LOS CUATRO MIEMBROS VOLUNTARIOS AL CONCLUIR EL SÁBADO SU EXPERIENCIA MARCIANA /AFP
LOS CUATRO MIEMBROS VOLUNTARIOS AL CONCLUIR EL SÁBADO SU EXPERIENCIA MARCIANA /AFP
LA AGENCIA ESPACIAL NORTEAMERICANA SE PREPARA PARA LLEGAR AL PLANETA ROJO

Vida marciana: Un año como en Marte, pero en la Tierra

Cuatro tripulantes de la NASA pasaron 377 días aislados en una instalación en condiciones similares a las que debería enfrentar la primera misión tripulada a Marte, la que se prepara para finales de la década de 2030.

Una tripulación de la NASA a Marte salió este fin de semana de su cápsula tras un año de una misión que nunca salió de la Tierra, pero que se espera que aporte valiosa información sobre los desafíos que podrían enfrentar los primeros humanos en pasar una temporada en el planeta rojo.

Los cuatro voluntarios pasaron más de doce meses dentro del primer entorno simulado de Marte en el centro espacial Johnson en Houston, y abandonaron el entorno alienígena artificial el sábado en torno a las 5 de la tarde. Durante todo ese tiempo cultivado hortalizas, realizaron caminatas “marcianas” y operaron bajo lo que la NASA denomina “factores estresantes adicionales”.

Kelly Haston, Anca Selariu, Ross Brockwell y Nathan Jones entraron en un hábitat producido con impresión 3D el 25 de junio de 2023, como primera tripulación del proyecto Análogo de Exploración de Salud y Rendimiento de Tripulación (CHAPEA, por sus siglas en inglés).

”Es maravilloso poder decirles ‘hola’ a todos ustedes”, reconoció Kellu Haston, la comandante de la misión, en una conferencia brindada al concluir la experiencia.

Ella y sus tres compañeros vivieron y trabajaron dentro del espacio de 160 metros cuadrados para simular una misión al planeta rojo, el cuarto desde el sol y frecuente objeto de debate tanto entre científicos como entre aficionados a la ciencia ficción sobre un posible viaje que llevara humanos más allá de nuestra Luna.

El hábitat, bautizado como Mars Dune Alpha, es una instalación con dormitorios, un gimnasio, áreas comunes y una granja vertical para cultivar alimentos. Cuenta además con un área separada por una esclusa llena de arena roja y donde el equipo se ponía trajes para dar caminatas marcianas.

La primera tripulación de la misión se centró en establecer las posibles condiciones para futuras operaciones en Marte con paseos espaciales simulados, así como en cultivar y cosechar plantas para complementar sus provisiones y mantener el hábitat y su equipamiento.

También trabajaron en desafíos que tendría que enfrentar una tripulación real en Marte, como recursos limitados, aislamiento y demoras en la comunicación de hasta 22 minutos desde su planeta natal al otro lado de los muros del hábitat, indicó la NASA.

Esta misión es la primera de una serie de tres planificadas por la NASA agrupadas bajo el título CHAPEA (Misión Análoga de Exploración de Rendimiento y Salud de la Tripulación, por sus siglas en inglés). Si bien entre 2015 y 2016 se llevó a cabo una misión de un año que simulaba vida en Marte en un hábitat en Hawái, y aunque la NASA participó en ella, no la dirigió.

Como ésta hay otras dos misiones adicionales prevista por la agencia espacial norteamericana, y los equipos seguirán haciendo paseos espaciales simulados y recabando datos sobre factores relacionados con el rendimiento y la salud física y de comportamiento.

NUTRICIÓN Y RENDIMIENTO FÍSICO

Steve Koerner, subdirector del centro espacial Johnson, dijo que la mayor parte de los experimentos de la primera tripulación se centraron en la nutrición y en cómo afectaba a su rendimiento. El trabajo era “ciencia crucial mientras nos preparamos para enviar gente al planeta rojo”, señaló.

“Han estado separados de sus familias, han seguido un plan de comidas cuidadosamente preparado y han estado sujetos a mucha observación”, dijo Koerner.

Los cuatro voluntarios, que salieron después de que Kjell Lindgren, astronauta y subdirector de operaciones de vuelo, llamara a la puerta del hábitat, hablaron de la gratitud que sentían hacia sus compañeros y hacia los que esperaron pacientemente fuera, así como de las lecciones aprendidas de cara a una posible misión tripulada a Marte y sobre la vida en la Tierra.

Brockwell, el ingeniero de vuelo del equipo, dijo que la misión le había mostrado la importancia de vivir de forma sostenible para beneficio de todos los habitantes de la Tierra.

“Estoy muy agradecido de haber tenido esta oportunidad increíble de vivir durante un año con el espíritu de aventura planetaria hacia un futuro excitante, y estoy agradecido por la oportunidad de vivir la idea de que debemos utilizar los recursos no más rápido de lo que pueden reponerse, y producir basura no más rápido de lo que pueda procesarse de nuevo en recursos”, dijo Brockwell.

“No podemos vivir, soñar, crear o explorar durante un tiempo significativo si no vivimos según estos principios, pero si lo hacemos podemos alcanzar y mantener cosas increíbles e inspiradoras, como explorar otros mundos”, dijo.

La responsable científica Anca Selariu dijo que le habían preguntado muchas veces por qué hay una fijación con Marte.

“¿Por qué ir a Marte? Porque es posible”, dijo. “Porque el espacio puede unir y sacar lo mejor de nosotros. Porque es un paso definitorio que darán los ‘terrícolas’ para iluminar la senda hacia los próximos siglos”.

En el marco de su programa Artemis, Estados Unidos planea enviar humanos de regreso a la Luna para aprender cómo vivir allí a largo plazo y ayudar a preparar un viaje a Marte, que se daría hacia finales de la década de 2030.

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