Frente a una crisis ambiental que impulsa cada vez más el desarrollo de combustibles sostenibles para disminuir el calentamiento global, Argentina dio un importante paso en esa dirección. Una empresa licenciataria de Shell anunció que su refinería ubicada en Dock Sud logró la certificación internacional para producir diésel de origen renovable gracias al procesamiento de aceite de soja.
La certificación ISCC (International Sustainability & Carbon Certification) obtenida por Raizen Argentina constituye un aval alineado con la Directiva de Energías Renovables de la Unión Europea y el Reino Unido que asegura la trazabilidad del proceso y proporciona el cálculo de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. “La planta de hidrotratamiento de Dock Sud ya se encuentra operando de manera sostenida y la certificación lograda confirmó una reducción de emisiones de hasta un 80,4% en el ciclo de vida del diésel de origen vegetal, en comparación con el mismo volumen de diésel de origen fósil”, señalaron desde la empresa.
¿Qué es y cómo se fabrica?
El diésel renovable, también conocido como R100 o aceite vegetal tratado con hidrógeno (HVO), es un sustituto inmediato del diésel que se produce a partir de aceites vegetales reciclados, aceite de cocina usado o grasa animal. Estas materias primas se procesan mediante hidrogenación para crear una alternativa de combustión más limpia al diésel tradicional que funciona con motores existentes.
Por medio de un hidrotratamiento y con el uso de hidrógeno se produce la reacción de aceites y grasas (materias primas comunes) a alta presión y temperatura, lo que permite obtener un combustible de alta calidad que es químicamente similar al diésel tradicional, pero con una huella de carbono mucho menor.
El diésel renovable difiere del biodiésel tanto en su proceso de producción como en sus propiedades físicas. Mientras que el biodiésel también se puede mezclar con el diésel tradicional derivado de combustibles fósiles, el diésel renovable constituye un sustituto inmediato del diésel tradicional sin necesidad de mezcla.
Frente a un escenario mundial que demanda cada vez más combustibles renovables, Argentina, uno de los principales productores de soja en el mundo, tiene en el diésel renovable una interesante oportunidad, según señalan desde la Cámara Argentina de Biocombustibles.
Nuestro país “cuenta con capacidad de aprovechar todos sus recursos agropecuarios, atender nuevos mercados de biocombustibles como los de diésel renovable, promover una economía verde, y sumar “valor ambiental” a las exportaciones”, sostiene Víctor Castro, director ejecutivo de la Cámara sectorial, quien resaltó sin embargo que “para alcanzar ese objetivo se necesitan políticas publicas que promuevan la competencia en pos de las necesarias inversiones en innovación tecnológica, escala, e integración de la cadena agroindustrial”.
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