres y un 23% de las mujeres que acceden al diagnóstico, lo hacen en estados avanzados de la infección.
"En comparación con los hombres, las mujeres consultan antes y llegan antes al diagnóstico. Sin embargo, les cuesta más cumplir con el tratamiento, con los cuidados, o asistir a las consultas.
La adherencia al tratamiento de las mujeres no va más allá de un 60-65%, un número bajo si se tiene en cuenta que la adherencia ideal debería ser mayor al 95%", asegura Cassetti quien es directora médica de Helios Salud y miembro del Comité Asesor del Programa Nacional de Sida del Ministerio de Salud.
La baja adherencia al tratamiento en las mujeres se relaciona con muchos factores: "intolerancia a la medicación, más eventos adversos, alteración de la grasa del cuerpo, depresión, el ‘disclosure’ (revelar que tiene VIH), decidir en qué momento y cómo se lo dice al hombre y el miedo a ser abandonada o rechazada por su pareja".
"Por otro lado, para la mujer su casa está primero: sus hijos, su marido, su trabajo. Su salud, en general, suele dejarla para un segundo lugar. Otro de los miedos está relacionado con la posibilidad de ser madre: si va a poder quedar embarazada y qué pasará con la salud del recién nacido", añadió la infectóloga.
Por su parte, Romina Mauas, coordinadora del área médica en Helios Salud, indicó que "ponerse primeras en su agenda, priorizar el cuidado de su salud y tener una correcta adherencia al tratamiento no sólo ayuda a mejorar la calidad de vida de la paciente sino que es también un método muy efectivo de prevención de contagio".
"Cuando una persona VIH-positiva sigue un régimen terapéutico eficaz, el riesgo de que transmita el virus a una pareja sexual no infectada se puede reducir en un 96%", señaló Mauas.
La mujer se encuentra en una situación de especial vulnerabilidad a la infección por VIH por diferentes motivos:
- Desconocimiento de la serología de sus parejas estables, principal vía de transmisión en la Argentina: el 90% de las mujeres argentinas contrae el VIH por vía heterosexual y el principal origen o fuente de la transmisión es su pareja estable (alrededor del 80% de los casos). En el hombre, en cambio, es por relaciones sexuales ocasionales.
- El sexo vaginal no protegido implica un riesgo de transmisión mucho mayor en la mujer. El sexo anal se asocia con un riesgo aún mayor: a la mujer le cuesta mucho negociar con el hombre el uso del preservativo y tiene que depender de la voluntad de éste para su uso.
- Muchas enfermedades de transmisión sexual aumentan el riesgo de adquirir VIH y suelen ser asintomáticas: la pared de la vagina es delgada y el pH del canal vaginal hace que la mujer sea más susceptible. Además, si presenta alguna enfermedad de transmisión sexual, es más fácil que contraiga el VIH.
- Abuso sexual y violencia doméstica: la violencia de género, el estigma y la discriminación son problemas que debe enfrentar la mujer y que aumentan su vulnerabilidad. A su vez, en algunos casos, hay limitaciones culturales y existe una dependencia tanto emocional como económica que impide cambiar esa situación de violencia.
Según datos de ONUSIDA, 16 millones de mujeres viven con VIH actualmente, lo que representa el 50% de todos los adultos conviviendo con ese virus en el mundo.
En la Argentina, en los últimos 5 años, se produjeron en promedio 6.200 diagnósticos de VIH por año: 4.000 de varones y 2.200 de mujeres.
Esto representa una tasa de alrededor de 15 casos por 100 mil habitantes, 21 por 100 mil para los varones y 10 por 100 mil para las mujeres.
Datos a nivel mundial
Datos mundiales indican que en 2013 alrededor de 1.000 mujeres jóvenes por día resultaron infectadas por el virus en todo el mundo y que existen diferencias regionales significativas en la proporción de mujeres que viven con el VIH en comparación con los hombres.
En América Latina, el 30% de las personas adultas que viven con el VIH son mujeres. En la Argentina las cifras son similares: los datos epidemiológicos indican que viven alrededor de 110 mil personas con VIH, un tercio de las cuales son mujeres.
La tasa más elevada de casos entre las mujeres se da en el grupo de 25 a 34 años, seguidas por las de 35 a 44. Esto se debe a que el test de VIH es obligatorio para las embarazadas, por lo que más mujeres acceden a su diagnóstico en la edad fértil.
"Debemos lograr hacer el test de VIH a más personas en general y, en particular, a más mujeres. De esta forma, más mujeres estarán con tratamiento y más mujeres estarán con cargas virales no detectables, es decir, con mínima cantidad de virus en su sangre. Es necesario que las mujeres se pongan primeras en su agenda, para contribuir a que tengan una mejor calidad de vida", concluyó Cassetti.