Desilusión e incertidumbre: venezolanos asentados en Junín relatan cómo vivieron las elecciones
Desconcertados y desmotivados tras el resultado electoral, compartieron sus sensaciones y expectativas para el futuro de su país. Democracia dialogó con José Paredes, Fadul Peña y Harrison Vasquez, quienes hace más de cinco años adoptaron nuestra ciudad como su nuevo hogar.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela le dio a Nicolás Maduro el triunfo sobre los comicios celebrados el domingo pasado con el 52% de los votos, por encima del 43% atribuido a Edmundo González Urrutia. Los resultados detallados no fueron presentados, lo que acrecentó las denuncias de fraude de la oposición y países de la región.
Este escenario también sembró el descontento y la desilusión entre venezolanos y venezolanas asentadas en Argentina, entre ellos también a quienes residen en Junín.
Tal es el caso de José Paredes, de 40 años, quien consultado por Democracia relató que, cuando se conoció el resultado, “los grupos de WhatsApp donde nos estábamos comunicando entre familiares y amigos –y dentro de los cuales estaba recibiendo mensaje tras mensaje– de repente se silenciaron por completo”.
“Nadie se lo esperaba. Realmente estamos atravesando un momento de luto, una pérdida y tristeza enorme. Muchos teníamos la mínima esperanza de que algo podía llegar a ocurrir, que algún grupo de militares se iba a levantar y lo iba a sacar a Maduro de allí; pero cuando vimos salir a hablar al ministro de Defensa, Padrino López, y decir que lo reconocía a él como presidente, ahí me di cuenta de que iba a estar complicado”, contó.
Según explicó, la esperanza estaba depositada en la numerosa participación que se había registrado durante los comicios. “En las elecciones pasadas todavía había unos cuantos chavistas; pero esta vez ya no tienen gente, no tienen a nadie. En sus marchas participaron entre 500 y 1.000 personas, mientras que el 95 por ciento restante son opositores”, detalló.
En ese sentido, remarcó que fue “notable la pérdida de popularidad” en estas elecciones. “Aquellos que votaron por Maduro son quienes trabajan en instituciones públicas, los militares y los policías, que –de alguna manera u otra- se sienten obligados. Al que no lo votaba, lo amenazaban con despedirlo o con meterlo preso”, sostuvo, y agregó que el Gobierno “es dueño del Consejo Nacional Electoral y de todos los poderes allá en Venezuela”.
Sin embargo, a pesar de la esperanza e ilusión que tenían; la cual estaba basada en la gran cantidad de gente presente en las calles, “sabíamos que Maduro no iba a salir a admitir que perdió”, aseguró Paredes.
“En Venezuela se sabe que él no es el jefe del país, los que llaman son los militares. Por ejemplo, cuando Chávez expropió todas las empresas, en cada firma nacional y privada puso militares al mando, quienes eran coroneles o generales. Así lo hizo en la empresa donde yo trabajaba antes de venirme a la Argentina; esa compañía se llamaba Agroisleña. Y así hizo en todo el país”, subrayó.
Por tal motivo, reiteró que su “mínima esperanza” estaba depositada también en que “aunque sea un grupo de militares –de los bajos rangos– sean quienes dieran el golpe y sacasen del poder a Maduro”. “Es la única manera que yo veo para que este hombre deje la presidencia. De otros países realmente no espero nada. Por más que el mundo entero salga a decir que no lo acepta y que es un dictador, no va a haber ningún cambio; porque él manda en Venezuela”, expresó.
El domingo pasado era, sin dudas, un día histórico para estos venezolanos, que, tras años de distancia y dificultades, veían en dicha jornada electoral una oportunidad para quizás reorganizar su futuro.
“El día de la elección yo hablaba con mi hija y le decía que, si había un cambio, podríamos pensar en regresar. Lo hubiese hecho por mis papás que están allá, y también por el clima; es algo que puntualmente extrañamos mucho. Ni mi hija ni yo soportamos el frío que hace acá y que allá no lo tuvimos nunca”, indicó Paredes.
