Unas 489.000 personas mueren cada año en el mundo debido a los efectos del calor extremo, según un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Latinoamérica y el Caribe, si bien no hay cifras absolutas, el observatorio climático The Lancet concluyó que los fallecimientos debidos al clima extremo de verano se incrementaron más del 100% en los últimos años.
El informe América Latina 2023 de The Lancet Countdown sobre salud y cambio climático reveló que el número promedio anual estimado de muertes relacionadas con el calor en la región aumentó más del 100 % entre 2000-2009 y el período de 2013-2022.
En detale, los países con el mayor aumento relativo son Ecuador (+339%), El Salvador (+230%), Honduras (+204%) y Guatemala (+202%). Por otro lado, México (+67%), Argentina (+59%) y Uruguay (+27%) experimentaron incrementos más bajos. Pero a pesar de las fluctuaciones anuales, se observó una clara y sostenida tendencia ascendente en Argentina, Bolivia, México, Paraguay y Uruguay. Solo en México, en la primera mitad de este año se registraron casi 140 fallecimientos por olas de calor extremo.
Pero el fenómeno es global: la OMS observó que "la región europea representa 36 % (de estas víctimas), es decir, un promedio de 176.040 muertes al año" durante este período. Esto se debe en parte, a que su población es “más vieja”. El caso típico es Italia, que tiene –detrás de Japón- la población con el mayor promedio de edad del mundo y en 2022 registró más de 18.000 fallecimientos a causa del calor.
Las personas mayores son especialmente vulnerables al calor extremo debido a varios factores, como la disminución de la capacidad del cuerpo para regular la temperatura, problemas de salud subyacentes y la posible deshidratación. Por eso es clave que durante las olas de calor se tomen medidas adicionales para proteger a los ancianos, como asegurar que estén bien hidratados y en ambientes frescos.
En cuestiones climáticas, la región Europa de la OMS, que se extiende hasta Asia Central, es la que se está calentando más rápido, a una velocidad aproximadamente el doble del promedio global, señala la organización. En los últimos 20 años, la mortalidad relacionada con el calor aumentó 30 % en la región.
"Las temperaturas extremas exacerban las enfermedades crónicas, incluidas las cardiovasculares, respiratorias y cerebrovasculares, la salud mental y las afecciones relacionadas con la diabetes", advirtió OMS Europa.
Según la OMS, el número de víctimas por calor "se disparará" en los próximos años debido al cambio climático, responsable del aumento de las olas de calor en Europa en las últimas décadas.
Con el creciente impacto del cambio climático, las olas de calor no solo aumentan en frecuencia, sino también en gravedad y magnitud, con temperaturas por encima de los 50 grados.
Las olas de calor aumentan el riesgo de muerte por sobrecarga térmica (“golpe de calor”) del cuerpo humano y provocan disfunciones de múltiples órganos, así como agotamiento, calambres e insolación.
El estrés térmico también puede agravar enfermedades crónicas preexistentes y provocar muertes prematuras, trastornos psiquiátricos y otras consecuencias.
Cómo prevenir un golpe de calor
- Tomar frecuentemente y preferentemente agua
- Elegir lugares frescos, ventilados
- En el caso de circular por la calle tratar de ir por la vereda de la sombra
- Durante jornadas de alta temperatura es recomendable evitar hacerlo en las horas de mayor calor -desde las 10 y las 17-
- Usar gorra o sombrero y anteojos de sol, utilizar protector solar
- Consumir frutas y vegetales y evitar las comidas con mayor contenido graso
- Refrescarse a menudo en las zonas que se concentra más el calor como el cuello, axilas, ingle
COMENTARIOS