Enigma Joyas es una joyería ubicada en avenida República 926, donde está su local con venta al público, y también allí tiene instalado el taller donde producen joyas de plata y oro.
Uno de los trabajos del joyero es también saber recuperar una pieza, y si la misma tiene historia dentro de una familia, representa mayor valor.
Sobre esto, y mucho más, habló Marianela Mucciolo, dueña de Enigma Joyas junto a su marido, con una larga trayectoria en el rubro, al ser consultada por Democracia en el Día del Joyero.
“Para mí Enigma no es solamente mi comercio, sino un estilo de vida, porque es muy interesante interpretar el deseo de un cliente que viene a buscar un producto que imagina y hay que crearlo desde cero”, expresó la entrevistada. “A veces él viene con una idea, quiere que esa joya pueda transformarse y continuar su uso, siempre dentro del seno familiar. Quizás esa joya venga de muchos años atrás como herencia y la traen a nuestro taller. Tienen mucho sentimiento y emociones ese tipo de piezas, y verlas transformadas en un nuevo deseo, para que de alguna manera esa pieza siga siendo de la historia familiar y perdure en el tiempo, que se aggiorne o se pueda utilizar en estos nuevos tiempos, nos llena de emoción. En general, cada pieza es creada con mucho amor y mucho más cuando se da esta situación en la que la gente nos trae piezas importantes para su familia”, destacó.
Trayectoria
Marianela Mucciolo, junto con su marido, lleva adelante un pujante emprendimiento. En diálogo con Democracia, ella contó sus comienzos en el rubro, cuando tenía solo 20 años, vendiendo joyas y bijouterie para una empresa muy importante en la Argentina, hasta que luego lanzó su propia marca.
Es así que Enigma Joyas tuvo su primer taller de joyería en la calle Hipólito Yrigoyen al 500, donde comenzaron con las primeras producciones propias, fue creciendo y decidieron instalarse en avenida República. “Hoy por hoy seguimos siendo la primera joyería de Junín que se instala en este sector comercial. Quisimos enfocarnos también en otro nicho que nos pareció muy interesante”, manifestó.
“Junto con mi esposo seguimos adelante con la producción de joyas de plata y oro preferentemente. El proceso que realizamos es fundición a la cera perdida a través de moldería de caucho y de distintas aristas que tiene el proceso. Mi esposo se encarga de la fundición y yo de todo lo que es calado y el terminado de la joya”, explicó.
La joyería surgió y sigue siendo un emprendimiento familiar que fue creciendo de a poco y hoy, a pesar de que el contexto económico no es el mejor, se siguen sosteniendo y están orgullosos de poder producir desde Junín.
“Dentro de la joyería comercializamos ya productos industrializados como lo que es en acero, enchapado. Tenemos materiales y productos para todos los bolsillos, para todas las necesidades”, afirmó. Consultada sobre si las ventas eran minoristas o mayoristas, Marianela respondió que estaban enfocados en las minoristas. “En principio teníamos otro proyecto de negocio, pero la verdad es que la producción lleva un tiempo importante y la capacidad productiva que tenemos hoy no nos permite hacer venta mayorista”, dijo.
“Como todas las terminaciones son a mano –continuó explicando la joyera-, si bien hay un proceso que está industrializado dentro del taller, porque tenemos las máquinas correspondientes, muchas etapas de la joyería se realizan a mano y requieren mucho tiempo. Hoy por hoy no estamos abordando la venta mayorista. Nos enfocamos en la venta minorista, personalizada, que es nuestro fuerte”, destacó.
COMENTARIOS