Dejar el país
Para José Paredes entre el primer y segundo mandato de Hugo Chávez Frías “hubo un abismo” en cuanto a las decisiones políticas y socioeconómicas.
“Durante su primer gobierno yo logré viajar y recorrer seis países en total. Él nos decía a todos los venezolanos que al país le entraba mucho dinero con el tema del petróleo y cada ciudadano tenía la posibilidad de contar con un cupo de cinco mil dólares; tres mil para viajes y dos mil para compras por internet”, explicó.
Según indicó, en aquel entonces la calidad de vida de los venezolanos “empezó a mejorar muchísimo”. “La gente más humilde empezó a tener casas. Él empezó a traer autos de China y de Irán; y así el país comenzó a llenarse de autos. Había mucha plata en Venezuela y él la distribuía hacia el pueblo”, relató.
Sin embargo, aseguró que el quiebre en el país comenzó cuando Chávez decidió empezar a expropiar empresas. “Ya tenía el poder de todo. Comenzó a expropiar empresas, las destruyó y fueron a la quiebra”, remarcó.
Este escenario lo tocó de cerca cuando la empresa donde él trabajaba –Agroisleña- “fue expropiada en 2012”. “Yo trabajaba en la parte de informática. Esta compañía tenía como cien agencias a nivel nacional y era la número uno dentro del ramo agrícola. Actualmente quedan tan solo tres”, contó.
La idea de dejar el país comenzó a tomar forma y en 2019 viajó a la Argentina. “Mi hermana ya estaba viviendo en Junín hacía un año junto a su esposo. Empecé a buscar trabajo en varios lugares y conseguí en Sistemas Junín, donde estuve un año y medio; y después me fui a la Clínica Centro, donde me quedé dos años y medio”, detalló.
Por otra parte, destacó el buen trato de los juninenses desde el primer día. “El recibimiento acá siempre fue muy positivo, siempre nos han recibido bien y siempre hemos tenido el apoyo de muchas personas. Aquí jamás percibí que exista la xenofobia”, remarcó.
Fadul Peña, 40 años
Fadul Peña llegó a Junín en julio de 2018 “con ocho compañeros de trabajo”. “Una vez que me instalé en Junín, hice todo lo posible para traer a mi familia”, relató. Para eso pasó un año y seis meses.
La vida allá “era insostenible”, aseguró. “Antes de venirme, no podías salir a la calle con un teléfono en la mano porque te lo sacaban. A mí en 15 días me robaron tres veces.
Cuando en los 34 años que viví allá jamás me había pasado nada. Por un par de zapatillas, por un teléfono, por un reloj te podían quitar la vida”, sostuvo.
El pasado domingo, durante la jornada de elecciones en Venezuela, “si bien teníamos mucho acceso a lo que iba sucediendo allá -a través de las redes sociales-, sabemos que no refleja lo que realmente está ocurriendo. Hay personas que pueden manipular la información y puede crear un clima de inseguridad que uno no sabe”, explicó.
La ilusión y la esperanza de que, después de 25 largos años, la dupla de Edmundo González Urrutia y de María Corina Machado lograra derrotar al chavismo habían inundado las calles de Venezuela y en Argentina también.
“La gente fue desde el día anterior, desde el sábado a la madrugada, a hacer la fila en los centros electorales porque no querían que por algún motivo se quedaran sin votar. Se trataron de las elecciones con mayor concurrencia en Venezuela. Según datos que maneja la oposición, votó más de un 70 por ciento del padrón electoral, cuando nunca se pasaba del 50 por ciento”, detalló.
De los aproximadamente cinco millones de emigrantes venezolanos con derecho a votar en las presidenciales alrededor del mundo -que representan el 25% del padrón electoral-, solo 60.000 pudieron hacerlo, por distintas artimañas del Consejo Nacional Electoral (CNE) ante una comunidad que muy probablemente optaría por sacar a Maduro.
