MARKETING APLICADO

Supersticiones contemporáneas

Señales para concluir erróneamente.

A partir de la nueva tendencia del “hágalo usted mismo”, uno puede patinar un mueble, armar una página web o buscar un tutorial para cambiar la bujía del auto. Buscar síntomas, concluir en un diagnóstico y sentenciar que el médico está equivocado. Con google como herramienta, accedemos a toda la información que necesitamos y ahí surge el problema.
Trabajamos con datos que seleccionamos de acuerdo a razonamientos sobre temas que desconocemos por completo; lo importante es que lo podemos hacer nosotros mismos. La pregunta es si estamos acertando en la búsqueda de la información y si las señales que tomamos como válidas tienen el peso suficiente.
Un sapo que sale al jardín, el alguacil que vuela sobre el campo o los likes en las redes sociales. Señales de que hay humedad, va a llover o estamos desarrollando una política comercial acertada. ¿Son realmente válidas todas o en muchos casos nos pueden conducir al error?
Dentro de las supersticiones contemporáneas, podríamos decir que la “caricia” del “me gusta” en redes sociales es un riesgo para quienes entienden que si logran la tan preciada aprobación de la gente están cumpliendo con su objetivo. Posiblemente sea ése el punto de partida: definir un objetivo.
¿Cuáles son las motivaciones de las personas en redes sociales?
Identifico claramente códigos intrínsecos, tanto en el ámbito comercial como en lo social. La imagen de una pareja feliz, un hombre jugando con su perro o la madre con su bebé recién nacido ¿quién puede negarle un sentimiento compartido con el pulgar arriba? Ahora bien, ¿qué pasa en las situaciones comerciales?
El jóven emprendedor, la empresa consolidada o el profesional exitoso. No todos despiertan los mismos sentimientos. Por lo general las palmadas en la espalda son para quienes recién se inician y una vez lograda la estabilidad, le soltamos la mano porque empezó a subir los precios. Es ahí donde llega la sorpresa, el buen niño que comenzaba el emprendimiento ya no es tal y ahora quiere ganar dinero.
La clave es tener las cosas claras desde el principio. ¿Qué, cuándo, cómo y para quién vamos a abrir un perfil en redes sociales? ¿Nuestro objetivo es ser amados por la comunidad virtual o en realidad queremos que se vuelvan locos por nuestro producto o servicio? ¿Será nuestro sistema de medición la suma de los likes o lo usaremos como herramienta de venta?
¿Cada vez que aparece un alguacil llueve? Si tenemos muchas aprobaciones ¿vendemos más? Será importante dejar las brujerías para otro momento y confiar en quienes saben del tema. Si me duele la panza no voy a google sino al médico y si el motor me hace un ruidito al mecánico, es probable que sea la bujía o quien sabe que otra cosa. La información es sólo eso; datos que podemos aportarle a quien con la experiencia y el conocimiento como herramientas nos puede conducir a la solución.