None

Cuídate de la contaminación acústica

El ruido es la contaminación más habitual en las grandes ciudades. Percibir zumbidos en los oídos es una señal de daño auditivo.

Ruido es todo aquel sonido indeseable y molesto que interfiere en la actividad habitual o el descanso. La contaminación acústica es el nivel de ruido que puede resultar perjudicial para la salud causando trastornos tanto físicos como psicológicos.
Los principales factores que ocasionan este problema los encontramos en la actividad diaria como el tráfico vehicular, fábricas, talleres, las ofertas de productos con altavoces y potentes bocinas, bares, construcciones de edificios, todo esto genera niveles de ruido que sobrepasa los límites de decibeles (medición del volumen del sonido) recomendados por la OMS (Organización Mundial de la Salud) que considera no sobrepasar los 50 decibeles (dB) por el día y 30 dB en la noche.
40 decibeles es lo que se alcanzan en una plática normal. Una calle con tráfico llega a los 90 dB y en el interior de un bar con música elevada se pueden alcanzar hasta 110 dB. A partir de los 140 dB el oído comienza a tener dolor, puede haber pérdida irreversible de audición provocada por una exposición continua a ruidos superiores a 95dB. El oído debe reposar alrededor de 16 horas para compensar 2 horas de exposición a 100dB
La parte interna de nuestro oído, localizada dentro del cráneo, contiene un tejido con una gran cantidad de nervios y células, la pérdida de la audición se da por una lesión allí, en el oído interno. Estar frecuentemente expuestos por largos períodos a ruido alto puede dañar este tejido; los nervios y células que lo forman se destruyen y si un gran número de éstos se afectan puede haber daño permanente en la audición.
El ruido además de consecuencias auditivas incrementa la emisión de hormonas de nuestro cuerpo como la adrenalina y corticotropina (ACTH) el aumento de estas conduce a alteraciones circulatorias –por ejemplo el aumento de nuestra presión sanguínea y ritmo cardíaco-; el desequilibrio hormonal también propicia estrés, dificultad en el aprendizaje, pérdida de atención, alteraciones del sueño, ansiedad, fatiga, agresividad y depresión.
Antes de darnos cuenta que estamos perdiendo la audición por ruido excesivo los síntomas son muy poco notables ya que por ejemplo no es nada común que se presente dolor de oídos, lo que llegamos a percibir es como si escucháramos los sonidos muy lejanos o la sensación de tener los oídos tapados así como notar zumbidos de oídos cuando estamos en un lugar silencioso.

Dr. Omar Luja es Médico Cirujano y Homeópata. Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía. I.P.N. Cédula 7719134.

COMENTARIOS