“Nos han puesto distintas trabas. Por ejemplo, nos decían que para inscribirte necesitas un documento vigente y, si lo tenías, después había otro problema, y, si no, tenías que ir presencialmente. Obstáculos para que el que pudiese ejercer su derecho en el exterior no lo hiciera”, sostuvo.
Sobre el panorama poselectoral, indicó que “la lucha continúa, y ahora se debería poner el foco en el accionar de la comunidad internacional y de la oposición”.
“Nosotros desde acá recibimos información, pero lamentablemente es toda subjetiva, no sabemos qué es lo real y qué no. El Gobierno no deja que salga ningún tipo de dato; por ejemplo, nosotros desde acá tenemos acceso a los canales de televisión de Venezuela y ninguno está transmitiendo nada, todos están pasando películas, novelas o cualquier cosa, menos lo que está ocurriendo”, expresó.
En relación a la gran cantidad de manifestaciones que se desplegaron en los días posteriores, señaló que “hubo muchos heridos y muertos”. “Hablan de 16 muertos, pero te aseguro que ese número debe ser muchísimo mayor, al igual que los desaparecidos y detenidos; todo debe estar multiplicado por diez, como mínimo”, aseguró.
Y agregó que “la reacción que marcara la diferencia se esperaba por parte de los militares. No de los altos rangos, porque sabemos que no pueden, no quieren o no les conviene.
Pero sí de quienes están abajo. Esperábamos que se cansaran y salieran a apoyar a la gente”.
Por otra parte, se refirió a la reunión del pasado miércoles 31 de agosto junto con el intendente Pablo Petrecca, quien recibió a la comunidad venezolana en Junín.
“Fue una reunión muy amena, donde el intendente les preguntó a varios del grupo sus vivencias y sus sensaciones tras las elecciones. La verdad es que fue muy emotivo”, remarcó.
“Desde el Municipio nos abrieron siempre las puertas. Nos dijeron que no estábamos solos acá en Junín, que cualquier trámite que necesitáramos, los contactáramos; y nos hicieron una invitación a participar el 4 de septiembre, a poner nuestra bandera en la Plaza del Inmigrante”, concluyó.
Harrison Vasquez, 29 años
Harrison Vasquez vive hace cinco años en Junín, pero hace siete dejó Venezuela. “Me fui de mi país en el 2017, cuando estaba cursando el tercer año de la carrera de Derecho en la universidad”, contó.
Sobre aquel entonces, recuerda que “todo era caos”. “Mi familia estaba en crisis económica total. Ya era insostenible, y no podíamos comer más de una vez al día. Soy el menor de siete hermanos, pero el primero en dejar el país”, detalló.
“Vendí bienes y así junté plata para ir a Colombia y vivir al menos un mes. Pero al salir de la frontera, la guardia venezolana nos quitó todo. Llegué de todas formas a la ciudad de Santa Marta y pasé ahí un año y medio. Tras conocer a un grupo de mochileros venezolanos que iban rumbo a Ecuador, los acompañé y llegamos hasta Bogotá”, explicó.
Una vez allí, recibió un correo electrónico enviado por una familia juninense, quien había leído su historia en un blog, por Internet, donde pedía ayuda para salir de Venezuela años anteriores.
“Me contactaron y me invitaron a venir acá con todo pago. Llegué en 2019. Y luego que me ayudaron con el alojamiento por varios meses, también me consiguieron un empleo.
Pasó el tiempo, me independicé y acá estoy”, expresó Harrison, quien actualmente está al frente de su propia academia de modelos.
Según expresó, “siempre que hay elecciones en Venezuela sucede lo mismo”, pero aclaró que “en esta oportunidad, había algo de esperanza”.
“Maduro tiene todos los poderes a su favor, por eso ya sabíamos que esto podía llegar a ocurrir. Ahora, la única salida es que exista intervención extranjera. Para mí sigue él por el miedo que tiene la gente. Y, en ese caso, habría otro éxodo masivo. O continúa el conflicto, pero, en ese caso, va a morir mucha gente”, remarcó finalmente Harrison .