El nuevo ícono de Washington: Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana
Con sus 29.000 metros cuadrados, este museo en Washintong celebra y conmemora la historia de la población negra de Estados Unidos.
El National Mall o Explanada Nacional es el parque nacional más visitado de Estados Unidos. Al este del Monumento a Washington se encuentran museos de clase mundial como el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, la Galería Nacional de Arte, el Museo Nacional del Aire y el Espacio y los museos del Smithsonian.
Entre ellos, el Museo Nacional Smithsoniano de Historia y Cultura Afroamericana, del arquitecto David Adjaye, ocupa uno de los últimos terrenos libres del National Mall. Tras varias décadas de esfuerzos para conmemorar la historia afroamericana, el diseño se inspira en las artesanías africanas y americanas.
Para David Adjaye, diseñar el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana le permitió descubrir la historia y tratar de transmitir las contribuciones de una comunidad cuya importancia para el tejido social de la vida estadounidense con demasiada frecuencia ha sido invisible.
Adjaye cuenta que una de las primeras preguntas importantes que se formuló fue: ¿Cómo se acerca este sitio monumental al Monumento a Washington? ¿Cómo se agrega a uno de los planes maestros más importantes del mundo?
“Sabíamos que diseñaríamos el último museo que podría agregarse al National Mall, ‘el jardín delantero de la nación’... y será mejor que lo hagamos bien”, dijo Adjaye. Tras su primer año abierto, el museo recibió más de 3 millones de visitantes.
El exterior
Desde fuera, el museo parece una pirámide de tres niveles invertida, gracias a su piel de paneles inclinados de aluminio oscurecido, que parece surgir desde la tierra, contrastando con los palacios de mármol blanco, concreto y vidrio que cuentan otros capítulos de la historia estadounidense.
La forma se basa en la forma de una cariátide de Yoruban, una columna tradicional de África occidental con una corona en la parte superior. Para Adjaye, este detalle le conmovió.
“Parecía una forma de comenzar a contar una historia que se mueve desde un continente, donde las personas fueron tomadas, junto con sus culturas, y utilizadas como mano de obra, y luego contribuyeron a crear otro país y nuevas culturas. Esa historia continúa en el patrón decorativo de los paneles”.
El Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana es un edificio clásico en su inspiración, con una base y un capitel o remate, pero a la vez muy moderno por la manera en que el pensamiento contemporáneo se ha aplicado a la ciencia material y la circulación.
El edificio en su interior
El edificio está dividido en tres partes: las galerías históricas, que forman una especie de cripta, en un espacio subterráneo. La segunda trata de la migración del sur a los centros urbanos y el comienzo de las clases profesionales. La tercera representa la libertad y el arte. Así, el recorrido hacia arriba sugiere el vínculo entre la forma simbólica y el contenido del museo.
EL diseño interior juega con el exterior, pues desde las salas pueden verse los monumentos de Jefferson, Washington y Lincoln, así como el Congreso, los Archivos Nacionales y la Casa Blanca.
Según Adjaye la mayoría de los museos en el National Mall están cerrados al exterior en el sentido de que te llevan a otro mundo. “Funcionan un poco como el cine: entras en un mundo diferente y luego vuelves a salir. No quería eso. La experiencia de ser negro no es una ficción. Hay algo importante acerca de volver siempre a la luz del día”.
La planta baja es un contenedor transparente, una especie de caja de vidrio abierta por todos lados, dejando entrar la luz. Desde el principio Adjaye sabía que el museo no iba a construirse en mármol blanco. Necesitaba hablar un idioma diferente.
Aunque primero se pensó en fabricar los paneles con bronce, el mantenimiento y el peso hicieron que el diseño usara paneles de aluminio, más ligeros y fáciles de cambiar.