El balance que arrojaron en lo que va del año da que, de 2997 controles a vehículos particulares que transitaban por las rutas comprendidas en el Operativo Sol a Sol 2025,se labraron 202 infracciones, en su mayoría por no contar con la VTV o tenerla adulterada.
Desde el Ministerio de Transporte de la provincia de Buenos Aires recordaron que el cumplimiento de la verificación anual es de vital importancia para la circulación en todo el país, dado que “asegura el correcto funcionamiento del vehículo en los corredores viales”.
En cuanto al objetivo hacer cumplir la Ley de Alcohol Cero al volante, la cartera, a cargo de Martín Marinucci, precisó que los casos positivos de ingesta de bebidas espirituosas fueron 33, lo que significó un 16,33% del total de las infracciones registradas por ser sorprendidos los conductores con alcohol en sangre. Tuvieron que enfrentar multas que ascenderán hasta los $1.336.000.
Los operativos estuvieron muy pendientes de los “banquineros”, que transitan por lugares que le están vedados y ponen en riesgo la seguridad de otros usuarios.
Ubicación de los retenes
Según el Ministerio, los retenes estuvieron apostados en Valeria del Mar, Ostende, Mar de Ajó, Villa Gesell, Pinamar, San Clemente, Cariló, Mar del Plata, Hudson, Quilmes, Maipú, Mar del Tuyú, Tordillo y Avellaneda, entre otras localidades bonaerenses.
Desde el organismo indicaron que el control del cumplimiento de la VTV es el “primer paso” para tener “rutas seguras”, con lo cual destacaron que se trata de un cuidado que lleva a cabo el Ejecutivo provincial por todos los vecinos bonaerenses.
La seguridad en las rutas de acceso a los balnearios de la costa Atlántica fue considerada prioritaria al desplegarse la estrategia oficial.
Radares en puntos negros
E inclusive la ubicación de los radares priorizó la localización de los denominados puntos negros, que son los tramos en los que se producen con frecuencia siniestros viales, por factores como neblinas, curvas cerradas y presencia de camiones hacen que determinadas zonas sean más riesgosas que otras y por eso requieren de atención total.
Aunque existe la suspicacia sobre el afán recaudador que se persigue con los radares, los especialistas en seguridad vial coinciden en que el verdadero propósito y el de los operativos es la prevención y lo justifican en la caída en la mortalidad por siniestros viales.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito en Argentina disminuyó un 44% desde 2013.
En general, se considera “punto negro” a un lugar en el que se producen tres o más accidentes con víctimas en un año, con una separación máxima de 100 metros entre cada uno.
El mensaje para los automovilistas es claro: cuando se acercan a un “punto negro” hay que tener mayor precaución. Lo primero que se debe hacer es agudizar la concentración en la carretera y reducir la velocidad.
Al enfrentar los “puntos negros” es esencial que los conductores respeten las señales de tránsito y estén preparados para cualquier imprevisto.
El hecho de que sean las zonas con mayor cantidad de accidentes obliga a estar atentos a curvas peligrosas, cruces, presencia de neblina que dificulte la visión y circulación o salida de camiones.
Controles concentrados
Las rutas 11, 63, 74 y 2, que conectan diversos puntos del país, son algunas de las más transitadas durante la temporada de verano.
Las velocidades máximas permitidas varían entre los 60 y 110 km/h en las rutas mencionadas, y de 60 a 120 km/h en la ruta 2, que cuenta con más de 70 radares, conocidos como cinemómetros, para controlar el exceso de velocidad.
La Policía bonaerense controla documentación en las rutas, lo que obliga a los conductores a llevar la licencia de conducir, la cédula de identificación del vehículo, el seguro en vigencia y la Revisión Técnica Vehicular (RTO) o la Verificación Técnica Vehicular (VTV).
Estos apuntan a garantizar que los autos circulen en condiciones de seguridad, lo que contribuye a prevenir accidentes.
Los agentes de Fiscalización del Transporte que dispuso el Gobierno bonaerense en las terminales de ómnibus y rutas también verificaron el estado de las unidades y el cumplimiento de la documentación que los habilita para circular en los servicios de transporte público, tanto automotor como fluvial, de pasajeros.
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