El lunes va a asumir como presidente de Comercio e Industria. ¿Quién es usted y cuáles son los antecedentes que lo unen a la institución?
- Soy diseñador gráfico, tengo 38 años y hace ocho que me incorporé a la institución de la mano de Juan Pablo Corbanini. Entré para trabajar en la creación de un logo nuevo y aggiornar la imagen de la entidad, cuando esta era presidida por Jerónimo dos Reis. Mi contrato se venció al año siguiente, pero así y todo continué en la función otros veinticuatro meses, ad-honorem. Más adelante empecé a incursionar en la comisión como vocal suplente y hace dos años, Alfredo Azpelicueta me convocó para ser su vicepresidente. En principio, estaré asumiendo el lunes y días más tarde se va a realizar la distribución de los cargos.
- ¿Cómo define su perfil dirigencial?
- Soy una persona proactiva y siempre digo que hay que tratar de devolverle algo a la sociedad, que es lo que intento hacer desde mi humilde lugar. La idea no es juntarnos una vez por mes a tomar un café sino generar algunos movimientos para cambiar las cosas y darle una impronta más dinámica. Como novedad puedo adelantar que después de 104 años de historia institucional, en la comisión va a haber dos mujeres, Andreína Cirigliano y Gabriela Vadalá.
- ¿Cuál es el presente de Comercio e Industria?
- Este es un momento en el que Comercio e Industria tiene una postura más blanda y abierta hacia la comunidad. Siempre digo que Jerónimo dos Reis le imprimió una impronta más participativa, no tan verticalista como antes, cuando la gente y las propias empresas lo veían como un negocio de pocos. Entre todos queremos ir sumando, escuchando las demandas de las industrias y los comercios, y tratar de ser el puente con los gobiernos municipal, provincial y nacional. Tenemos la facilidad de llegar a la Provincia y la Nación por medio de FEBA (Federación Económica de la provincia de Buenos Aires) y CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa).
- ¿Cuáles son los objetivos en la relación con los asociados y el comercio en general y cuáles con el resto de la comunidad? Esto último teniendo en cuenta que hoy la gente ve a la entidad casi únicamente como un lugar al que se va a pagar los impuestos…
- Que la institución sea vista como una boca de cobro es culpa nuestra, al menos me hago cargo de que haya sido así en los siete años que estuve yo. Es cierto que las entidades siempre necesitan dinero para moverse y el sustento de Bapro Pagos ha sido muy importante en todo este tiempo, más allá de que nos ha ocupado a todo el personal. Tenemos que mejorar la comunicación con los socios y eso se hará en la medida que tengamos más bajo control la cuestión monetaria; hoy en día, los balances mensuales nos indican que estamos palo y palo y que es necesario seguir generando recursos.
- ¿Cómo ve la actualidad económica del país?
- Estos meses fueron muy complicados y recién ahora empieza a soplar algún aire favorable, pero va a estar complicado porque las pymes tienen mucha presión tributaria y en Junín tuvimos cuatro o cinco casos de industrias que nos vinieron a buscar para que las ayudemos tras recibir boletas de servicios con sumas muy altas. El panorama fue complejo, sigue siéndolo, pero creo que hay que tener esperanzas.
- Soy diseñador gráfico, tengo 38 años y hace ocho que me incorporé a la institución de la mano de Juan Pablo Corbanini. Entré para trabajar en la creación de un logo nuevo y aggiornar la imagen de la entidad, cuando esta era presidida por Jerónimo dos Reis. Mi contrato se venció al año siguiente, pero así y todo continué en la función otros veinticuatro meses, ad-honorem. Más adelante empecé a incursionar en la comisión como vocal suplente y hace dos años, Alfredo Azpelicueta me convocó para ser su vicepresidente. En principio, estaré asumiendo el lunes y días más tarde se va a realizar la distribución de los cargos.
- ¿Cómo define su perfil dirigencial?
- Soy una persona proactiva y siempre digo que hay que tratar de devolverle algo a la sociedad, que es lo que intento hacer desde mi humilde lugar. La idea no es juntarnos una vez por mes a tomar un café sino generar algunos movimientos para cambiar las cosas y darle una impronta más dinámica. Como novedad puedo adelantar que después de 104 años de historia institucional, en la comisión va a haber dos mujeres, Andreína Cirigliano y Gabriela Vadalá.
- ¿Cuál es el presente de Comercio e Industria?
- Este es un momento en el que Comercio e Industria tiene una postura más blanda y abierta hacia la comunidad. Siempre digo que Jerónimo dos Reis le imprimió una impronta más participativa, no tan verticalista como antes, cuando la gente y las propias empresas lo veían como un negocio de pocos. Entre todos queremos ir sumando, escuchando las demandas de las industrias y los comercios, y tratar de ser el puente con los gobiernos municipal, provincial y nacional. Tenemos la facilidad de llegar a la Provincia y la Nación por medio de FEBA (Federación Económica de la provincia de Buenos Aires) y CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa).
- ¿Cuáles son los objetivos en la relación con los asociados y el comercio en general y cuáles con el resto de la comunidad? Esto último teniendo en cuenta que hoy la gente ve a la entidad casi únicamente como un lugar al que se va a pagar los impuestos…
- Que la institución sea vista como una boca de cobro es culpa nuestra, al menos me hago cargo de que haya sido así en los siete años que estuve yo. Es cierto que las entidades siempre necesitan dinero para moverse y el sustento de Bapro Pagos ha sido muy importante en todo este tiempo, más allá de que nos ha ocupado a todo el personal. Tenemos que mejorar la comunicación con los socios y eso se hará en la medida que tengamos más bajo control la cuestión monetaria; hoy en día, los balances mensuales nos indican que estamos palo y palo y que es necesario seguir generando recursos.
- ¿Cómo ve la actualidad económica del país?
- Estos meses fueron muy complicados y recién ahora empieza a soplar algún aire favorable, pero va a estar complicado porque las pymes tienen mucha presión tributaria y en Junín tuvimos cuatro o cinco casos de industrias que nos vinieron a buscar para que las ayudemos tras recibir boletas de servicios con sumas muy altas. El panorama fue complejo, sigue siéndolo, pero creo que hay que tener esperanzas.
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