Impacto de la tecnología, déficit de atención y evolución del cerebro: relatos de neurólogos locales
SALUD Y CUIDADO PERSONAL

Impacto de la tecnología, déficit de atención y evolución del cerebro: relatos de neurólogos locales

¿Cuáles son los casos más comunes de enfermedades neurológicas en nuestra localidad según la población? ¿Cuál es la incidencia de las pantallas, como celulares o computadoras, en el sistema nervioso? ¿Es cierto que es más fácil aprender cuando somos más jóvenes? ¿Cuál es el desarrollo del área en Junín? Democracia dialogó con cuatro médicos referentes para abordar tales interrogantes.

No hay dudas de que en el mundo de la medicina cada especialidad compete una compleja labor tanto de formación como de desarrollo profesional. De todas las ramificaciones, una de las más delicadas y que más relevancia ha cobrado con los años es la neurología. De tal forma, su correlato puede verse en el aumento de enfermedades vasculares como así también en el desarrollo de la tecnología que afecta el comportamiento de las personas y el desarrollo de los niños.

¿Cuáles son los casos más comunes de enfermedades neurológicas en Junín? ¿Cuál es la incidencia de las pantallas, como celulares o computadoras, en el sistema nervioso?

¿Es cierto que es más fácil aprender cuando somos más jóvenes que siendo adultos? Con el objetivo de abordar tales preguntas y dar a conocer más al respecto, Democracia dialogó con cuatro médicos neurólogos locales. 

En tal sentido, para abordar casos generales, este medio entrevistó a Claudio Porcile (médico en el HIGA y director médico de la Clínica Rehabilitación Junín), y Romina Benso (distinguida médica en la clínica La Pequeña Familia).

Asimismo, para complementar la mirada profesional y abordar en detalle la neurología en niños y jóvenes, Democracia también entrevistó a Liliana Chumillo (neuróloga infantil pionera a nivel local) y Francina Lombardi (médica en Fleni y el HIGA, con formación en España y Francia).

Casos comunes

Un primer punto del cual partir lo representan los casos más comunes que se puede tener en lo que hace al ámbito de la neurología. Sin embargo, para llegar a eso, Benso explicó:

“Nuestro sistema nervioso está formado por el cerebro y funciona como un procesador de información que recibimos desde nuestro propio cuerpo y el mundo externo; la médula y los nervios periféricos, que transmiten las señales hacia los órganos efectores para generar una respuesta adecuada, según la necesidad. Es un sistema muy complejo e importante que regula todas las funciones de nuestro organismo, tanto las voluntarias (como agarrar un vaso con la mano) como las involuntarias (respiración o el latido cardíaco)”.

“La consulta al neurólogo es necesaria cuando aparece algún signo o síntoma que pudiera estar relacionado a un funcionamiento incorrecto del sistema nervioso. A modo de ejemplo, alteraciones cognitivas-conductuales, como desorientación, trastorno del lenguaje o falta de memoria; dificultades sensoriales, como visión borrosa o visión doble; alteraciones del equilibrio y la marcha, y debilidad muscular o sensibilidad disminuida. Por otro lado, algunos de los motivos más frecuentes de consulta son los dolores de cabeza y convulsiones o desmayos”, enumeró.

Siguiendo con la misma población que trabaja, Porcilo comentó que, en la diaria, se dedica a “todas las patologías relacionadas a neurología: ACV, traumatismos, lesionados medulares, traumatismo de cráneo o encéfalo craneano, rehabilitación respiratoria, patologías variadas. En lo que hace a las edades son desde 15 en adelante hasta los últimos días”.

Justamente, en lo específico a edades tempranas, Lombardi focalizó su relato en la neurología infantil y expuso: “Es importante estar atentos y seguir el desarrollo neurológico del niño que es cuando se adquiere la mayoría de conocimiento. Cuando uno antes interviene, mejores son los resultados. Siempre decimos que cuando uno da un diagnóstico, si son chicos, es como si fuera que uno escribe con lápiz y después se pueden revertir síntomas y quedan cosas sutiles”. 

Sobre casos en la diaria, indicó: “Cualquier trastorno del sueño, dolores de cabeza, duda sobre el neurodesarrollo, convulsiones, movimientos involuntarios, trastornos de hiperactividad, déficit de atención”.

“Por otro lado, también se encuentran enfermedades como manchitas en la piel, compromiso neurológico o enfermedades raras que con los avances están en proceso y tienen nuevos tratamientos”, siguió. 

