Norma Chirulo encabeza la labor del merendero “Los Solcitos”.
Norma Chirulo encabeza la labor del merendero “Los Solcitos”.
ACOMPAÑAMIENTO Y VOCACIÓN

El compromiso por una sociedad “mejor”: relatos de distintos espacios dispuestos a ayudar

Democracia dialogó con diversos representantes pertenecientes a “Caritas”; “Corazón y tiza”; “Don Ito”; “Sentir la vida”; y el merendero “Los solcitos”; para conocer el desarrollo de cada espacio y abordar lo que implica y significa el hecho de acompañar a distintas personas de nuestra comunidad. Pese a los matices y diferencias de cada caso particular, existe un único objetivo en común: contribuir a la sociedad y mejorar la vida de los juninenses.

Desde la iglesia, pasando por el seno de muchas familias como un tópico educativo o mediante distintos espacios sociales, ha sido común escuchar la importancia del “amor al prójimo”. Si se tuviera que esgrimir una definición acerca de dicho concepto se podría decir que es colocarse en el lugar del otro sin mirar intereses de por medio; sino ver las necesidades de los demás como una oportunidad para demostrar el verdadero amor a la figura del otro de una manera desinteresada y con el mero fin de ayudar.

De tal forma, si bien es cierto que quien debería ocuparse de abordar la mayor cantidad de necesidades e inquietudes sociales es el Estado, también es una realidad que estas son infinitas y muchas veces no alcanza ni basta con esa compleja labor.

Por eso, allí es donde cobra mayor énfasis el concepto de “amor al prójimo” y tal es la expresión que cabe a la perfección para los distintos voluntariados, ONGs, fundaciones, asociaciones civiles, organizaciones que velan por el bienestar de los ciudadanos.

En tal sentido, Democracia entrevistó a representantes pertenecientes a distintos sectores con un gran compromiso social que desde la vocación y un interesante trabajo silencioso vienen realizando una destacada labor para contribuir a la sociedad.

“Sentir la vida” es una asociación civil sin fines de lucro, con 11 años de existencia, que nació con la voluntad de acompañar a mujeres que estén atravesando situaciones delicadas como significa ser paciente oncológico. Por ello, a través de las inquietudes vivenciadas, se promovió tal espacio con el objetivo de dar sororidad a una ausencia que existía en la sociedad desde el lado más humano.

Ubicada en Borges 1274, Germán Ruggeri es uno de los coordinadores de la ONG llamada “Corazón y tiza”, espacio que cuenta con cuatro años desde su creación y cuenta con más de 30 jóvenes que recurren allí para recibir asistencia educativa.

“Don Ito”, con origen en Morse, es una organización territorial que promociona y realiza diversas acciones sociales potenciando proyectos y espacios sociales como es el merendero “Los solcitos”, que tiene a Norma Chirulo como referencia.

“Caritas” es una organización de la iglesia católica y, a nivel local, se crea en 1974 por lo que tiene 50 años. Precisamente, vale resaltar que todas las parroquias tienen “Caritas” y, para esta nota, Mariel Ponce, de la parroquia Cristo Redentor, fue la persona entrevistada.

Definición

Distintos espacios, obviamente, con distintas características, pero siempre un denominador en común: contribuir a la sociedad y mejorar la vida de los juninenses. En tal sentido, Democracia abordó la situación de cada caso para conocer con más detalle sobre el surgimiento y la definición acorde según corresponda.

“Corazón y Tiza” es una ONG promovida en el 2020 y destinada al acompañamiento de jóvenes en situación de vulnerabilidad al que pueden acudir para formarse, capacitarse y sentir contención. En torno a esto, Ruggeri contextualizó: “Soy docente y empecé a ver la dificultad que representaba terminar la escuela en tiempo y forma cuando no sos adolescente. Un día tomando mates con amigos comenté la idea; nos organizamos; y conseguimos ´la casita´, que es donde alquilamos”. 

“Arrancó por la preocupación por lo que significa no poder hacer la escuela en tiempo y forma. Sobre todo, para jóvenes en situación de complejidad o riesgo escolar, la idea es sostenerlos en el proceso educativo”, describió y definió al espacio como “una oportunidad, no un lugar. Es igualar oportunidades, tener material que hace falta para estudiar, el encuentro con docentes. Tenemos desde útiles hasta el profesor y pensar a los jóvenes, no como estudiantes, sino como personas. Integralmente”.

Siguiendo con tal naturaleza, pero enmarcado en el trabajo de la iglesia católica, está la labor de “Caritas”. Al respecto, Ponce compartió: “Trabajamos dentro de la iglesia católica para las familias que vienen a buscar ayuda. Tratamos de incluir a todo el mundo donde, nuestro rol es asistir, promover, acompañar y contener a quienes se acercan a pedir ayuda.

