EL PROBLEMA EN NORTEAMÉRICA, CÓMO AFECTÓ AL BREXIT Y A OTROS PAÍSES

La influencia de la tecnología en las elecciones de los países

Cada vez es más común la viralización de contenidos alterados con IA: videos, audios e imágenes de personalidades públicas.

Con las elecciones presidenciales de Estados Unidos a la vuelta de la esquina, el próximo 5 de noviembre, el temor entre los expertos se ha centrado en un enemigo invisible pero potente: la inteligencia artificial (IA) generativa. Esta tecnología, que permite crear imágenes, videos y audios manipulados, se ha consolidado como una herramienta potencialmente peligrosa para la integridad del proceso electoral, al punto de que muchos votantes podrían no distinguir entre la realidad y la ficción en la avalancha de contenidos que circulan en redes sociales.

Sin embargo, lo que ha llenado los feeds de las redes no son los sofisticados videos de deepfakes que se temía, sino un contenido mucho más absurdo y caricaturesco. Entre los ejemplos más virales se encuentran un video del expresidente Donald Trump cabalgando sobre un gato mientras empuña un rifle, o la vicepresidenta Kamala Harris con un bigote y vestida como una comunista. Estas imágenes ridículas no han dejado a nadie indiferente, y a pesar de su humorismo aparente, plantean serias preocupaciones.

LA CAMPAÑA ENMARAÑADA

A medida que avanza la campaña presidencial en EEUU, las imágenes generadas por IA se han convertido en un recurso habitual, circulando por la red con una regularidad alarmante. Aunque muchas de ellas son tan absurdas que parece imposible tomarlas en serio, su impacto va más allá de lo cómico. Incluso los memes más ridículos pueden servir para propagar mensajes falsos o, peor aún, racistas y xenófobos. Los candidatos y sus seguidores los comparten abiertamente, utilizándolos como armas en la batalla digital.

Trump y sus aliados, por ejemplo, han sido especialmente prolíficos en la difusión de memes generados por IA. Uno de ellos, publicado en su red Truth Social, lo mostraba rodeado de gatos y patos en un jet privado, mientras otro representaba a un grupo de gatitos sosteniendo un cartel que decía: “No dejen que nos coman, ¡Voten a Trump!”. Estas imágenes, aunque cómicas en apariencia, reforzaban una falsa narrativa xenófoba sobre migrantes haitianos, alimentando el racismo y generando amenazas reales contra comunidades vulnerables.

EL IMPACTO EN EL BREXIT

Christopher Wylie, el hombre del pelo rosa, sorprendió al mundo al destapar el rol clave que jugó Cambridge Analytica (CA) en el resultado del referéndum del Brexit. Al ser consultado sobre si la intervención de la empresa fue determinante para la victoria de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, respondió sin dudar: “Absolutamente”. Con esa afirmación, reveló cómo CA, a través de datos obtenidos ilegalmente de Facebook, habría influido en elecciones tan trascendentales como el Brexit y los comicios que llevaron a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Wylie, ex director de investigación de CA, explicó en una entrevista con varios medios europeos que la votación por el Brexit se ganó por menos del 2% de los votos y que la empresa gastó sumas millonarias en campañas de publicidad altamente personalizadas, dirigidas a pequeños grupos de votantes. Estos esfuerzos habrían sido suficientes para inclinar la balanza en favor de la salida de la Unión Europea. Según Wylie, CA no actuó directamente, sino a través de una compañía aliada, AggregateIQ (AIQ), contratada por los impulsores del Brexit.

Lo que hacía CA era simple pero efectivo: utilizando datos personales recolectados de Facebook, la empresa perfilaba a los usuarios según sus intereses, comportamientos y opiniones. Con esa información, diseñaba mensajes publicitarios hechos a medida para cada grupo, buscando reforzar prejuicios o creencias previas. Las campañas se nutrían de noticias falsas y desinformación, y además sorteaban los límites legales de gasto electoral, lo que ha desatado investigaciones en el Reino Unido.

El uso de redes sociales para influir en el comportamiento electoral no es nuevo, pero CA lo llevó a otro nivel. Al dirigir mensajes personalizados a audiencias específicas, y al hacer uso de bots y cuentas falsas para amplificar el alcance de esos mensajes, la consultora logró crear una sensación de apoyo masivo que distorsionó la realidad.

La incidencia de Rusia y otros países

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido con fuerza en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y países como Rusia, Irán y China no han tardado en aprovechar su potencial para desinformar. A través de la creación de contenido falso utilizando herramientas de IA generativa, como deepfakes, estas naciones buscan influir en la percepción de los votantes. Desde imágenes surrealistas de los candidatos hasta audios falsos con la voz de Joe Biden, la tecnología se está convirtiendo en un arma de manipulación informativa, erosionando la confianza en lo que los ciudadanos ven y oyen en las redes sociales.

Rusia, en particular, ha intensificado sus esfuerzos en desestabilizar el proceso electoral estadounidense, tal como lo ha señalado la Inteligencia Nacional de EE.UU. Se han identificado operaciones rusas que utilizan IA para crear perfiles falsos en redes sociales, con el objetivo de influir en la opinión pública y generar divisiones políticas.

A esta campaña de desinformación se suman también Irán y China, quienes han utilizado herramientas como ChatGPT para generar comentarios engañosos en plataformas digitales. Estas acciones demuestran que la IA no solo es una herramienta tecnológica, sino también un campo de batalla en la arena política global. Mientras tanto, dentro de Estados Unidos, las campañas electorales han comenzado a explorar el uso de IA para movilizar votantes, aunque con resultados mixtos.

Sin embargo, la preocupación crece entre los estadounidenses, ya que, según un estudio del Pew Research Center, más del 50 % de la población teme que la IA sea utilizada para crear y difundir información falsa. Este panorama resalta el desafío que enfrentan las democracias modernas en medio del auge de la inteligencia artificial, con países como Rusia liderando la manipulación informativa en las elecciones, amenazando la autenticidad y transparencia del proceso electoral.