Hubo un tiempo en el que no existían Facebook, ni Instagram y en el que, de hecho, no había ni móviles inteligentes ni planes de datos; por aquel entonces las conexiones a Internet resultaban insultantes bajo los cánones en los que ahora nos movemos. Pero lo cierto es que en aquellos tiempos nos mirábamos más a la cara. Estamos en el año 2002, año en el que brotaban las primeras briznas de los populares blogs y en los que las fotografías se tomaban -qué insulto- con cámaras de fotos. Fue ese mismo año cuando nació Fotolog, la que muchos califican como “la primera gran red social” y en la que los usuarios simplemente subían una foto al día acompañada de un comentario. El proyecto arrasó pero no pudo resistir el torrente provocado por Facebook primero, e Instagram después; en 2016, echó el cierre y lo hizo por la puerta de atrás y a la francesa.
El estupor de los antiguos usuarios fue patente: no hubo opción a opinar, a despedirse, y lo que es peor todavía, a recuperar un archivo fotográfico cargado de sentimientos y recuerdos. Fotolog había sido pasto de los algoritmos y complejas maquinarias que hoy mueven las redes sociales de éxito y aquello parecía no tener vuelta atrás. Y de hecho, no la tuvo hasta que un grupo de emprendedores radicados en España, México, Argentina, Brasil y Estados Unidos, y bajo el paraguas de la aceleradora de Wayra (Telefónica) han decidido revivir el proyecto con el regreso de la app para Android y un manifiesto reivindicativo que recoge bien lo que en su día fue el espíritu de la red social. La compañía tiene su razón social en Tarragona y por el momento, sus promotores parece que quieren ceder todo el protagonismo al proyecto y quedarse en la sombra.
Si el cierre se llevó a cabo por la puerta de atrás y sin dar opción a la pataleta, el regreso ha sido más contundente: un manifiesto que arranca con un “Hola” anuncia el retorno en la nueva web y de paso, no deja títere con cabeza a la hora de referirse a las redes sociales que ahora triunfan en nuestros móviles. El nuevo Fotolog nace huyendo de lo que el equipo define como una “adicción digital” que busca lucrarse aprovechándose de la privacidad del usuario. “Por eso creamos Fotolog, para crear una red social diferente”, explican en su web, “que no manipule nuestra mente”. El renacido proyecto parece huir precisamente de lo más antipático de las redes y que ahora sumerge a los más jóvenes: el postureo, la alabanza fácil, pero también el acoso y el cyberbullying. Fotolog huye de las publicaciones que persiguen “la aprobación de los demás”.
El nuevo Fotolog nace con una base ya de dos millones de usuarios y mantiene todas las fotografías del pasado, aunque dejan claro que este “experimento” (como ellos mismos definen) lo ha creado un nuevo equipo y “una nueva visión”. La aplicación de Android está ya disponible, pero la de iOS está pendiente de aprobación por parte de la App Store de Apple, con lo que se espera que en unos días esté disponible. Los antiguos usuarios podrán recuperar su colección de fotos, pero aquellos que deban recuperar sus claves en el antiguo sistema deberán pagar un importe por ello en concepto de trámites internos, algo que no está sentando muy bien entre algunos usuarios que así lo han dejado patente en las valoraciones de Google Play.
NOVEDADES
Telefónica relanza Fotolog, “la primera gran red social”
Esta web, en la que los usuarios simplemente subían una foto al día acompañada de un comentario, nace de nuevo en forma de app.
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