“Brindamos alimentos, medicamentos, garrafas, pasajes, útiles escolares y ropa, ya sea calzado abrigo o mantas. Nos gusta ayudar a las familias desde ese lado con esas cosas y le damos la escucha y buscamos acompañar desde distintos lugares”, detalló.

Por otro lado, en lo que hace a la asistencia y el brindarse desinteresadamente, también se encuentra el caso del merendero “Los solcitos” sobre el que Chirulo contó: “Tiene que ver con todo lo que le pasó a uno y es la posibilidad de darle el amor a los chicos que a uno no le dieron. Me abandonó mi madre a los seis meses, tengo 63 años y hoy acompaño a adultos y jóvenes de distintas formas”. 

Y recalcó: “Nunca dejo de reflejar y contar lo que me pasó porque fue feo. Hoy soy grande y quiero dejar el pasado atrás y reconocer que lo que hago es por eso”.

Precisamente, “Los solcitos” trabaja mancomunadamente con “Don Ito”, una reconocida asociación surgida en la localidad vecina de Morse. “Nace como respuesta y en agradecimiento al Hospital Garrahan por el acompañamiento que brindamos a un joven. Cuando fuimos no teníamos nombre porque éramos un grupo de amigos que queríamos hacer algo y devolver algo de todo lo que recibimos de la sociedad”, expresó Pablo Rodríguez, uno de los referentes del espacio. 

“Es una organización netamente territorial y que predomina lo comunitario. Hemos armado red y nos abocamos, no solo asistencia, sino cursos o talleres. Dejó de ser una organización de amigos y pasó a ser un espacio donde el protagonista es el vecino y el barrio y somos facilitadores de recursos y espacios. Tenemos una visión de transformación social”, desarrolló Rodríguez.

Sobre el nombre que definieron para la organización explicó: “´Don´ es algo que usamos nosotros en Morse; e ´Ito´es el nombre del abuelo del niño internado por el que empezó todo”. 

En otro de los casos, “Sentir la vida” es una asociación civil con un fin claro. Al respecto, María Salomé Moreno manifestó: “Fue un grupo que se armó de la mano de dos amigas que estaban transitando cáncer de mama y han tenido, durante toda su enfermedad, la necesidad de sentirse acompañadas,  poder hablar o sentir un abrazo de una persona externa más allá de su entorno cotidiano”. 

“Un lugar donde poder expresar realmente los miedos, necesidades y sentimientos de una manera más pura. Nos sentamos, charlamos y surgió así. Es un espacio de acompañamiento abierto y gratuito a todas aquellas personas y familiares que están transitando algún tipo de enfermedad de cáncer”, expuso en torno a la innovadora propuesta.

Recepción ciudadana

Una realidad común a todos los espacios, y que muchas veces determina el rumbo y el desarrollo, es la recepción de los juninenses a las distintas iniciativas. Acerca del feedback obtenido, en el caso del merendero “Los solcitos”, Chirulo compatió que existe “mucho reconocimiento de la sociedad. Me he encontrado con gente que ha sido beneficiada cómo así también quienes ayudan. Lo solidario es muy lindo y lo que yo hago hace que se genere un sentimiento de ayuda continua”.

“Tengo el colegio Marianista que me ayudó siempre y gente solidaria juninense. Me contactan a través de las redes”, añadió. 

“Caritas” también resaltó la labor comunitaria recibida. Al respecto, Ponce indicó: “Siempre de brazos abiertos porque nosotros como voluntarios somos un equipo de 12 mujeres que nos juntamos a dar nuestro tiempo, asistir y ayudar a los más necesitados. Nos acercamos y siempre somos bien recibidos”.

Si de brazos abiertos se trata, “Corazón y Tiza”, según reconoció Ruggeri, también tuvo una recepción extraordinaria. “Una de las preguntas que nos hacíamos era cómo íbamos a hacer para salir a buscar a los jóvenes, pero fue inmediata. Empezaron a llegar por el boca a boca, equipos de orientación de las escuelas, espacios como Caritas, particulares, y no hemos parado de recibir chicos. Trabajamos en red”, reconoció. 

Sobre “Sentir la vida”, Moreno explicó que “se acercó un grupo de personas a la municipalidad con la necesidad de hacer algo con los pacientes. Ayudamos con el tema administrativo de la medicación y los turnos que son cosas algo pesadas para las personas y el entorno”. 

E informó: “Tenemos un banco de medicamentos que, si bien no lo tenemos físicamente porque no contamos con un farmacéutico, tenemos lugares adonde acudir por medicación y hacemos campañas solidarias para que la gente pueda donar o ayudar a otro paciente. Tenemos un banco de pelucas y turbantes que son de préstamo durante todo el tiempo que lo necesiten sin ningún costo”.

