Tenía 98 años y se mantuvo toda la vida en actividad, siempre al servicio del cine: Manuel Antín fue, además de cineasta, director de películas como “La cifra impar” o “Don Segundo Sombra”, el fundador de la Universidad del Cine, una de las principales usinas de cineastas del país, donde se criaron desde Damián Szifrón y Ana Katz a Pablo Trapero y Santiago Mitre.
“Con profunda tristeza y gran pesar, la Universidad del Cine lamenta comunicar la partida de nuestro querido Rector Manuel Antín quien falleciera el día de hoy a los 98 años de edad”, escribió ayer la Universidad del Cine, despidiendo al maestro, que se encontraba internado desde hacía algunos días.
Antín nació en Chaco, en la localidad de Las Palmas, en 1926. Su primer vínculo con el cine lo tuvo como coguionista en los cortometrajes de Rodolfo Kuhn, “Contracampo” (1958) y “Luz, cámara, acción” (1959). Como cineasta, dirigió y produjo múltiples largometrajes, entre los cuales, además de la mencionada adaptación del clásico de Ricardo Güiraldes, se cuentan varias adaptaciones de la obra de Julio Cortázar, con quien mantuvo una profunda relación narrada en el documental “Cortazar y Antín: cartas iluminadas”, de Cinthia Rajschmir, donde autor y cineasta discuten sobre las adaptaciones que llevaba a cabo el realizador.
Antín tradujo al cine “La cifra impar” (1962), basada en el cuento “Cartas de mamá”; Circe (1964), a partir de la obra homónima; y “Continuidad de los parques” y “El ídolo de las cícladas” en el largometraje “Intimidad de los parques” (1965).
Los dos trabajaron en aquellas adaptaciones colaborando a través de cartas y audios enviados por correo, entre Francia, donde estaba Cortázar, y Argentina, donde filmaba Antín.
Durante aquellos años 60, su cine se vinculó a la Generación del 60, un grupo de cineastas influenciados por la Nouvelle Vague. En dos oportunidades intentó llevar al cine la novela “Adán Buenosayres”, de Leopoldo Marechal, pero diversas autoridades del Instituto de Cine negaron el crédito necesario.
Adaptó otras figuras argentinas (“Juan Manuel de Rosas”, en 1972) y otras obras literarias “Allá lejos y hace tiempo”, en 1978. En 1982 filmó su última película, “La invitación”, a partir de una novela de Beatriz Guido.
A partir de allí comenzó su tarea pública: fue elegido por Alfonsín como el primer director del INCAA en democracia, en 1983: logró que en el primer decreto firmado por Alfonsín se anule la censura que durante años aplicaba el Ente de Calificación Cinematográfica al cine estrenado en el país.
Ocho años más tarde, fundó la Universidad del Cine, institución clave en la historia del séptimo arte local.
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