A lo relatado por Lombardi, Chumillo abordó el caso de las convulsiones y explicó que pueden ser “tanto febriles como epilépticas. Las primeras se dan en un 5% en chicos entre el año y el quinto año por inmadurez del sistema nervioso, donde la fiebre hace descargar a las neuronas y da una convulsión. Sabemos que es autolimitado, los chicos se recuperan solos y no deja secuelas neurológicas”.

“Es diferente lo de epilepsia, que es una descarga anormal de un grupo de neuronas que provocan diferentes movimientos. Esto tiene tratamiento diferente y se puede dar de alta al paciente habiendo alcanzado ciertos estándares”, diferenció. 

Impacto de la tecnología

Sin dudas, el desarrollo de la tecnología y la creación de distintas plataformas que son utilizadas en el día de las personas, a nivel médico encuentran su correlato en la repercusión y efectos que pueden verse en el sistema nervioso y en órganos como el cerebro.

En el caso de niños y adolescentes, Lombardi contó: “Veo mayor hiperactividad porque desde chicos usan muchas pantallas y juegos que muchas veces son violentos, entonces tienen más problemas de conductas. Después se acumula esa energía y se vuelve un círculo vicioso donde los padres se acostumbran a descansar en la pantalla y los niños en el consumo de las mismas”. 

“También vale señalar que la pantalla es uno de los principales desencadenantes de los dolores de cabeza en los nenes chiquitos y en la adolescencia: la luz de la pantalla manda una señal a través de los ojos y el cerebro interpreta que es de día y se genera trastorno de sueño a colación de todo esto”, relató. 

En lo que refiere al mismo campo, Chumillo argumentó que “en pediatría está prohibido el uso de pantallas y celulares en menores de dos años. Lo que está ocurriendo es que los chicos están permanentemente con el celular en la mano porque sus padres trabajan online y les dan las pantallas a los chicos. Este fenómeno ocurrió, especialmente, desde la pandemia. Como una consecuencia de ello puede verse que no saben jugar con pares, se aíslan, hablan en neutro o como ven en los dibujos. Con ello los niños dejaron de hacer juego simbólico, que es tan importante para estimular el lenguaje y las relaciones interpersonales”.

Yendo a un plano más macro, es decir, en lo que respecta a la neurología en general, Porcile aseguró que “estar mucho tiempo conectado a una pantalla, como el celular o los televisores, crea una alteración en el cerebro. La tecnología cuando es muy usada en forma excesiva en tiempos e intensidad termina jugando en contra. Es buena si es usada de una manera amigable. Si termina siendo una adicción, cuando uno no puede dejarlo o separarse, complejiza la cuestión”.

Asimismo, añadió: “Los horarios en el uso de la pantalla también inciden. Por eso nuestros ancestros eran tan sabios: cuando bajaba el sol era cuando había que nutrirse e irse a dormir. Hoy, en la vorágine, hay problemas de insomnio y el cerebro se conecta y no lo parás. Es como ir en una autopista y hay que ir bajando esa velocidad. El cerebro no tiene un freno y hay que ir parándolo de a poco. El cuerpo es mucho más sabio que la mente, hay que controlarla y no desconectarla del cuerpo”.

Benso consideró: “El lado B de la tecnología es que genera cierta adicción a nivel cerebral, ya sea por ser un medio facilitador de tareas u otra razón. Para citar un ejemplo, antes realizábamos cuentas matemáticas mentalmente o memorizábamos números de teléfonos, direcciones o fechas de cumpleaños. Actualmente todas estas funciones las delegamos al celular, lo cual nos va colocando en un sitio cada vez más ´pasivo´ desde lo intelectual”, comentó.

A su vez, detalló: “Todas las pantallas, por la luz que emiten, generan un estímulo muy potente a nuestro cerebro lo cual provoca, por el hábito de utilizar estos dispositivos antes de dormir, muchas alteraciones del sueño”.

Asimismo, y para cerrar su opinión sobre el tópico, Benso hizo foco en el punto social. “La tecnología genera que cada vez estemos más aislados, en nuestro micromundo, perdiendo la posibilidad de interactuar con otras personas, lo cual es muy importante para generar redes neuronales y fomentar nuestra reserva cognitiva-intelectual”.

Neuroplasticidad

Uno de los puntos troncales al abordar la neurología es el lugar ocupado por el cerebro y su desarrollo. Precisamente sobre el mismo, un mito que ha estructurado la manera de pensar de muchas personas sostiene que es más fácil aprender, desde un idioma a una carrera, cuando somos más jóvenes que a medida que vamos creciendo.