En lo que hace a la experiencia de “Don Ito”, Rodríguez expuso: “En Junín nadie hablaba de hábitat y nosotros queríamos visibilizar un tema complejo. No es cuestión de un gobierno de turno, sino que sobrepasa a la política y nosotros lo hacemos”.

En tal sentido, sobre la recepción percibida recordó: “Al principio fue complicado. Se trató de hacer el camino de conocernos e insertarnos en el campo social de los barrios populares. Nosotros siempre decimos que lo único que tenemos es tiempo. Tras eso empezamos a crear espacios comunitarios para el barrio donde los vecinos fueran los protagonistas”.

Mensaje

Desde un agradecimiento, un pedido explícito o una reflexión, Democracia consultó a cada uno de los sectores por el mensaje que les gustaría transmitir a la comunidad. Al respecto, Chirulo de “Los solcitos” manifestó: “Estoy contenta que se pueda reflejar y visibilizar todo lo que hacemos. Me siento bien y protegida por la gente. Es un orgullo ser entrevistada y esta consideración para la nota”.

Ponce, por parte de “Caritas”, indicó: “Dejar un mensaje esperanzador para las familias que están pasando un momento difícil sea económico, enfermedad o adiciones. Estamos abiertos martes y jueves de 14:30 a 17 horas para que se acerquen y se sientan reconfortados. Es un trabajo que se hace de manera silenciosa pero nos llena el corazón hacerlo”. 

A su turno, Rodríguez, en representación de “Don Ito” compartió: “Que se acerquen para generar oportunidades. Invitar a qué se suman a participar en algún espacio. Es momento de volver a la transformación global y dejar de mirar el ombligo de uno. Sea una iglesia, sociedad de fomento, ONG, es algo transformador porque se puede beneficiar gente”. 

Desde “Corazón y Tiza”, Ruggeri expresó: “Agradecer a los que ponen el nombre porque todo es voluntariado donde nadie percibe un sueldo. Hay mucho que agradecer a las instituciones también y a las familias de nuestros pibes que depositan la confianza. Al lector que se anime y que busque de dar una mano porque se necesita y hay espacios que lo van a necesitar”.

En lo que hace a la realidad de “Sentir la vida”, Moreno sostuvo: “De esta enfermedad se sale y se puede superar. Nuestra base son las redes sociales donde la gente se contacta todos los días para recurrir al espacio y acompañarlos en este camino que muchas veces se hace cuesta abajo. Nuestras campañas son todas de sí a la vida y superación.

También nos basamos mucho en la prevención y la importancia de los controles para salvar la vida”. 

Futuro

Como último ítem, ya con toda una trayectoria realizada y un devenir por delante, este medio abordó el futuro de cada uno de los espacios: proyectos y desafíos que tienen o están proyectando a realizar.

Ponce, de Caritas, comentó: “Nos gustaría que más familias participen en todas las actividades que fomenta caritas en los espacios de formación y escucha. Formar parte del grupo, donar un ratito de tiempo que para nosotros es muy valioso”. 

Por eso, Ponce detalló que “los días viernes y sábado tenemos un taller de costura donde hacemos mantas y acolchados, como así también tenemos un grupo de personas que lavan y arreglan acolchados para familias que necesiten”.

A través de “Los solcitos”, Chirulo deseó: “Tener una mejor calidad de vida. Estamos lejos de la ciudad y no tenemos que pase el correo ni correspondencia. El anhelo es buscar hacer eso para que el barrio tenga más beneficios. Que a futuro esté mejor: vamos a ver si podemos gestionar cloacas”.

Con una gran vocación, y compartiendo el espíritu de mejora, Ruggeri compartió: “Nuestros objetivos apuntan a que los chicos además del secundario puedan incorporarse en institutos de nivel superior y que se animen a formar más allá de la secundaria. Estamos apuntando a eso”.

Finalmente, en nombre de “Don Ito”, Rodríguez expresó: “Creamos una red de espacios comunitarios para sacar la palabra ´comedor y merendero´. Les damos comida, pero también capacitamos: manualidades, deporte, cursos de costura, peluquería, albañilería, entre otros”. 

“La idea es que puedan recurrir a los dos nuevos espacios que están a punto de techarse. Mientras tanto que sirva para lo que sirva el vecino”, añadió y resaltó la importancia de la red comunitaria que articulan donde se encuentran los espacios: “El rincón de luz” en el barrio La Victoria (encabezado por Lucrecia Díaz); “Alma mía”, en el progreso, con María López; Silvina Balbuena en “Pequeño granito”, en el barrio Los Almendros; y en el barrio 11 de julio donde se encuentra “La alegría de los niños”.

Finalmente, vale resaltar que, con una destacada labor que acumula años en cada rubro y un futuro de innumerables desafíos, cada uno de los espacios entrevistados se ha ido ganando un lugar en la comunidad a través de una destacada labor silenciosa y han contribuido al bienestar de los ciudadanos juninenses.

COMENTARIOS