De tal forma, al abordar tal mito, Benso compartió: “Con el paso del tiempo nuestro cerebro, como el resto de los órganos del cuerpo, va sufriendo cambios tanto en la estructura como en el funcionamiento. Esto tiene que ver fundamentalmente con la pérdida de neuronas y/o con un declinamiento de sus funciones. También es común la presencia de lesiones microvasculares, lo cual sucede cuando las arterias más pequeñas, de menor calibre, se obstruyen. Es por esto que a medida que vamos cumpliendo años, notamos mayor dificultad para movernos o para recordar cosas”. 

“De todas formas, la consulta al neurólogo es imprescindible para poder discriminar entre cambios propios de la edad y síntomas secundarios a posibles enfermedades neurodegenerativas, no exclusivas, pero sí más frecuentes en el adulto mayor. En este sentido menciono las más comunes, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson: dos entidades diferentes que tienen una fisiopatología compleja relacionada a cambios degenerativos del cerebro”, fundamentó.

A su turno, Porcile sostuvo que “una de las creencias que escuchaba en la Facultad era que, una vez que un paciente lesiona el cerebro, es difícil que se regeneren neuronas. Es cierto que antes había poca rehabilitación que se hacía, y hoy contrasto que el cerebro tiene una gran adaptación de neuroplasticidad y neurológica, sobre todo en un ambiente que motiva. Por supuesto que la adaptabilidad y flexibilidad es mayor a niveles más jóvenes que a niveles de mayor adultez siempre y cuando se estimule y se desee”. 

Para tratar el tema, Chumillo sugirió hablar del concepto de “neuroplasticidad” y explicó que es “la capacidad del cerebro de adaptarse y desarrollarse ante una lesión que deja una secuela, mediante el estímulo y trabajo interdisciplinario para que pueda recuperar la función”. 

“En ello se basa la estimulación temprana, donde mediante un trabajo en equipo con fonoaudiólogas, terapistas, psicólogos, maestras y asistentes sociales se pueden recuperar las funciones perdidas. El cerebro lo hace dado que restablecen las conexiones interneuronales a través del trabajo”, argumentó.

Recomendaciones

Haciendo uso de su lugar como profesionales y “palabras autorizadas” de la neurología local, este medio indagó en torno a distintas recomendaciones a tener en cuenta en un tema específico y de vital importancia en la salud de cualquier persona.

De tal forma, Benso manifestó: “Para la prevención de ciertas enfermedades neurológicas es fundamental tener buenos hábitos. Una dieta saludable con bajo consumo de sal y azúcar, hacer actividad física, gestionar de la mejor manera posible el estrés, un sueño saludable, el consumo medido de alcohol, evitar el uso de drogas y tabaco, son las principales recomendaciones. Específicamente hablando de la prevención de ciertas demencias, es prioritario mantenernos ´activos´ desde el punto de vista intelectual, social y físico. Me refiero a tomar como hábito ciertas actividades como la lectura, reunirse a charlar con la familia o amigos, participar en talleres de memoria o juegos de mesa”.

“Me gustaría resaltar la importancia de una consulta inmediata a la Guardia ante la presencia de alguno de los síntomas neurológicos mencionados antes. Una de las patologías más frecuentes y potencialmente discapacitante es el ACV. Este tratamiento es tiempo-dependiente, esto significa que tenemos una ventana de tiempo para poder utilizarlo (cuatro horas y media)”, siguió, y criticó: “Muchas veces se subestiman los síntomas neurológicos e incluso algunas personas se automedican o se recuestan con la esperanza de que reviertan los síntomas, demorando la consulta. Eso es justamente lo que no se debería hacer”.

No es casualidad y, por ello, Porcile coincidió con gran parte de lo expuesto por Benso. De tal forma, el médico oriundo de Morse hizo foco en la importancia del registro personal.

“Que puedan cuidar el físico y no desde lo estético, sino lo saludable en función a lo que dicte y necesite el cuerpo, alimentarse. Si hay sobrecarga de peso, se generan complejidades en las articulaciones y la columna. Es como cuando uno va al surtidor y le pone la mejor nafta; para el cuerpo es lo mismo. No es lo mismo lo que necesita el cuerpo que lo que quiero”.

También enfatizó en la importancia de la salud mental al expresar: “Fijarnos cuáles son nuestras metas en la vida, cómo estoy desde lo emocional, y espiritualmente cuáles son mis anhelos. Vivir plenamente desde las relaciones con nuestros seres queridos”.

Por otro lado, en lo que hace a las recomendaciones para los más chicos, Lombardi fue de lo más simple a lo más complejo. En tal sentido, consideró: “Una hora y media antes de dormirse no hay que usar pantallas. Durante el día, máximo dos horas si son niños y, en el caso de adolescentes, máximo tres horas. Para mí, menores de tres años no deberían usar pantallas. También entiendo que a veces es difícil, pero hay que tratar de encontrar otras herramientas”.

Al igual que recomendaron Benso y Porcile, Lombardi también mencionó la importancia de tener hábitos y los cuidados en lo que respecta a la salud física y mental. Tras ello, Lombardi opinó: “Un aspecto fundamental es el pediatra, quien es el primero que va a detectar los principales puntos para hacer una derivación temprana. Está buenísimo que todos los chicos tengan controles periódicos con pediatras de cabecera. También para hacer una evaluación del desarrollo del chico y ver qué pasa con el trastorno del aprendizaje”. 

“Muchas veces pasa que no es que el chico sea ´vago´ o no quiera estudiar, sino que existen otras dificultades que terminan surgiendo y pasan cosas que la gente no se percató y, en el fondo, son otras dificultades. Por eso es importante tener controles y registro”, explicó y compartió: “A veces los jardines y colegios observan signos de alarma y les llaman la atención. En Junín hay mucha intervención del gabinete pedagógico de las distintas escuelas y trabajamos transdisciplinariamente para beneficiar al chico”.

Coincidente con lo mencionado, Chumillo explicó que “al neurólogo no se va por demanda espontánea, sino que se llega por una duda o por derivación del pediatra. Ejemplo de ello puede ser un chico que no participa o no responde al nombre, lo citan a los padres desde el colegio y les sugieren una consulta con el pediatra para que, posteriormente y en caso de que sea necesario, vaya al neurólogo”.

“Es importante resaltar que, en general, siempre se trabaja con las escuelas, psicopedagogas, fonoaudiólogas, psicólogos; en el Hospital está el centro de estimulación temprana que tiene un equipo así para atender chicos hasta los tres años. Siempre es en equipo”, recalcó.

Análisis del desarrollo local

Como último aspecto, Democracia abordó la lectura de los profesionales en lo que hace al ámbito local. Al respecto, Porcile manifestó: “Está muy bien abarcada y atendida tanto en nuestra querida ciudad como alrededores. Yo me dedico más a la neurología integrativa y neuro-rehabilitación, y entre profesionales nos complementamos y abarcamos todo un abanico de pacientes. Además, tenemos buena relación entre todos los neurólogos”.

A su turno, Benso coincidió en resaltar la calidad de profesionales existentes en el área y profundizó: “Como la medicina busca ser cada vez más específica y el objetivo principal es la salud del paciente, cuando lo creo necesario, me valgo del recurso de hacer interconsultas con colegas subespecializados, que habitualmente residen en las grandes ciudades”.

“Creo que la especialidad en nuestra ciudad está bien desarrollada, buscamos mantenernos actualizados y capacitándonos, y también contamos con un muy buen recurso tecnológico para ofrecerle lo mejor a los pacientes de Junín y toda la zona”, añadió. 

Para complementar las anteriores miradas, Lombardi reconoció que “somos pocos neurólogos infantiles por lo que hay mucha demanda para la cantidad de pacientes que requieren asistencia. En el hospital tenemos una lista de espera y hay complejidades con las residencias. Desde mi experiencia, tengo pacientes de toda la provincia de Buenos Aires como así también de Santa fe y Córdoba, ya que es lo más cercano que tienen y vienen a atenderse acá”.

Desarrollada en la misma área, Chumillo compartió lo expuesto por Lombardi y contextualizó que la neurología infantil es “una especialidad relativamente nueva, ya que antes no había muchos profesionales. Ahora por suerte hay más gente formándose y que se ha incorporado al panorama laboral”. 

“Una realidad es que hay mucha derivación en esta zona, es decir, pacientes que venían de otras zonas a atenderse acá, por lo que en Junín siempre hubo derivaciones”, concluyó Chumillo.

Finalmente, a través de los relatos de los profesionales locales, vale resaltar que Junín es una ciudad referente en el ámbito de la neurología, que cuenta con destacados recursos humanos y materiales dando respuesta a nivel local y a gran parte de la región.

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